Por: Fernando Torres Mejía
Desde el 28 de julio de 2024, el mundo entero supo que nuevamente el dictador Nicolás Maduro se robó las elecciones presidenciales en Venezuela y, aunque ya es una práctica común en la gran mayoría de países, me refiero a robarse elecciones presidenciales, parlamentarias, etc., la forma tan evidente de lo que ocurrió en el hermano país fue toda una vergüenza, pero la comunidad internacional solo se ha limitado a emitir pronunciamientos, es decir, bla, bla, bla y, después de 6 meses, vimos como este 10 de enero de 2025, nuevamente se posesionó la dictadura, con lo cual todo allá seguirá igual.
En 1959, Fidel Castro se tomó el poder en Cuba; han pasado 65 años de esa dictadura y todo allí sigue igual. En Venezuela, Hugo Chávez llega al poder el 2 de febrero de 1999, es decir, hace 25 años, y desde ese momento perdieron la democracia.
Ahora bien, muchos pensábamos que no se podían comparar y que existen grandes diferencias, teniendo en cuenta que el primero se trataba de una isla, y que además cuando se inició el régimen en Cuba ni siquiera existía el internet que aparece en la década de los sesenta, cuando el Departamento de Defensa de los Estados Unidos creó una red llamada ARPANET, pero como tal el internet tal como lo conocemos hoy comenzó en la década de los ochenta.
De otra parte, las redes sociales más conocidas y difundidas aparecen en 2004, como Facebook, aunque en 1971 nació BBS (“Bulletin” “Board” “System”), que no tuvo el auge de las que hoy existen y solo permitía compartir información.
Todo lo anterior tan solo para indicar que, si bien es cierto que estas diferencias nos hacían pensar que el régimen de Chávez y Maduro era cuestión de unos pocos años, todo parece indicar que tendremos una dictadura por muchos años y, claro, una migración desbordante que hoy supera los 7 millones y se calcula que para este 2025 serán más de 10 millones, a menos que suceda algo extraordinario que se ve muy pero muy lejano y casi que imposible.
A pesar de los mensajes subliminales como la “carterita azul”, “paciencia”, “Caracas 22°C” , así como el pronunciamiento del gobierno americano que subió la recompensa a US$65 millones por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, esto no es algo más que un premio de consolación, porque mientras no haya acciones contundentes, con una simple recompensa, no pasará nada.
De hecho, fue en 2020, bajo la administración de Donald Trump, cuando se empezó a ofrecer US$15 millones por Maduro y 4 años después sigue ejerciendo su presidencia bajo la protección de Rusia, China, Irán, Corea del Norte, entre otros. Difícil entonces que ese ofrecimiento de sus frutos, por el contrario, confirma que la única manera de derrocar esa dictadura es por la fuerza.
Ahora bien, ante la imposibilidad que están demostrando los gobernantes que solo emiten comunicados y escriben en redes sociales sobre la dictadura en Venezuela, también uno se pregunta, “cuánta hipocresía” sobre esta situación, pero pesan más los intereses económicos que el sufrimiento y padecimiento de los venezolanos y así lo están demostrando los presidentes, las federaciones de fútbol, los hinchas y, por supuesto, los medios de comunicación de los países de Suramérica que, despojados de toda solidaridad, continúan firmes con disputar el Campeonato Sudamericano Sub-20 de la Conmebol, que se llevará a cabo en Venezuela del 23 de enero al 16 de febrero de 2025, cuando lo mínimo que se espera es la presión internacional contra esa dictadura.
En el caso de Brasil, Bolivia y Colombia, al fin y al cabo, también son pichones de dictadores y, bueno, para ellos el asistir a este torneo no es más que reconfirmar la sumisión a ese régimen, pero los demás, quienes lo han criticado, ¿por qué lo hacen?, ¿por qué los medios de comunicación también quieren ser cómplices de este régimen?
Verdaderamente, la hipocresía sí es un cáncer que padecen aquellos quienes prefieren ser como el avestruz. ¿Será que, al menos por solidaridad, los presidentes de estos países, por dignidad sus federaciones de fútbol y por la credibilidad de los medios de comunicación que nos han inundado día a día de noticias en contra de ese régimen en los últimos 6 meses, no tienen suficientes motivos para que no envíen y no asistan a este campeonato?
Pero no, por el contrario, está demostrado que así como durante 65 años han sido indiferentes con Cuba, ocurrirá lo mismo con Venezuela, bajo el pretexto de que solo lleva 25 años, ratificando que es más importante la carterita azul, el fútbol, los medios de comunicación y la política.