Por: Roberto Trobajo
El populismo no tiene nada que ver con la democracia, aunque mamertos y “progres” quieran hacerlos parecer en sus afanes por engañar, aprovechando ignorancias.
La democracia se basa en que se puede estar en desacuerdos, sin negarse las existencias de otros con posturas políticas distintas.
El populismo divide, apropiándose de la representatividad del pueblo al que empuja a enfrentar contra “elites oligárquicas” corruptas; frente a las que los políticos populistas posan como los únicos capaces de enfrentarlos.
Los demócratas ven adversarios a enfrentarse en elecciones, mientras que los populistas a la oposición la toman como enemigos a derrotarse usándose la combinación de todas las formas de luchas.
El populismo es esencia antidemocrático, aunque se disfrace con la manida frase “se está con el pueblo o se está contra él”. Fidel Castro, gran populista y pionero del populismo latinoamericano, llegó a promover aquella Revolución hecha por él y a la medida de sus intereses con las consignas “Fidel es Revolución, en la Revolución todo y contra la Revolución nada”. El populismo anarquiza ideologías.
Las ventajas que alientan esperanzas democráticas ante los anarquistas populistas, son que estos pueden tener unas bases populares fuertes pero nunca sólidas que les permitan mantenerse como héroes patrióticos pues con el tiempo se les evapora el apoyo popular que terminan ahogando con sus egos enceguecidos por el poder.
Los populistas tratan de lograr aceptación a través de la polarización: donde se pintan como los “buenos” y la oposición son “enemigos”. Este enfoque anárquico acarrea una tendencia hegemónica muy fuerte, que empuja a conflictos intensos porque la oposición tiende a responder con mucha intransigencia.
El populista polariza porque así es que destruye el pluralismo sobre el que se erige la democracia.
El populismo nace por culpa de endebleces institucionales, aprovechando las fracturas en los partidos políticos.
En países donde los partidos son débiles, con medios de comunicación y digitales fuertes, se les facilita a los populistas llegarles a la población aunque no logren sumarlas a sus movimientos políticos, lo que poco les importa, porque andan tras los votos de quienes puedan engatusar con sus cantos de sirenas permeados de gratuidades y promesas de hacer justicias sociales en favor de las masas populares.
Hoy en día, en estos tiempos, cada vez es más difícil que un “líder” populista quiera institucionalizar un partido. Lo de estos son “Movimientos” en función de ellos. El liderazgo personalista no soporta otros líderes, porque se hacen ver “Mesías” para la gente.
Y cuando logran el poder difícilmente hacen sucesiones porque los gobiernos populistas son personalistas, lo que significa no querer institucionalizar el propio “movimiento” porque la institucionalización conlleva a limitar el poder del máximo líder impidiéndose que otros sectores tengan poder de veto y que surjan otros líderes. Por eso los populistas desinstitucionalizan el juego político.
El Latinoamérica el populismo izquierdoso es fluctuante, a veces se toma gobiernos con débiles instituciones democráticas y en otras ocasiones no consuman corromper democracias, pero insisten echando manos a sus armas –violencias y paros- para desestabilizar países que luego carcomerían.
En España casi logran enquistarse en el poder, pero fuertes voces mueven ciudadanías de bien que empujan hasta quitarles empoderamientos.
Por cierto, gracias al Partido Conservador Colombiano, este miércoles 9 de junio a las 3 pm, a través de las redes sociales del Partido Conservador, los colombianos de bien podremos conectarnos con Cayetana Álvarez de Toledo (Historiadora y PHD de la Universidad de Oxford. Periodista del Mundo de Madrid. Diputada por Cataluña en el Congreso de España) gran demócrata, que se ha convertido en el dique de contención de la embestida populista y separatista de la izquierda española; ella es referente de la política conservadora/liberal/democrática en Hispanoamérica.
Cayetana, una de las personas que mejor conoce a los populistas –cada vez más nefastos- compartirá con colombianos y latinos, sus experiencias para salvaguardar democracias.
El Foro de São Paulo, mutando en el Grupo de Puebla, aunque no pudieron retomar Ecuador hoy pretenden tomarse a Perú y desde ya sabotean a la democracia en Colombia en pos de adueñarse de la joya de la corona en América Latina.
La suerte está echada: ¿democracia o populismo?