Por Oscar Garza Bello
Por Big Tech me refiero a las grandes empresas de tecnología informática como Google, Amazon, Microsoft, Twitter, Facebook, YouTube y WhatsApp. Quizá cuando empezaron eran privadas, pero… ¿Lo son hoy?
Firmas como Google, Amazon, Microsoft, Twitter, y Facebook tienen múltiples contratos firmados con entidades del gobierno de los EUA. Entre estos, el Departamento de Defensa, el FBI, el Departamento de Seguridad Interna (Homeland Security), el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, el departamento de Ciudadanía de los EUA, los Servicios de Inmigración, la DEA, el Buró Federal de Prisiones, y el Directorio de Ciencia y Tecnología. Esto no es una teoría de la conspiración, es información pública verificable y citada por varios artículos periodísticos que pueden fácilmente encontrarse en Internet.
Los anteriores son los contratos reportados. Obviamente habrá contratos clasificados como secretos que no son accesibles hasta que el Congreso de los EUA los desclasifique.
Si el Departamento de Defensa tiene contratos con estas empresas, ¿ustedes creen que la CIA y la National Security Agency no tiene contratos con estas firmas? Recuerden que Edward Snowden, quien dio a conocer el espionaje anticonstitucional del gobierno de EUA, trabajaba en proyectos precisamente para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
Cuando las empresas citadas censuran contenido de sus usuarios, nunca falta el imbécil que las defiende y dice: «Son empresas privadas, ellas pueden decidir qué se publica o qué no en sus plataformas». Pero, ¿en serio son empresas privadas? ¿No se dan cuenta de que ahora están en la cama con el gobierno de Estados Unidos, y hoy son parte del complejo militar-industrial de esa nación?
Recordemos el caso de Air America, compañía de pasajeros y carga aparentemente privada, pero que en realidad era operada por la CIA durante la guerra de Vietnam para facilitar sus operaciones clandestinas.
Pues ahora, las empresas citadas están tan involucradas con el gobierno de EUA, que llevan una relación simbiótica e interdependiente: Las empresas de Big Tech diseminan propaganda para el gobierno, censuran a opositores del discurso oficial, y espían a los disidentes, y por otro lado, el gobierno estadounidense les proporciona jugosos contratos y legislación que los protege de la competencia.
En otras palabras, Google, Amazon, Microsoft, Twitter, y Facebook son ahora parte del complejo militar-industrial porque espían a otros países, diseminan propaganda pro EUA en el mundo, y propaganda oficialista dentro de Estados Unidos incluso para justificar acciones militares y sanciones contra quien no se alinee con las directrices de Washington, D.C.
El modus operandi del complejo militar industrial es apoyar a candidatos que favorezcan un estado perpetuo de guerra en este país. ¿Por qué? Porque si se crean enemigos artificiales y se engaña al público para que crea que son una amenaza para los Estados Unidos, los votantes estarán de acuerdo con las guerras y en que se autoricen billones de dólares en leoninos y jugosos contratos para las empresas del complejo militar-industrial, y de esas ganancias, las empresas vuelven a invertir en las campañas de esos políticos proguerra para que se sigan prestando a este lucrativo y perverso círculo vicioso.
A mis lectores les pido que hagan un ejercicio de memoria, durante los años que tienen ustedes de vida, ¿recuerdan 1 solo año en que Estados Unidos no haya estado inmiscuido en un conflicto bélico en alguna parte del mundo?
Entre la protección legal que el gobierno de EUA les proporciona a estas serviles empresas es considerarlas como “carriers”. Es decir, las considera como foros neutrales en las que simplemente se publica el contenido que otros suben a sus plataformas.
Contrastemos eso con el caso de un periódico como el New York Times. Si este periódico miente y difama, puede ser demandado ante una corte de derecho y, si se prueba la mentira y difamación, el diario no solo tendrá que publicar una retractación, sino pagar daños y perjuicios. Esto no pasa con Google, Twitter, y Facebook.
Durante la presidencia de Trump se concluyó que si estas empresas de Big Tech censuran publicaciones y manipulan los resultados de búsqueda para favorecer ciertas publicaciones y a fuentes oficialistas como CNN, estaban editorializando el contenido de las plataformas, por lo que NO eran en realidad neutras.
Por eso, Trump giró una orden ejecutiva (un decreto) por el cual se les daría a las plataformas el mismo trato que a los periódicos y noticieros de TV. Era intención de Trump hacer ley aprobada por el Congreso y el Senado ese decreto durante su segundo período presidencial.
Sin embargo, Biden ganó, por lo que Trump no pudo convertir en ley esa orden ejecutiva que habría reducido la censura, el sesgo, y la manipulación de las redes sociales. Obviamente, como las redes sociales ayudaron a Biden a ganar, este tiró a la basura el decreto de Trump.
Las empresas de Big Tech no solo son parte del complejo militar-industrial, sino que también trabajan en un proyecto globalista de ingeniería social para cambiar nuestros gustos y preferencias con el propósito de hacernos más dependientes de los gobiernos promoviendo ideas «progresistas» que favorecen más regulación e intervención estatal, e impulsando movimientos maltusianos para disminuir la población mundial.
Parece una paradoja que grandes empresas cooperen con la intención de tener gobiernos grandes y totalitarios, pero no lo es, porque en sus bolsillos tienen a los políticos que les darán leoninos contratos y protección legal a sus monopolios.
Para promover la agenda globalista de reducción de población, las Big Tech fomentan el aborto, el feminismo que vende la imagen del hombre como opresor y potencial violador, y describen a la familia como una institución del heteropatriarcado opresor, e impulsan la agenda LGBTIQ+ porque las uniones homosexuales son por naturaleza estériles, aunque algunas muy pocas parejas de homosexuales o lesbianas opten por la inseminación artificial o vientres de alquiler.
Los esfuerzos maltusianos para reducir la población por un lado son para preservar recursos naturales que los países «desarrollados» necesitarán en el futuro, y por otro lado, porque magnates «filántropos» como Bill Gates consideran que hay que reducir la población para disminuir el calentamiento climático, la deforestación, y la contaminación.
Magnates como Gates o Soros piensan que con la automatización muchos trabajos desaparecerán porque los harán las máquinas, pero me pregunto si se han puesto a pensar en si las máquinas también comprarán productos, o si se imaginan lo que será vivir en países «desarrollados» en los que los parques estén llenos de viejos y no poder ver ni a 2 niños jugando allí.
¿Se han preguntado por qué Facebook, Whatsapp (filial a Facebook), Google, YouTube (filial de Google), y Twitter son aparentemente “gratis”? Porque los servicios que ofrecen NO son el PRODUCTO, los servicios que ofrecen son el MEDIO, ¿Entonces qué es el PRODUCTO? Pues el PRODUCTO ERES TÚ. Sí, TÚ ERES EL PRODUCTO. Tu información personal y preferencias son capturadas, almacenadas y vendidas a terceros, aunque estas compañías lo nieguen o eviten hablar de esto. Si no fuera así, ¿Cómo crees que pagan por una infraestructura informática de varios billones de dólares? ¿Crees que lo hacen altruistamente? No, obvio que es un negocio.
La información se usa para que compañías privadas te envíen publicidad y ofertas de sus productos y servicios, y se comparte con gobiernos para que te envíen propaganda, o para que seas censurado cuando no te apegas al discurso oficial. ¿Cuántas veces Facebook y Twitter te han suspendido temporal o permanentemente tu cuenta? Si tienes canal de YouTube, ¿Cuántas veces te han enviado advertencias de “strikes”? ¿Cuántas veces te han censurado videos? ¿Y cuántas veces han censurado comentarios de algunos de tus seguidores?
¿Te imaginas que tu compañía de teléfonos monitoreara tus llamadas telefónicas? ¿Te imaginas que solo te permitiera llamar a ciertos números? ¿Te imaginas que tu telefónica les impidiera a otros comunicarse contigo? Pues eso es lo que nos hacen Facebook, Twitter, Google y YouTube.
No se trata de que un empleado de esas empresas esté monitoreando a cada persona, sino que hay algoritmos de inteligencia artificial que identifican patrones de discurso que consideran subversivo para censurarlo. Y cuando hay un individuo que incurre varias veces en “transgresiones” al discurso oficial, queda en la lista negra de los que han de ser censurados. A veces la censura es “shadow banning”, esto significa que la persona puede seguir publicando, pero nadie de sus contactos o del público en general puede ver lo que publica. A mí me consta porque amigos me han contactado preguntando: “¿Oscar, estás bien? Hace mucho que no veo tus publicaciones”. Entonces les digo: Ve directamente a mi muro de Facebook porque me están censurando por medio del “shadow banning”.
Además de los algoritmos de inteligencia artificial, este GRAN HERMANO llamado Big Tech, tiene un ejército de tontos útiles progresistas, que por un lado dicen defender la libertad de expresión, pero siempre y cuando digas lo que ellos quieren oír, y cuando no, te tachan de intolerante que difunde discurso de odio por lo que te reportan a la “policía” de Facebook, Twitter y YouTube.
TÚ ERES EL PRODUCTO porque gobiernos que apoyan la agenda globalista coludidos con las Big Tech, quieren lavarte el cerebro, cambiar tus ideas, preferencias, conceptos de lo bueno y lo malo, tu visión del mundo, tus valores y tradiciones, logrando que veas como normales cosas que antes no aceptarías tales como operaciones de «cambio de sexo» en niños, el ataque a la familia tradicional y el papel del padre, o disparates como que con simplemente desearlo, cualquiera puede decidir si es hombre o mujer a pesar los cromosomas y otras verdades innegables de la ciencia de la biología a la que no reconocen como ciencia, sino como un instrumento de control de la opresiva sociedad heteropatriarcal. Esta manipulación no solo está en las redes sociales, sino también en productoras de entretenimiento como Netflix, Disney, Amazon y WB por mencionar algunas.
¿Qué les pasa a los que trasgreden la línea oficial de forma extrema? Si eres presidente de EUA, conspiran contra ti las redes sociales y los medios oficialistas, e incluso el FBI y el MI6 (servicio secreto de Reino Unido), para sacarte del poder. Si divulgas secretos embarazosos, intentarán encarcelarte como a Edward Snowden y Julian Assange.
Antes de concluir este artículo, quiero recomendarles la lectura de 2 novelas, y si ya las leyeron, por favor vuelvan a leerlas. Las novelas son 1984, de George Orwell (seudónimo de Eric Arthur Blair), y Un Mundo Feliz, de Aldous Huxley. Cualquier parecido con la realidad, NO es coincidencia.