Por: Duván Idarraga
Para muchos es indiscutible que existe un lazo irrompible entre lo que sucede en la política y el impacto que las decisiones que se tomen en este frente pueden tener sobre los resultados económicos de un país. Adicionalmente, es innegable que se genera una reacción en los mercados económicos y financieros de los diferentes países frente a los resultados electorales del mismo, mucho más cuando se elige presidente; unos y otros se vuelven un parámetro para medir el impacto y las expectativas favorables o negativas frente al candidato que resulta ganador.
Personalmente siempre he considerado importante, al momento de evaluar un candidato que aspira a la presidencia del país, el manejo y conocimiento que tenga de temas económicos. En ocasiones anteriores, cuando me he referido a temas similares, he utilizado la famosa frase de un asesor de Bill Clinton que dijo “Es la economía, estúpido”; determina la importancia que el tema económico tiene al momento de las decisiones políticas, hace referencia a la capacidad y el manejo que debe tener el candidato de ello, un tema vital para el futuro de una nación.
Esta estrecha relación, entre situaciones políticas e impacto en indicadores económicos y/o financieros, la acabamos de observar en las elecciones que se llevaron a cabo en Ecuador y Perú. En el primero, el candidato de derecha Guillermo Lasso fue electo presidente; en Perú, el candidato de izquierda, Pedro Castillo, obtuvo la mejor votación en primera vuelta y junto a la candidata keiko Fujimori pasan a segunda. ¿Cómo fueron recibidas estas decisiones por los mercados económicos?
El impacto de estas decisiones en ambos países se reflejó en lo económico y financiero. En Ecuador las tasas de interés tuvieron una reducción significativa por un lado; por el otro, se redujo en 719 puntos el riesgo país y la proyección de crecimiento de la economía pasó del 2.5 al 2.95%; todas señales positivas que reflejan una muestra de confianza de los mercados financieros y económicos frente a la decisión política. Al contrario, en Perú la reacción de los mercados financieros con el triunfo en primera vuelta del candidato de izquierda ha sido negativo: Hubo un crecimiento de la calificación de riesgo país que subió ocho puntos y el dólar tuvo una devaluación del 0,88% llevando el dólar a 3.63 soles. Por otro lado, la confianza empresarial se encuentra por debajo del 50% y existe la expectativa de una mejoría en el indicador en caso de que la candidata de derecha Fujimuri pueda repuntar el resultado.
Para reafirmar el tema del impacto de las decisiones políticas sobre temas económicos, recordemos lo que se vivió en las elecciones presidenciales de 2018 entre Ivan Duque y Gustavo Petro. Se creo lo que denominaron la Cláusula Petro en contratos, especialmente de finca raíz, en la cual se determinaba que en caso de que Gustavo Petro resultara electo de a la presidencia el negocio se deshacía. Para los inversionistas fue una forma de prevenir el impacto de la llegada al poder de esa persona de izquierda y las consecuencias de ello.
Otro ejemplo del impacto de decisiones políticas en temas económicos lo vemos con las erradas decisiones que viene tomando el alcalde de Medellín Daniel Quintero con relación a EPM, una de las empresas más grandes de Colombia y un importante jugador a nivel latinoamericano. EPM es una entidad que por los volúmenes de los recursos que demanda para la financiación de sus necesidades de operación y ante las limitantes para obtener recursos sale al exterior a buscarlos (casi un 75% de su deuda, con entidades financieras e inversionistas, la obtiene en mercados internacionales); por tanto, las decisiones políticas del alcalde podrían tener repercusiones financieras en la empresa toda vez que la inestabilidad que estás producen puede impactar el costo de la deuda, encareciéndola para compensar el riesgo que el mercado percibe algo que de darse tendría consecuencias muy complejas para la estabilidad de la empresa.
Definitivamente, dada la conexión internacional que viven los mercados financieros y la interacción económica de inversionistas en los diferentes países, las decisiones políticas tienen un impacto grande en la confianza inversionista y pueden significar los beneficios de la atracción de inversión extranjera o el riesgo de la salida de esta e incluso la migración de importantes recursos financieros de los nacionales de un país. La visión y el modelo económico de un candidato puede significar altos niveles de confianza o altos niveles de temor entre los diferentes actores, una y otro se reflejan en los diferentes indicadores y tasas, ratificando que economía y política no pueden desligarse.