Por: Fernando Álvarez
Ya son varias las voces mamertas que la han emprendido contra el ingeniero Rodolfo Hernández. Ladran Sancho, luego cabalgamos, dirá el exalcalde de Bucaramanga ante semejante embestida aparentemente gratuita de los filoizquierdistas. Y es que esa andanada de los amigos de que al país llegue el Socialismo del Siglo XXI sólo tiene una explicación, que mientras Rodolfo Hernández sube Gustavo Petro baja. Daniel Coronell fue el primero que se las pilló. Sabe que a quien más le quita votos Hernández es a Petro, porque los dos tienen el mismo target: los decepcionados de la clase política. Razón por la que Coronell decidió ser la avanzada mamerta y se fue lanza en ristre en contra del ingeniero con una peregrina argumentación malintencionada. En su reporte el la W radio su gran descubrimiento radica en que aparentemente algunos de los cercanos a Rodolfo Hernández habían sido en el pasado uribistas, ergo Rodolfo Hernández es el gallo tapado del expresidente Alvaro Uribe.
Tamaña deducción silogística armada con dolo, como casi todas las de experiodista de Semana. Con el propósito de golpear en la yugular se le nota que pretende debilitar a Rodolfo Hernández porque siente pasos de animal grande. La real amenaza para la mamertada es que Hernández puede ser el único que se le atraviese en el camino a Petro para que pase a segunda vuelta. Como Petro ha estado en campaña desde hace cuatro años, es obvio que ha sido el que más se ha beneficiado con el efecto recordación y como las encuestas solo mostraban un candidato que parecía interpretar la inconformidad con el gobierno y con la clase política, Petro comenzó a puntear encuestas desde hace 6 meses. Pero el Ingeniero Rodolfo Hernández se puso en la cresta de la ola con el discurso contra la clase política y la corrupción y le ha pegado un gran mordisco a la franja amarilla, como la llama el analista William Ospina, o sea a la intención de voto petrista, al target del inconformismo.
Por esta misma razón Petro ha comenzado a tirar dardos contra Hernández, a quien al principio le coqueteaba porque los asesores del ingeniero le habían recomendado distanciarse de Uribe para que cogiera vuelo, pero pronto este se dio cuenta que hacer antiuribismo en su caso no era rentable porque sus seguidores son antimamertos. De hecho, Petro lo reconoció. Es su piedra en el zapato y por eso afirmó que “nos estamos dejando quitar las banderas anticorrupción” ademas contraatacó con un argumento, al estilo Coronell, según el cual por cuenta del exalcalde de Bucaramanga se había quebrado la industria del calzado en la ciudad bonita. Pero el que si se puso en los zapatos de Petro, los Ferragamo, fue el senador, ahora mamerto y antes furibista, Armando Benedettí, quien es uno de los bastiones petristas, junto con Roy Barreras, ahora mamerto y antes furibista, quien siguió la línea de Coronell y llamó a Rodolfo Hernández payaso. Estos dos senadores camaleones le pondrán a Perro algunos votos de la maquinaria superaceitada con mermelada, pero son los que le dan el argumento a Hernández para decir que en el Pacto Histórico no se lucha contra la corrupción. Con esos aliados queda difícil vender ese cuento. Y eso sin contar con las bolsas de dinero que aún no han tenido explicación.
El próximo en embestir será Roy Barreras y de ahí seguirán los otros Danieles, enseguida Felix de Bedout y María Ximena Duzán, Joir Ackerman, Vlado y Matador y así sucesivamente. Mamertos del mundo uníos contra Rodolfo, será la consigna de los pro Petro, porque el candidato que le da cachetadas a la corrupción es quien verdaderamente pone en calzas prietas al candidato de las bolsas de dinero de la Colombia Humana. No es la campaña de los anti Petro la que lo pone en problemas. Al contrario, algunos uribistas y sus torpezas parecen hacer de jefes de prensa del candidato de la Colombia Humana. El que le quita votos es Hernández. Pero ojo que Rodolfo no solo puede ser víctima de la mamertería plumífera o de la manzanilla politiquera y corrupta que se ha pasado al lado de Petro, con quién sabe que promesas porque para que le haya vendido el alma al diablo como se lo dijo Ingrid Betancur en su cara, a estos voltiarepas Benedetii y Roy, alguna oferta de esas que no se pueden rechazar debió hacerles Petro.
En esas circunstancias no es de extrañar que Hernández comience a ser objetivo militar de las Disidencias de las FARC o del ELN porque ese sería el resultado natural de la campaña que ha empezado Daniel Coronell al señalarlo como la carta oculta de Uribe. En territorios limítrofes con Venezuela, donde se echan plomo los narcoguerrilleros de ambos bandos, una sindicación de esas equivale a ponerle una lápida al cuello a Hernández, máxime si le comen cuento a Petro cuando afirma que Uribe es paramilitar. No hay que olvidar que Gustavo Petro es el candidato del ELN, como lo hizo saber esa organización narcoguerrillera recientemente. Y no se necesita ser muy lince para imaginar que Iván Márquez, exsocio de Santrich, con su Nueva Marquetalia, vería con muy buenos ojos la candidatura de Petro.
Lo cierto es que como van las cosas los ataques de la izquierda unida, esa que cree que jamás será vencida porque en algunos países lantinoamericanos hay ventiscas mamertas, de aquí a la primera vuelta van a ser implacables contra Rodolfo Hernández, pero no porque sea el que se vaya a enfrentar a Petro en la segunda vuelta, como creían al principio, sino porque puede que lo saque en la primera vuelta y se tenga que enfrentar a uno de los finalistas de los centros, de la esperanza o de la experiencia que para ese momento se pueden haber decantado y logrado un nombre con suficiente apoyo de las maquinarias centristas que se pueda colar a la segunda vuelta. No se puede ignorar que las encuestas solo reflejan el voto de opinión y este hasta hoy, con la excepción de Alvaro Uribe, ha sido minoritario en las presidenciales. Hasta ahora el voto de la maquinaria no ha sido encuestado y las caídas regionales aún no han sido derrotadas, ni por Hernández ni por Petro. Y Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo, que son los que pueden resultar por los centros, derecha o izquierda, tarde o temprano necesitarán de la maquinaria porque su opinión ha quedado en esta ocasión solo como un arroz en bajo, o sea medio tibio. Y algo tendrá que aprenderle estos paisas prudentes al santandereano Hernández que no tiene nada de tibio y eso es lo que gusta.