Por: Laura Pinzón
Esta semana los diferentes precandidatos presidenciales dieron de qué hablar y no precisamente por sus aciertos. El comportamiento afanado, evasivo e incluso incoherente marcó la conducta de muchos de ellos en los diferentes medios de comunicación, algo que sin duda sigue dejando preguntas sobre el panorama presidencial.
Por un lado, la elección de Óscar Iván Zuluaga en representación por el Centro Democrático resultó en sinsabores, que han llevado incluso a la solicitud de revisión de las firmas para su elección. Por el otro, Sergio Fajardo en semejante embrollo por la ratificación del fallo que hizo la Contraloría en su contra por el caso de Hidroituango y finalmente, las repetidas declaraciones deschavetadas del representante del socialismo en Colombia, Gustavo Petro.
“Colombia quiere el cambio, está cansado de los mismos, por eso Petro será el próximo presidente” ¿Ah sí? ¿El cambio es tener un presidente que desconoce por completo el tema económico? Afirmó por ejemplo, que la Reserva Federal de Estados Unidos había brindado recursos directamente a los hogares más afectados por la pandemia, a los más pobres… Falso, lo que hizo la FED fue “emitir dólares a cambio de títulos de deuda”.
Y, es que sigue con sus premisas que apuntan al cambio (como afirma parte del pueblo) pero un cambio desinformado, ignorante… Su idea de imprimir billetes parece más un chiste que una propuesta real ¿Acaso cree que la economía de un país es como jugar Monopoly? Senador Petro, imprimir billetes genera inflación, el “dinero no es riqueza, es un medio de pago”.
Además afirmó que “lo primero que hará será acabar la contratación de exploración de petróleo” ¿su argumento? La conferencia de Glasgow y que Colombia no es un país petrolero. Se equivoca nuevamente senador, los ingresos que deja este hidrocarburo se estiman en un 13%, aporta al PIB nacional 2.10% y exportaciones del país 32%, entre otras importantes cifras según la ANH.
¿Con qué volarán los aviones si no hay petróleo? Quizás con su imaginación senador o, con los paneles solares que tanto sueña ¿De qué vivirán los desempleados? Del bolsillo de los empresarios que usted tanto rechaza, los que le pagan al Estado numerosos impuestos para sobrellevar su economía ¿Qué aprenderán los niños y jóvenes? Seguramente, las cartillas adoctrinadas de Fecode o, en anatomía, aciertos como su dictamen médico cuando fue a Cuba.
Estas preguntas se resuelven solas si usted con atención querido lector, ha analizado el discurso del libro que Petro tomó prestado de Cuba y Venezuela y que solamente repite en los medios sociales. Petro no puede ser el cambio porque a su ominosa ideología le gusta comer del pobre para vivir como rico, le encanta inventar realidades, dibuja igualdad sobre la miseria. En fin, su legado es el conformismo y su único Dios, el falso caudillo.