Por: David Meza Pretelt
Llegó la horrible noche con la elección de Gustavo Petro como presidente, tras un proceso electoral que carece de toda legitimidad y frente al que es necesario llevar a cabo investigaciones en todos los frentes: tanto en el conteo, como en la gran cantidad de delitos electorales que se dieron a lo largo del país para poner a ganar a como diera lugar al líder progresista.
Tras los resultados del 19 de junio en los que supuestamente uno de cada cuatro colombianos habilitados para votar lo hizo por Petro, queda en el aire la incógnita entorno al crecimiento de su votación en el mismo porcentaje en que aumentó la afluencia de votantes a las urnas, entonces ¿Todos los que se abstuvieron de votar en 1ª vuelta, decidieron hacerlo por Petro en 2ª? Un misterio que solo una profunda investigación judicial y auditoría forense internacional podrá solucionar.
La vieja política de los gamonales y clanes electorales del Caribe, Nariño, Cauca y Valle encontró la oportunidad perfecta para lavarse la cara; ese astuto líder que ha sabido ocultar un prontuario criminal oscuro de sus tiempos como guerrillero; logró montar a su proyecto narcisista y unipersonal, a toda la clase política corrupta junto a millones de adoctrinados con los ideales que usa la nueva izquierda para dividir sociedades y vencer.
Otro sapo que tendrán que tragarse (y a la vez es lagarto)
La postulación de Roy Barreras, otrora uribista, vargasllerista y santista, como candidato por el Pacto Histórico a la Presidencia del Senado, marca el modelo de Gobierno que va a aplicar Petro y no será socialismo ni comunismo en un principio. Con Barreras, queda claro que llegan a instaurar una Cleptocracia; en la que seguramente vivirán sabroso solamente los de las altas esferas petristas mientras la ciudadanía pasa hambre.
Roy Barreras es un gamonal político del Valle del Cauca, que tiene una experiencia importante en expropiaciones, ya que participó en la efectuada por Santos cuando le quitaron de un zarpazo SaludCoop al sector cooperativo para repartirla entre politiqueros. En la campaña se encargó de la “destrucción del uribismo” como dijo él mismo y ahora llegará a la Presidencia del Senado para finiquitar la persecución antidemocrática que viene haciendo; contra el que será al parecer el único sector político que hará oposición al Gobierno, ya que los conservadores desde hace décadas se tranzan por un plato de lentejas.
Entre otros clanes políticos con historial clientelista en el bus de Petro están los Alcocer, Moreno Rojas, Daes (con Abudinen a bordo), Benedetti, Lyons, Torrado, Zulema Jattin, Enilce López, Camilo Romero, Laureano Acuña, Julián Bedoya, Marquitos Figueroa y otros, porque la lista se queda corta, todos con su prontuario e historial corrupto que respalda la posibilidad de un fraude electoral.
A último momento se subieron al bus también los ñoños de Córdoba a través del “negro” Padilla y Joche Tous para completar esta nómina nefasta, que tiene más pinta de un régimen Santos 3.0 que del “cambio” con el que engañaron incautos para hacerse elegir.
A esto hay que sumar las denuncias por amenazas de disidencias de las Farc o el ELN contra la población, obligando a la gente a votar por Petro, sobre todo en el Cauca, Putumayo y otras zonas de influencia guerrillera. Así que habrían combinado sobornos e intimidación para lograr el resultado.
Fueron 2’749.000 nuevos votos que aparecieron mágicamente, justo desde las regiones donde impera la corrupción electoral. Fueron detenidas personas con tarjetones marcados a favor de Petro o en blanco y jurados denunciaron que el resultado del preconteo fue alterado para sumarle votos al Pacto en mesas de todo el país, lo que presuntamente señalaría que la elección de Gustavo Petro es ilegítima.
Otros jurados que han hecho llegar sus denuncias a esta columna manifiestan que aún sin terminar de reportar el re conteo, la Registraduría de Alex Vega ya estaba dándole la victoria al ex M-19.
La empresa Disproel, encargada de hacer el conteo, (denunciada por Andrés Pastrana), misteriosamente logró una tarea imposible, poniendo en evidencia un posible fraude. Contaron más de 22 millones de votos en menos de una hora, llegando a leer más de 6 mil votos por segundo, cosa que no había pasado jamás y que es preocupante al encontrar que los datos de los E-14 no coinciden con el resultado final a través de un software al que no se le hizo ningún tipo de auditoría.
Una situación preocupante es que Alejandro Campo sea el director de informática de la Registraduría contratado por Vega. Campo en el pasado trabajó para la española Indra, vinculada a escándalos de corrupción y servil a los planes de la izquierda radical.
La registraduría le dio un contrato por 1,2 billones de pesos a Disproel, quienes a través del misterioso software podían poner a votar a más de 1’700.000 personas fallecidas y más de 640.000 personas que no habían reclamado su cédula de ciudadanía. El sistema permitía además que los jurados votaran dos veces, como fue denunciado en elecciones a congreso y 1ª vuelta.
Aunado a esto desde el Pacto estaban moviendo ríos de dólares como los que traía Piedad Córdoba desde Honduras; dineros calientes que pusieron a circular para trastear votos, pagar campañas de sicariato moral en línea y comprar conciencias.
Al final el país vio reflejado en la campaña de la extrema izquierda el uso de todas las estratagemas de la vieja política corrupta, sumado a la combinación de todas las formas de lucha para ganar. Entonces ¿Este es el cambio?
Tw: @DMezaPretelt
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