Por: Roberto Trobajo
Tenemos que parar el desempleo y levantar la economía; ¡nos toca porque nos toca! Y es ¡ya! El mañana se hace desde hoy, y es impostergable cambiar, quitar los palos en las ruedas que han estado frenando, parando, el desarrollo económico colombiano.
Hay que desarrollar el inmenso capital humano colombiano; a la gente hay que darles oportunidades para que puedan demostrar lo mucho que pueden y tienen para aportarle a Colombia.
Para que nuestro país sea más productivo, tiene que ser más equitativo.
Cuando a la gente se le pide tiempos de experiencias para trabajar, se cae en una exigencia discriminatoria que vulnera uno de los derechos consagrados en nuestra carta magna (artículo 25) y de los que más necesitamos se hagan valer, porque el derecho al trabajo es una obligación social.
Es normal y lógico que las empresas e instituciones, tanto públicas como privadas, sean libres de pedir a quienes aspiren trabajar, que certifiquen experiencias y/o demuestren competencias.
Empero, otra cosa es condicionar el optar por trabajos basándose en tiempos de experiencias: muchas personas llevan años “escampando” en empresas o pasando por varias, pero no porque sepan mucho, sino porque demostraron todo lo contrario, quienes tendrían pésimos desempeños en donde les contraten basándose en los tiempos de experiencias que enarbolan.
De dónde puede sacar experiencias un joven recién graduado si no le dan oportunidades para demostrar talentos y capacidades -la ley del 1er empleo sólo abarca hasta los 28 años y a los de más edad qué-; cuántas personas adultas han sacrificado años y dinero para lograr el anhelado sueño de ser profesionales y cuando lo materializan no se les permite desarrollarse porque ya “son viejos”.
El talento no tiene edades y los países se convierten en potencias cuando desarrollan el capital humano.
En esta crisis nos toca sobrevivir, y lo lograremos, con el trabajo y la tenacidad de los colombianos.
Hay que blindar la preservación del capital humano colombiano; a través de una proporcionalidad al emplearse nacionales y extranjeros.
Se deberá establecer una obligatoriedad en la contratación: de un 80% al contratarse colombianos y hasta de un 20% como máximo al contratarse extranjeros en Colombia.
Si bien es cierto que Colombia es un país solidario, que le abre puertas a millones de emigrantes, es justo que a los colombianos se les garanticen sus empleos.
Actualmente no existen topes para contratarse, sobre todo a extranjeros, lo cual agrava la falta de empleos para nuestros compatriotas en el país debido al incremento de emigrantes, siendo imperativo regularse esta situación a fin de garantizarles los derechos al trabajo a los colombianos, a tenor de lo estipulado en el artículo 25 de la Constitución Política de Colombia.
Los más calificados, de entre los migrantes, muchos mejor preparados y con más experiencias que los colombianos, tendrían asegurado un 20% de la contratación laboral en el país; trabajando, ganando, gozando de las mismas garantías de los colombianos.
¿Y los restantes migrantes? Tenemos que seguirles ayudando, solidarios, propiciándoles emprendimientos en los que puedan producir bienes y servicios. ¿Cómo? Montándoles Cooperativas que serían financiadas (capital semilla) de los millones de dólares que aportan USA y la Unión Europea para que Colombia pueda ayudar a los migrantes venezolanos; pero eso sí, estableciéndose una revisoría fiscal que vele porque la corrupción no se robe o desvíen esos recursos: bien podría fiscalizarse a través de una entidad mixta colombiana-extranjera.
Importantísimo el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, que son la inmensa mayoría en Colombia. Los empresarios están ahogados por tantos impuestos. Dadas las circunstancias actuales y las venideras, sólo se les deberían hacer pagar impuestos por ventas. Así, eliminándoles la inmensa carga impositiva, lograremos hacer crecer al empresariado colombiano, evitándonos más quiebras de empresas y el aumento del desempleo.
Toca que el Estado se reduzca, y al mínimo, la burocracia estatal no hace país; son las empresas y los trabajadores los que harán que nos recuperemos los colombianos.
Por Colombia ¡todo y todos! ¡Ya!