Por: Duván Idarraga
Con temas menores como como el de las compras suntuosas (sin decir que no sea relevante el derroche y los sobrecostos con recursos del Estado) el gobierno del nuevo presidente distrae la atención de otros verdaderamente trascendentales para el futuro de Colombia y que han sido anunciados por él en diferentes escenarios, en especial las siguientes propuestas:
Romper el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Recordemos que de acuerdo con lo establecido en la Ley 819 de 2003, el MFMP es un documento que presenta anualmente el Gobierno a las Comisiones Económicas del Congreso, con las proyecciones macroeconómicas y fiscales para las vigencias siguientes.
Como mencioné en columnas anteriores, de acuerdo al M F M P del gobierno del Presidente Duque para el cierre del 2022 se tendría un déficit fiscal correspondiente al 5.6% del PIB y para el 2023 plantea cumplir con la regla fiscal que permite un déficit de 3.6% del PIB.
El Presidente actual, con la idea de destinar recursos para cumplir los compromisos del Estado en el acuerdo de la Habana, planteó romper el Marco Fiscal lo cual sería catastrófico en lo económico; podría afectar la calificación de riesgo del país disminuyéndola lo que incrementaría el costo del servicio de la deuda externa, espantaría la inversión extranjera, dispararía el dólar (aún mas), desbordaría la capacidad de pago de la nación y elevaría desproporcionadamente el déficit fiscal con las consecuencias de ello. Por donde se le mire, totalmente negativo para el país.
Democratizar (expropiar) los recursos individuales de las AFP. En esta ocasión ya no hablan solo de trasladar a Colpensiones los aportes mensuales de los ahorradores; plantan incluir los saldos o el stock, contrario a lo que dijo en campaña, que tienen millones de Colombianos en los fondos Privados. En el siguiente link pueden ver un video sobre esta peligrosa propuesta:
https://youtu.be/KNVvRjDCCGs .
De concretarse esta iniciativa, el Estado tendría bajo su manejo Billones de pesos de ahorradores de las A F P colocando en riesgo las posibilidades de que estos puedan acceder a una pensión, mucho más cuando estos recursos pueden tener manejos cómo los de Argentina, donde aplicaron una medida similar, desaparecieron los recursos y finalmente disminuyeron las mesadas de los pensionados.
La innecesaria y desproporcionada reforma tributaria. Desproporcionada por la cantidad de impuestos que pretende; por su marcado énfasis en gravar aún más la industria petrolera; por su enfoque en solo considerar los ingresos de las personas y no los gastos para incluir deducciones; por el incremento en impuestos a productos de la canasta familiar.
Innecesaria porque está demostrado que con los mayores ingresos por el incremento del recaudo tributario en 2022, más los mayores aportes al presupuesto provenientes de la industria petrolera (esa que persigue, paradójicamente), tanto por impuestos, como por regalías y utilidades, al Estado le ingresarán en 2023 $35 billones adicionales, casi 10 más de los que el gobierno espera recaudar con la reforma, sin saber aún para que necesitan esa cifra, ni siquiera si esa es la cifra.
Lastimosamente, gracias a la aplanadora del gobierno en el Congreso, construida a punto de pactos y entrega de puestos a los politiqueros de siempre, la reforma tributaria fue aprobada en primer debate; decisión que sin duda afectará a empresas, clase media y a los colombianos menos favorecidos. Por donde se mire, el país sigue perdiendo competitividad.
La política energética. Sin duda es el sector donde los anuncios y decisiones del nuevo gobierno más impacto negativo vienen teniendo. Por un lado subir el costo de la gasolina a prácticamente el doble del precio actual, lo que elevaría aún más la inflación, afectando a los colombianos y a los más pobres especialmente.
Por otro, el anuncio de funcionarios de la Cartera de Minas de suspender definitivamente la firma de nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos; decisión que afecta de manera doblemente negativa las finanzas de la nación. Por un lado, se dejan de recibir anualmente $35 billones aproximadamente de este sector (casi el 10% del Presupuesto General de la Nación), como los piensan reemplazar? Por otro, tendrán que destinar anualmente billones del erario para adquirir en el exterior las necesidades de gasolina y gas a precios internacionales.
El incremento en el déficit fiscal será exponencial y los efectos negativos de ello también, eso sin mencionar el tema de la dependencia energética de otros países (algo que hoy padecen países en Europa). Por donde se le mire, absolutamente inexplicables y perjudiciales para Colombia las posturas del nuevo gobierno. A lo anterior agregamos el tema de la devaluación y su alto impacto en los temas económicos.
Recordemos que el Dólar antes de la elección de Petro (junio 17) estaba a $3.912; el viernes 7 cerró a $4.605; eso quiere decir que la devaluación es del 17,72% en ese lapso de casi 4 meses. Sin duda, los cuestionamientos del presidente a las recientes decisiones de la Junta Directiva del Banco de la Republica aumentaron la incertidumbre y dispararon aún más el precio de la divisa.
Para quienes dicen que no hay relación entre un tema político (como la elección, posesión, sus acciones y anuncios del nuevo presidente) y uno económico, les comparto este link de una columna que publiqué hace un año aproximadamente sobre el particular, considero tiene relevancia en los momentos actuales:
ECONOMÍA Y POLÍTICA, IMPOSIBLE DESLIGARLAS
ECONOMÍA Y POLÍTICA, IMPOSIBLE DESLIGARLAS
No hay duda que el panorama económico del país cada vez se hace más sombrío, las acciones y anuncios del nuevo gobierno vienen impactando negativamente en los resultados de las diferentes variables y lo más inquietante, en el futuro próximo.