Por: El Expediente
El poder y la autoridad que la ministra Gina Parody ejerció en el gobierno Santos no tuvo limite y fue tan determinante que daba ordenes y movía al personal de su confianza en todas las entidades donde tenía influencia. Gina no solo es amiga personal del Presidente sino que ella y su familia financiaron buena parte de su campaña; a la ministra se le veía maquillar al presidente en el backstage de los debates televisados y ya en el gobierno fue ganando espacio al punto de chocar con el entonces ministro de la Presidencia Néstor Humberto Martínez y con el vicepresidente Germán Vargas.
Desde que asumió la Consejería de Bogotá, traicionando su discurso en campaña en contra de los partidos políticos, renovó su carnet del Partido de La U y con esa credencial se llevó a sus más cercanos colaboradores a trabajar en cargos directivos: Johana Cerpa, secretaria privada en su campaña fue designada Cónsul de Colombia en Estambul; Marcela Cubides, coordinadora de su equipo de voluntarios fue contratista en la Unidad Nacional de Protección y asesora del entonces director Andrés Villamizar; Natalia Plested, asistente de su campaña, entró como asesora en la Unidad Nacional de Protección; Eduardo Franco, Director jurídico de la campaña, fue asesor en la Dirección de protección del ICBF, Mauricio Vega, exgerente de la campaña , tuvo el apoyo del gobierno para llegar a dirigir la Cámara de Comercio de Pereira y su mano derecha, el joven abogado William Mendieta, la acompañó durante todo su periplo por el gobierno nacional y actualmente tiene un cargo directivo en la Procuraduría de Fernando Carrillo que investiga a la exministra.
Pero ese banquete burocrático no fue suficiente para Parody. L apoderosa ministra echó mano de una practica común en el Estado para abrirle espacio a su apetito de poder, puestos y contratos y en el 2015 resolvió intervenir una entidad con un jugoso presupuesto, una amplia planta de persona y presentó la decisión como un exitoso resultado de su gestión. Fue así como la ministra le puso el ojo a la Universidad San Martín, por encima de las cientos de universidades de garaje que hay en el país, y la intervino poniéndola al servicio de su circulo de recomendados políticos.
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La intervención se hizo aprovechando presuntas irregularidades en el manejo de los dineros de las matriculas por parte de su dueño, el fallecido Mariano Albear. Parody utilizó sus lazos con la Fiscalía y puso en aprietos penales a Albear al tiempo que comenzó a tomar el control de la universidad con lo que ello implicaba: la entrada de toda su tropa de personal y el manejo del negocio.
Los primeros en tomar posición en la San Martín fueron tres personas de la confianza de la entonces ministra. El plenum, máximo órgano de poder, quedó integrado por Fernando Rojas Rojas, subdirector de Parody en el Sena; Adriana Lucía Ruíz exsecretaria General del Sena y Roberto Zarama Urdaneta, creador de su programa bandera Ser Pilo Paga.

Con llegada de sus tres escuderos comenzó la masacre laboral. Al menos 90 veteranos colaboradores de la universidad, creada hace más de 30 años, fueron saliendo de sus puestos de manera paulatina con la llegada de las personas recomendadas por el circulo de Parody que hoy fungen como los nuevos dueños de la San Martin mientras que la ex ministra vive cómoda en Nueva York haciéndole el esguince a las citaciones que le ha hecho la Fiscalía en Colombia para declarar en el escándalo de la corrupción del caso Odebrecht.
La avanzada de Parody llegó con personas a ocupar cargos directivos: la actual Rectora es la catedrática en ciencias económicas, Mayra Vieira Cano; el director Administrativo es el economista Edgar Marroquin; el Secretario General es Alejandro Suárez Parada; Mary Pérez es la directora de Recursos Humanos; Adriana Meza, directora de almacén y compras; Nancy Rocio Méndez Auditora interna Y Ricardo Bolaños Peñalosa, representante legal. Todos los anteriores, personas que llegaron en la transición en que la fila de Parody se tomó el poder de la San Martín.
En estos ultimos años otras personas han llegado a engrosar la lista de recomendados por las directivas impuestas por el Ministerio de Educación. Algunos de ellos son Edgar Alfredo Gutiérrez Rivera quien llegó en el 2015 como mano derecha de del director Administrativo Edgar Marroquin; William Niño Carrillo, encargado de la compra de pasajes y funciones especiales encomendadas por Marroquin, Servio Zambrano quien apoya en la dirección de presupuesto; David Corredor asesor de rectoría.
Los resultados de la intervención han sido ampliamente cuestionados por un grupo de estudiantes, docentes, trabajadores administrativos de la Universidad y padres de familia que crearon la Asociación Nacional Académica Sanmartiniana (ASONÁS) que preside el estudiante Cristian Alberto Sánchez quien ha liderado la protesta por los derechos de los alumnos y trabajadores de la universidad y a quien los actuales directivos de la Universidad le han negado la información del manejo administrativo y financiero que ha sido todo un misterio desde que Gina Parody le puso las manos encima.