Por: Fernando Álvarez
El controvertido periodista Daniel Coronell Castañeda inauguró el gobierno del presidente Gustavo Petro y ya hizo que rodara la primera cabeza en apenas tres semanas de gobierno. Desde el primer día en que fue designada la emprendió hasta dejarla en la lona contra quien iba a ser la Ministra de las Tic, Mery Janeth Gutiérrez.
Pero lo que muchos no saben es que aquí hay gato encerrado.
Lo inusitado de la madrugada de este comunicador perdonavidas hizo recordar cuando se fue lanza en ristre contra una derrota que sufrió cuando fui elegido Comisionado Nacional de Televisión. Y así como obligó en su momento a indagar de qué se trataba su inquina y a santo de qué mi otrora admirador me levantaba a bate, esta vez su accionar oculto deja ver que Coronell no da puntada sin dedal y que se trae también algo entre manos. Cuando me la dedicó en enero del 2005 fue porque derroté a Javier Ayala en las elecciones de la CNTV y literalmente les dañé el pastel.
Mi llegada como Comisionado de TV se atravesaba en su pretensión fallida de tumbarle al estado cerca de 20.000 millones de pesos, mediante un amañado tribunal de arbitramento acordado en pacto secreto con Ayala, quien en ese momento era Presidente de la Comisión Nacional de Televisión y había sido su jefe y socio en ciertas andanzas que les permitía conseguir apoyos económicas de dudoso origen para el Noticiero Nacional.
Esta vez el periodista aliado y socio de narcos optó por juzgar por su condición y la arremetió contra Mery Gutiérrez porque es parte interesada en una demanda que tiene ella como representante legal de Programar Televisión en contra del Estado.
El cuento se remonta a que Coronell en su nada oculta intención de ser un magnate de las comunicaciones a toda costa, fue el promotor principal de la idea de sacar a Programar Televisión del Canal Uno. Cuando se avecinaba la renovación de la adjudicación de espacios por parte del Estado, que había otorgado su operación a cuatro consorcios televisivos del cual eran parte tanto Programar como NTC, la empresa de Coronell que emitía Noticias Uno. Los otros eran CM& de Yamid Amat, con otros socios ocultos, en una cuarta parte y Jorge Barón Televisión era el cuarto de los contratitasç RTI, de Patricio Wills, hacía parte de una unión temporal con Programar en la otra cuarta parte de la programación del Canal Uno.
La jugada maestra consistió en maniobrar para que Programar quedara por fuera y de esa manera Coronell podía incrementar su cuotaparte, con un aliado natural, oculto, el expresidente César Gaviria, quien finalmente fue también el gran beneficiado y además se la jugó para que mediante la gestión de su hijo Simón Gaviria, como Jefe de Planeación del gobierno de Juan Manuel Santos, le torcieran el pescuezo a la ley de televisión y lograran por arte de birlibirloque meter el tema del Canal Uno en el Plan Nacional de Desarrollo.
De esta manera tanto Jorge Barón y Programar salieron del escenario y con la ayuda de una Junta de la ANTV pusilánime con el gobierno Santos, se tomaron el Canal Uno y lograron que se los adjudicaran, en abierta contradicción con el espíritu de la ley para ese canal.
Esta jugadita de Coronell y sus demás aliados no tan ocultos fue la que originó que Mery Janeth Gutiérrez terminara en una demanda contra la ANTV, entidad que tiempo después desapareció y sus funciones fueron asumidas por el Ministerio de las Tic.
Es claro que Coronell sabe que esto no sería un impedimento, ya que en cualquier caso la escogida se hubiera podido declarar impedida para atender este tema, que entre otras cosas ya está es en manos del Consejo de Estado, con lo cual poco y nada podrá esta cartera tener injerencia en un eventual fallo judicial.
Lo que si tiene claro Coronell es que debe impedir que esa demanda sea ganada por Mery Janeth Gutiérrez, porque en ese caso es probable que se caiga la medida que sacó del aire a Programar y a Jorge Barón.
Y esto no solo resultaría en contra de las pretensiones de Coronell, Yamid Amat y Cesar Gaviria, sino que eventualmente tanto los funcionarios como los socios del canal que promovieron este ardid sean objeto de repetición por haber manipulado esta decisión que causó grandes daños y perjuicios a Programar y a Jorge Barón, a quien le dieron su patadita de la mala suerte. Quizás el periodista ligero para sembrar sospechas y poner en la picota pública a quien se le atraviese en sus planes, sabe demasiado.
Como aliado en su noticiero del extraditado narcotraficante Pastor Perafán y como socio en NTC de “El Bandi” Cesar Villegas, testaferro del Cartel de Cali, sabe de socios ocultos, de dineros oscuros y de prácticas “non sanctas” para esquilmar al Estado.
Y no solo juzga por su condición, sino que no tiene ningún empacho para afrentar a la ministra designada porque tiene un claro interés en que no le vaya bien así ponga en riesgo su aspiración a ser contratista del gobierno de Petro, como lo hizo a las mil maravillas con el gobierno de Santos.
De todas formas, lo decente que debió hacer en este caso el periodista con intereses ocultos era abstenerse de salir a confrontar la Ministra y de intentar demeritar su nombramiento, rebuscando contratos y fabricando hipótesis, porque es claro que Coronell tiene un propósito indebido, ya que es por acción contraparte en este pleito que tiene la nombrada ministra con la nación.