Por: Rene Galindo Rodríguez
Muchos años de historia y de sacrificio rodean a las Fuerzas Armadas de Colombia, historia llena de sacrificios, aciertos y desaciertos; victorias y derrotas, pero todas han sido en pro de la misma historia patria, ninguna muerte ha sido en vano dirían unos muy pocos patriotas y quien se atreve a escribir estos renglones para saber que tanto vale un soldado y policía en este suelo patrio.
Años y años transcurren en el devenir de la república, del país, de la nación y allí siempre está presente un policía o un soldado que escribe la historia con sudor y sangre no son los criminales o terroristas los que la escriben se los aseguro. Se han vivido épocas doradas de las Fuerzas Armadas como también épocas de vacas flacas pero que siempre las han aguantado estos héroes de la libertad. Solo por decir que los soldados y policías son quienes con sus cimientos han sostenido la carga pesada de este edificio democrático que esta a punto de derrumbarse.
A pesar del esfuerzo hecho por ellos, hoy por hoy se ve a estos funcionarios públicos a pesar de que estén investidos de autoridad con menos respeto, el trato es humillante y despectivo: en las calles, en los campos en todo lado. El cocalero, el indígena, el progresista, el comunista, el congresista y el criminal pisotean la dignidad del policía y del soldado y hasta nos atrevemos a asesinarlos porque se nos antoja o porque simplemente la sociedad es avivada por agentes enemigos de la Fuerza Pública que han propiciado el odio contra quienes les cuidan su propia libertad para expresarse.
La sociedad colombiana atraviesa por una crisis profunda de principios y valores que reflejan el comportamiento de la población ante el mínimo problema de resolución de conflictos, todo lo quieren arreglar insultando, agrediendo físicamente y asesinando a quien le exige compostura, disciplina y orden.
Por otro lado, hace mucho tiempo en las escuelas, colegios y universidades se dictaba y se exigían resultados en las clases de urbanidad de Carreño, ética, moral, religión considerado este sistema por expertos como la verdadera educación que conducía a los niños, jóvenes y adultos a ser ciudadanos de verdad, había que respetar a los demás, cumplir mis deberes antes que reclamar derechos y por el contrario no se presentaban esos niveles de violencia contra servidor público que hoy a los buenos colombianos nos tienen que preocupar. Hoy las cosas son al revés tiro la piedra no importa a quien le caiga, irrespeto y agredo a los que me de la gana ojalá a un policía y por encima de todo esto reclamo mis derechos.
¿A dónde vamos colombianos?, me pregunto con este comportamiento. «La revolución anárquica» “la revolución molecular disipada” están en marcha como movimientos sociales libertinos peligrosos y otros porque son un movimiento revolucionario que atenta contra la democracia, la disciplina y el orden de una sociedad, en casa falto la chancla y la correa porque no es posible que, por dejar el libre desarrollo de personalidad, los jóvenes ignorantes y violentos del siglo XXI insultan y agredan a sus padres porque dicen tener la razón y dicen “esa es la moda y que”. Ellos quieren vivir su propio mundo de anarquía, droga y libertinaje.
Tal es esta descomposición social que los crio con ínfulas de grandeza o de ego que se atreven a agredir a quien les da la gana, se trata al policía de «tombo» o «tombo bruto” como lo dijo un afamado político o se le pronuncia las famosas palabras “usted no sabe quién soy yo» al soldado se le trata de «soldadito…» esto ocurre porque la educación y los principios que le dieron en casa y escuelas a estos ciudadanos son inexistentes. Otros jóvenes manipulados como marionetas por terroristas y menos tolerantes se arman con piedras, armas de fuego, bombas monotov y ácidos para atentar contra la vida de los uniformados; sujetos que han sido financiados por canallas y sinvergüenzas políticos que ven en el arte de agredir y asesinar policías y soldados un botín político jugoso en sus cálculos matemáticos despiadados.
Se atenta a diario contra la dignidad de este servidor público a sabiendas que son ellos quienes cuidan la vida de los colombianos mientras duermen. Tal es el nivel de intolerancia o agresión hacia el uniformado que cualquier anarquista quiere pasar por encima de ellos desconociendo su autoridad y para ello los enemigos de la Fuerza Pública se valen de todo tipo de artimañas, hacen esfuerzos legislativos odiosos para acabar el ESMAD porque les incomoda a la hora de esgrimir sus armas de terrorismo urbano. Pero advierto en este escrito, algún día todos los soldados y policías de Colombia se cansarán por desprecio y trato recibido y nos dejarán solos para que nos enfrentemos los ciudadanos en esta revolución anárquica porque no los hemos defendido cuando debemos hacerlo.
Hoy asesinan a soldados y policías o en su efecto los secuestran los criminales coqueros de Colombia, indígenas violentos que se creen intocables y no pasa nada, nadie de los que dicen defender los derechos humanos se pronuncia, pero tampoco las autoridades locales, regionales y nacionales. Algunos lo hacen con lenguaje miedoso, pero nunca contundente como si la vida de estos colombianos de uniforme camuflado o verde oliva valiera cero pesos, cero pesos…. repito. Y como estamos en época electoral politiqueros peligroso utilizan también a los indígenas para que agredan al resto de la población civil y para suplanten la autoridad como lo pretende hacer de manera abusiva la guardia indígena en muchos casos.
La desgracia del militar o policía no conmueve a nadie ni al rico, ni al pobre, ni al de pensamiento de centro, izquierda o derecha, solamente a su familia que lo acompaña a su tumba, no hay protestas, marchas de respaldo, tampoco nos rasgamos las vestiduras, no hay nada, “ser héroe en Colombia no vale la pena”. Diría que solo es policía o soldado el que por vocación le sirve a los demás a cambio de nada como lo han demostrado en esta patria amada los uniformados.
Distinta es la situación cuando desafortunadamente asesinan a un líder social las noticias escandalosas se emiten por mucho tiempo en emisoras y medios de televisión y de nuevo me pregunto acaso la vida de ese policía no tiene los mismos derechos y valor que la del senador, el concejal, el albañil y el obrero, porque todos somos iguales frente a la ley colombiana o no…. Pero cuando la ley criminal le quita vida a alguno de los miembros de la Fuerza Pública es como si se muriera un objeto que no tiene vida… no vale nada al menos este ser humano. “Total, ser soldado o policía de la patria no vale nada”. Se murió ese tombo, se murió ese patiamarrado.
La indiferencia se apodera de la población, el miedo los acobarda también tal vez porque algo muy grave ocurre en la justicia colombiana que no respalda a ese ciudadano que quiere denunciar y por el contrario lo pone en evidencia frente a los criminales, por esa razón la vida en Colombia no vale nada como dice Antonio Aguilar en una de sus famosas canciones.
No sé si vale la pena volver a poner en práctica el adagio “que al soldado y policía en tiempos difíciles se le alaba y en tiempos de paz se condena y se humilla”, pues quiero recordar que estamos en tiempos alarmantes no difíciles entonces es hora de apoyar, alabar y defender a los policías de la patria y nunca mas abandonarlos para no atravesar por situaciones que no queremos repetir. Nos tenemos que defender junto a la Fuerza Pública de la revolución criminal anárquica y terrorista porque solo el sacrificio de vidas de uniformados no basta para detener esta carrera criminal de quienes desestabilizar el país. Demos el valor que corresponde a ese ser humano de uniformado que lucha solo porque todos estemos en las mejores condiciones seguridad y bienestar sin importar si el poder legislativo y judicial este de su lado.
Demosle el valor que corresponde a la vida, que la vida del soldado, del policía, el ciclista, el líder social y la del obrero tenga un gran sentido y valor para volver a creer en nosotros mismos, respaldemos a la Fuerza Pública para que nos defienda de todos estos factores de inseguridad que tiene agobiada y enferma a la población colombiana.
Héroes de la patria para delante cumplan sus funciones apegados a la carta magna para que mañana sea reconocido por fin, su gran labor titánica que hacen por todos para el bien de nosotros los colombianos. Mañana alguien sensato dirá su vida vale mucho y como diste la vida por los colombianos lo vamos a honrar como el héroe que fuiste algún día declaro duelo nacional por días… como se honró la vida del gran General americano COLIN POWELL.
“Defienda la vida de un héroe uniformado para que mañana sea la suya la que defiendan” SE LOS DIGO. Que viva el soldado y policía de la patria.