Por Marco Fidel Ramírez
Mil razones asisten a quienes creemos que Gustavo Petro hoy destruye el país ante nuestros ojos .
El Gobierno del ´´cambio´´ en realidad ha sido por lo visto hasta ahora, un tránsito veloz a la incertidumbre, la destrucción y el terror.
Colombia ha sido tradicionalmente un país estrujado por la violencia, por los partidos políticos y por muchos gobiernos que se enriquecieron y consolidaron una clase política corrupta y multimillonaria que mucho se ha lucrado de privilegios y poco ha pensado en el pueblo, reducido siempre a la condición de paganini, condenado a la miseria y a la polarización política que ha generado tanta violencia.
De hecho el gobierno Petro, apoyado por una coalición canalla, voraz, politiquera y vendida, ya impuso a velocidad de crucero una reforma tributaria ruinosa que ha impulsado una ola inflacionaria pavorosa y una peligrosa corriente que asfixia cada día más a la clase media y empobrece aún más a la clase trabajadora.
Petro quien actúa sin reparo como su ´´Majestad Imperial Petro I de Bacatá´´ tal como lo definí acertadamente cuando fui concejal de Bogotá, ya impactó negativamente la cotización internacional de Ecopetrol con su cuento populista de la transición energética que histéricamente ha predicado todos estos meses y con el cual pretende autoproclamarse como el salvador del planeta destruyendo la más importante fuente de divisas con las que hoy cuenta el país por cuenta de nuestra riqueza petrolera y gasífera.
También y en este desastroso primer semestre de gobierno izquierdista con las riendas del país en sus garras, ya le dio el zarpazo al control tarifario de los servicios públicos del país hasta hoy administrado por la CREG, ignorando que el control presidencial del sistema regulador ya tiene antecedentes funestos sobre la calidad de los mismos en otros países, pero además desconociendo lo que han afirmado los propios comisionados de la Creg al diario El Tiempo, en el sentido que ´´los organismos reguladores deben tener una naturaleza independiente para asegurar que sus decisiones sean objetivas, imparciales, consistentes y técnicas´´
Y qué decir de la anunciada polémica reforma a la salud todavía no conocida en sus pormenores pero ya sutilmente evidenciada en el discurso de la ministra de salud Carolina Corcho que ya ha dicho que el sistema debe ser replanteado eliminando las EPS, que no son perfectas, pero que mal que bien han funcionado mejor que lo que teníamos antes. Menos mal que esta lapidaria intención de la ministra ya fue desautorizada por el propio presidente y desmentida por su vocero ´´bombero´´ Alfonso Prada en un intento por apagar el gran incendio que ya habían desatado en la opinión pública.
Error tras error ha sido la dinámica destructiva de este gobierno en sus primeros seis meses, por no hablar de los señalamientos estigmatizantes contra los médicos a quienes la impresentable ministra acusa de recargar el sistema de gasto en salud con la ´´excesiva´´ formulación y cuidado de sus pacientes. Olvida la ministra que los médicos deben tener plena libertad de formular y que cualquier limitación a la misma atenta precisamente contra la salud de los pacientes.
Peor aún es el Frankenstein de la ´´paz total´´, bandera fundamental de este maquiavélico gobierno izquierdista, ya se ha visto que su tal ´´paz total´´ es y será una alcahuetería completa con la delincuencia y sus más oscuros protagonistas a quienes se les terminará premiando con rebajas, indultos, consideraciones y hasta porcentajes de sus ensangrentadas fortunas y todo supuestamente para que se porten bien y para que no sigan traficando, secuestrando o ´´traqueteando´´ como ha dicho el propio presidente.
Razón pues tienen quienes denuncian que el ´´Pacto de la Picota´´ fue determinante para la elección de Petro y que este hoy les cumple al pie de la letra con la veloz expedición de las respectivas credenciales de ´´gestores de paz´´ con las cuales les garantiza impunidad por todos los favores recibidos.
Pero retomando el comienzo de las mil razones para las cuales aquí en esta columna no hay suficiente espacio, aunque sí absoluta libertad afortunadamente, conviene dejar algunas enumeradas para que las atajemos si se puede o para denunciarlas como advertencia historica a saber: la legalizacion de la aberracion del incesto por la vía de su despenalizacion, la descategorizacion del delito de inasistencia alimentaria, la autorización vía resolucion para que las niñas menores de 14 años puedan abortar sin el consentimiento de sus padres, y la eliminación del delito contra los sentimientos religiosos y con la cual la libertad religiosa quedará expuesta a la agresión sin penalidad alguna para los agresores y enemigos de fe.
Y la perla final es el Plan de Desarrollo que pretende ser por mandato de Petro-Dictador, una peligrosísima Ley Habilitante por 6 meses para que el presidente con 14 facultades extraordinarias haga y deshaga cual emperador, a su antojo, con la institucionalidad colombiana todo lo que quiera. Lo cierto es que hoy tenemos en Colombia un presidente absolutamente repugnante, mezcla de mitómano, incendiario e ignorante y una Vicepresidente igualita o peor que él, juntos liderando un gobierno sencillamente aterrador. Nada entonces puede salir bien. Notificados estamos.