Por: D´Mar Córdoba S
Ayer asistimos a una nueva audiencia en el caso que se sigue en contra del expresidente Álvaro Uribe Vélez, a quien por cuarta vez le niegan la oportunidad de escuchar la solicitud de preclusión de su caso por parte del Fiscal Gabriel Jaimes.
Desde marzo hemos asistido a un sainete judicial, donde los detractores de Uribe, idearon para vergüenza del derecho y para mantenerlo sub-judice, durante estos 4 meses, la “jugadita” que consistía en presentar testigos de toda clase y pelambres, para alargar una audiencia que resulta interminable.
No sorprende que este proceso que empezó mal y que va peor, esté lleno de irregularidades, que dejan ver una justicia que resulta peor que cualquier injusticia; porque piense usted querido lector, que si esto pasa con un expresidente, qué podrá ocurrir con el resto de los procesados en este país, que padece de un sistema judicial que tiene una imagen desfavorable del 81%, según la más reciente medición de Invamer Gallup.
Desde marzo han venido apareciendo presuntas víctimas, que con una visión traída de los cabellos, han buscado acreditarse como tal, en un proceso que nada tiene que ver con lo que argumentan para acreditarse.
Es claro que en un proceso judicial, no puede ser acreditada como víctima, una persona que pretenda con hechos diferentes a los que se debaten en el caso, constituirse en parte para alimentar el proceso. Pero en este caso, para sorpresa de todos, llegaron algunas de esas víctimas para quedarse.
Veamos; la primera víctima en el proceso y que tiene relación directa con los hechos es el Senador Cepeda, luego de la nada aparecieron los famosos exfiscales, Eduardo Montealegre y Jorge Perdomo, más adelante apareció la señora Deyanira Gómez, exesposa del testigo Monsalve, señalada según publicaciones de Revista Semana de haber tenido relación con la guerrilla de las FARC, también llegó al proceso el periodista Gonzalo Gillén.
Entre la llegada, los recursos y la discusión para acreditar o no a las víctimas han pasado 4 meses sin que se pueda escuchar al Fiscal Gabriel Jaimes, presentar su escrito de preclusión.
Ahora llega como sacado del cubilete, una nueva presunta víctima, el abogado Luis Alfredo Castro, dice tener poder desde hace 25 años, del sacerdote Abel de Jesús Barahona, desaparecido desde 1996.
Lo que ocurrió con el abogado Castro el día de ayer, definitivamente es de Replay, no podíamos dar crédito a lo que decía este profesional del derecho, que cuando debía presentar los generales de ley (identificación, dirección de notificación, tarjeta profesional, etc), decidió responder con las razones por las que se presentaba en representación de una víctima que nadie conoce en este proceso y que menos tiene relación con el caso en concreto.
Así las cosas, el problema a resolver en la audiencia no es con base en el escrito de preclusión en favor del expresidente Uribe, sino, la procedencia de esta nueva víctima que con dificultad pudo identificarse.
La juez luego de escuchar a las partes, decidió levantar la audiencia y convocar de nuevo para el lunes 26 de julio, cuando decida la nulidad presentada por la Procuraduría a la decisión que tomó y que negó la posibilidad al abogado Castro Barón de incluirse como víctima en el proceso.
No hay duda… Ni Kafka se atrevió a tanto