La exreina de belleza de Santander María Claudia Peñuela, señalada en varios medios de comunicación, aclara su situación de confinamiento en el Hotel Dann de Bucaramanga donde se encuentra confinada desde que llegó de España sin saber que tenía Coronavirus. En una carta dirigida al Presidente de La República Iván Duque la ex reina y reconocida ciudadana bumanguesa explica en detalle su situación y las razones que la llevaron a interponer una acción de tutela. Dice que ‘Los peor es que mientras todos se protegen y hablan de solidaridad, a mí me atacan, deshonran y abandonan a mi suerte, protegiendo tan solo los intereses de una cadena hotelera a la que, ningún daño le estoy causando, pues he pagado los servicios prestados’.
Respetado Señor Presidente,
A raíz de las falsas versiones que han circulado en mi contra, con ocasión de haber adquirido la grave enfermedad COVID-19, declarada PANDEMIA por la Organización Mundial de la Salud, y en las cuales se han olvidado de los más caros principios constitucionales que protegen a todo ser humano, como el de la salud y vida en condiciones dignas, me veo en la imperiosa necesidad de acudir ante Usted, como máxima autoridad del Estado, para lograr su intervención, en la grave situación por la que estoy atravesando y frente a la cual los jueces como protectores de tales derechos han cedido a la información mediática sin atender la realidad y verdad de los hechos:
Por lo tanto, con todo respeto, me permito aclarar:
1. Llegué proveniente de España el día 13 de marzo de 2020, y al ingresar a Migración en el Aeropuerto El Dorado cumplí con los protocolos que exigían a quienes regresábamos al país luego de una estadía en el exterior.
2. Por lo anterior, los funcionarios de Migración Colombia nos hicieron llenar una ficha Técnica en la que manifestábamos el estado de salud en el que nos encontrábamos. Por ello, de buena fe y en honor a la verdad, manifesté que no presentaba ningún síntoma ni malestar tal y como fue evidenciado en los controles del Aeropuerto El Dorado.
3. En ningún momento los funcionarios de Migración Colombia me pusieron conocimiento ni a mí ni al resto de pasajeros, la existencia de Decretos o Resoluciones que aplicaran para quienes regresábamos del exterior, y al observar que todo estaba en regla y luego de llenar la ficha técnica se me autorizó continuar con mi itinerario cuyo destino final era la ciudad de Bucaramanga.
4. Por lo tanto, mi conducta se adecúo al inciso segundo del artículo 4 de la Resolución 385 de 12 de marzo de 2020 del Ministerio de Salud y Protección Social que dispone: “Para los viajeros que tengan su residencia en el territorio nacional, las medidas serán aplicadas en el lugar de destino final en el país. Si el primer lugar de desembarque no es su destino final, el traslado entre uno y otro lugar se hará con todas las medidas de bioseguridad, las cuales serán sufragadas con cargo a los recursos propios del viajero”. Debo aclarar que, si bien el contenido de dicha resolución no lo conocía en ese momento, lo respeté, porque mi destino final era la ciudad de Bucaramanga y debía guardar aislamiento con todas las medidas de bioseguridad. Adjunto fotografía con el uso de la mascarilla en el aeropuerto.
5. La decisión de hospedarme en el Hotel Dann para cumplir la medida de aislamiento, obedeció a que en la residencia de mis padres; lugar al que podría llegar por no tener otro, desde hace varios años se atiende a mi padre de 91 años con estado de salud crítico (Parkison con rigidez neurodegenerativo con obstrucción cortico-gangleobasal; por ello, sometido a postración y dependencia total), al cual no podía exponer como tampoco a mi señora madre que es adulta mayor -73 años; quien se encarga de cuidarlo y prodigarle el afecto para que tenga una vida digna en sus condiciones precarias de salud.
6. Desafortunadamente, días después de mi llegada al Hotel DANN, empecé a tener síntomas propios de un resfriado, por lo que angustiada le comuniqué al personal del hotel y a la Secretaría de Salud Departamental la situación. Desde ese momento inclusive y, sin saber aún, si estaba infectada, el hotel empezó a ejercer actos de violencia psicológica en mi contra, a presionarme para que lo abandonara, lo cual no hice, para no incumplir la medida preventiva de aislamiento y cuarentena ya decretada en el Departamento.
7. El Hotel Dann de Bucaramanga, en lugar de prestarme un servicio adecuado a mi grave situación de salud, ha puesto todos los obstáculos y barreras para impedir mi pronta recuperación, a tal punto que interrumpieron las labores de limpieza de la habitación, poniendo trabas y dificultades para ingresar alimentos, utilizan taladros en las habitaciones adyacentes durante las noches para perturbar mi sueño con el ruido, cortan periódicamente el servicio de internet. Conductas que, en mi criterio constituyen graves actos de violencia contra una mujer que está en Bucaramanga, sola, que ya lleva 20 días en un encierro que no propició por su propia voluntad de querer contagiarse, padeciendo una grave enfermedad que, para nadie es desconocido puede llegar a producir la muerte; con lo cual se me está generando situación de estrés y depresión. Dichas conductas son propias de una grave violencia de género y atentan contra la dignidad del ser humano.
8. Como si lo anterior fuese poco, en todas los medios periodísticos y redes sociales se atenta contra mi derecho al buen nombre y honra; se me acusa de querer defraudar al sistema de salud, pero no se tiene en cuenta que los gastos del hotel yo los he venido sufragando periódicamente y con tarifa plena, a pesar de no prestarme los servicios correspondientes a la misma. Todo ello, porque solo se le ha dado credibilidad a la poderosa cadena hotelera DANN frente a la cual soy una simple ciudadana del común sin poder alguno para defenderme de su gran poderío y que, al parecer no solo tiene que, soportar la enfermedad que me aqueja sino también de sus ataques, maltrato y falta de solidaridad.
9. A raíz de estos hechos humillantes por parte del hotel, interpuse una tutela solicitando se me respeten los derechos a un trato digno, pero grave error cometí al haber pedido amparo legal a mi situación (debí haber soportado lo que fuera con tal de salir viva de esta situación y no enfrentarme a una multinacional tan poderosa como la cadena de Hoteles DANN) y con tanto poder en los medios de comunicación. La Juez Segundo Penal Municipal de Bucaramanga, Yolanda Ardila Pinto, dio por ciertas las mentiras del hotel en las que afirmó que había llegado enferma al mismo, y no lo había manifestado, desconociendo la prueba de la fecha del resultado del examen que adjunto, inclusive tanto la Juez como el hotel me denunciaron en la Fiscalía General de la Nación por incumplir las normas del aislamiento preventivo y la cuarentena, aduciendo que he debido quedarme en Bogotá. Pero, me pregunto, ¿en qué lugar en la ciudad de Bogotá?, porqué soy de Bucaramanga y quería estar cerca de mi familia. Allí de todas maneras debía hacerlo en un hotel. También me pregunto, ¿en ese hotel me hubiesen cerrado las puertas, como al peor de los criminales?
10. Para completar esta difícil situación de salud y emocional que vivo, hoy el personal del hotel está exigiendo mi inmediata salida para evitar ser denunciada ante la misma Juez por desacato.
Como el tema ha trascendido en los medios de comunicación locales, nacionales y en redes sociales, quiero aclararle a la opinión pública y a usted Señor Presidente:
a) No es cierto que llegué de España con la enfermedad, adjunto fecha de llegada y fecha de resultado positivo para COVID-19.
b) No es cierta la conclusión a la que llegó la juez que he contestado llamadas telefónicas fuera del hotel, como tampoco que hubiese estado en un mostrador de un Banco, como tampoco que no utilice tapabocas, ni es cierto que infecte siete empleados del hotel y menos a los enfermeros que me han atendido como me acusa el hotel.
c) No puedo cumplir plan de aislamiento en la residencia de mis padres porque, como ya lo referí, mi padre tiene 91 años y mi madre 73, luego son personas de alto riesgo; máxime que el primero está gravemente enfermo y los vecinos ya conocen de mi antecedente y van a impedir mi llegada a ese sitio.
d) Si salgo del aislamiento se empeora mi situación con la Fiscalía, porque vulnero el decreto departamental de cuarentena, y se corre el peligro de poder contaminar a otras personas.
e) Si me quedo en el Hotel, según el Gerente, me procesarán por desacato a la sentencia de tutela, dado que procederá a iniciar acciones ante la Juez. Es decir, que la justicia no me protege muy a pesar de ser una persona sujeto de especial protección del Estado, no solo por ser una mujer que está sola en la ciudad y padeciendo una grave enfermedad sino también víctima de la más aterradora violencia de género que, jamás pensé que pudiera llegar a sufrir por haber sido infectada de una enfermedad que en el mundo hoy nadie quiere padecer. Lo peor es que, mientras todos se protegen y hablan de solidaridad, a mí me atacan, deshonran y abandonan a mi suerte, protegiendo tan solo los intereses de una cadena hotelera a la que, ningún daño le estoy causando, pues he pagado los servicios prestados.
Por las anteriores razones, acudo ante usted, Señor Presidente y ante el señor Ministro de Salud para que me indiquen cuál debe ser mi correcto proceder y me brinden una colaboración expedita e idónea para poder superar esta grave situación que me aqueja y que, al parecer a nadie parece importarle, tan solo a la prensa que se sacia con noticias sesgadas que no cuentan con una versión real de los hechos.
A la espera de una pronta respuesta,
Cordialmente,
Maria Claudia Peñuela Cornejo
Copia:
Doctor Fernando Ruíz Gómez
Ministro de Salud y Protección Social
República de Colombia