La muerte de Carlos Areiza, un traficante de falsos testimonios que terminó asesinado en Bello Antioquía en hechos que aún no esclarece la Fiscalía, dio pie a que algunos medios de comunicación y columnistas con agenda política aprovecharan para señalar, en contra de los hechos y de manera irresponsable, al expresidente Álvaro Uribe, incluso llamando a decisiones judiciales antes de elecciones ejerciendo una presión judicial con fines electorales sin ningún precedente.
En el caso de Areiza poco se dijo de su relación con el congresista Iván Cepeda y lo mismo ocurre con el otro ´testigo’ que ahora el periodista Daniel Coronell quiere poner en escena: Juan Guillermo Monsalve Pineda.
Juan Guillermo Monsalve, hijo del administrador de la hacienda Guacharacas que perteneció a la familia Uribe, apareció en el radar de Iván Cepeda gracias a la abogada Mercedes Arroyave, quien también representó al otro testigo contra el expresidente, el paramilitar Pablo Hernán Sierra alias ‘pipinta’. La jurista antioqueña que ha sido apoderada de delincuentes de todo pelambre dispuestos a decir lo que sea con tal de recuperar su libertad y obtener beneficios, es una frecuente visitante al despacho de Iván Cepeda en las oficinas 416 638b y 636b del Congreso de la República.
Su papel ha sido el de llevar y traer razones en función de obtener declaraciones contra el expresidente a cambio de ‘favores’ que tramita el congresista a titulo de gestos humanitarios a favor de los testigos contra Uribe y sus alfiles. La interlocución con la abogada Arroyave fue inicialmente exitosa y comenzó la cooperación mutua entre Cepeda y los testigos Sierra y Monsalve. El pedido era sacar a sus familias del país a cambio de lugares de reclusión y por supuesto ayudas económicas. Todo se hizo.
El senador Cepeda, más robusto políticamente y cercano a Palacio por su rol en la negociación de paz, buscó a gobiernos amigos como Argentina y Uruguay para litigar en favor de los testigos y sus familias. Logró que bajo el disfraz de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, esos presos redactaran de manera anticipada cartas solicitando su visita y luego tramitarles auxilios a través de fundaciones como el Comité de Solidaridad con los presos políticos, organización a la que Cepeda le dona parte de su sueldo a cambio de apoyos como vuelos, gastos y asesorías.
¿Quién está detrás de la intención de Andrés Sepúlveda para ingresar a la JEP?
Según un derecho de petición que contestó el INPEC y que forma parte del proceso en la Corte fueron veintiuna las visitas que el congresista le hizo al convicto Juan Guillermo Monsalve en las cárceles de Cómbita, Itaguí, y La Picota. Visitas en las que Cepeda aprovechaba su investidura de congresista para poder hablar con Monsalve y recolectar testimonios para alimentar procesos contra Uribe.
Sin embargo los testimonios de Juan Guillermo Monsalve no han resultado coherentes: dice que perteneció al Bloque Metro que operaba en la zona en los años noventa, pero omite que era menor de edad para la fecha de los hechos de los que dice ser testigo.
También sostiene que formó en el Bloque Central Bolívar al mando de alias Macaco y de Rodrigo Pérez Alzate alias Julián Bolívar. Sin embargo, no existe ningún miembro del Bloque Metro o del BCB, que se haya sometido a la ley de Justicia y Paz que ratifique haber conocido a Juan Guillermo Monsalve en la zona de Cristales o en alguna región en Antioquia donde estos dos Bloques de las AUC operaron.
Juan Guillermo Monsalve está capturado desde el año 2007 y condenado a 37 años por secuestro y técnicamente no cumple con ninguno de los requisitos para ser considerado un combatiente. En realidad solo formaba parte de una banda criminal que delinquía en Caquetá y no debió ser aceptado en el proceso de Justicia y Paz.
Y aunque tampoco cumple con los elementos necesarios para ingresar a la Justicia Especial Para la Paz, como anticipó El Expediente, Monsalve terminó buscando pista en la JEP mediante una solicitud radicada por el abogado Carlos Toro, el mismo que la Fiscalía de Eduardo Montelegre le impuso al hacker Andrés Sepúlveda como condición para firmar un preacuerdo basado en mentiras que luego quedaron al descubierto en un evidente montaje contra la campaña de Óscar Iván Zuluaga que parece repetirse en su modus operandi y protagonistas pero ahora a través de la JEP, un tribunal espurio en el que Cepeda tiene influencia y ante el que ruegan comparecer los falsos testigos de oficio y narcotraficantes de las FARC que buscan evadir a la justicia de EEUU.
Dos falsos testigos de Iván Cepeda contra Uribe piden pista en la JEP