Por: D´Mar Córdoba
Aunque la tragedia del vecino país no empezó con la llegada de Chávez al poder en 1998; si fue evidente que llegaría la oscura noche, donde la dictadura oprobiosa del comandante caribeño, ejecutó el macabro plan que hizo que Venezuela pasara de ser el país más rico de América del Sur, al más pobre del hemisferio. Es que el socialismo no lo aguanta ningún país, de otra manera no sería ese paisaje de miseria y represión, sino la cuna de las libertades y el respeto por los derechos humanos.
Colombia se convirtió en el refugio de millones de venezolanos que salieron corriendo de ese país, ahora en manos de un peligroso ignorante como Nicolás Maduro, quien resolvió para reactivar su economía inexistente, decretar desde octubre el inicio de la navidad; valiente gracia.
Para nuestro país la carga de los cientos de miles de venezolanos, supone varios riesgos y problemas difíciles de contener; de acuerdo con Migración Colombia, al mes de junio de 2021, en Colombia había más de 1,7 millones de venezolanos viviendo en Colombia, en condiciones de extrema pobreza la inmensa mayoría y otros regularizados para poder vivir y trabajar en nuestro país.
De los 1.742.927 venezolanos en el país, el 56.4% tienen estatus irregular; 983.343, el 43.6% tienen estatus regular, lo que significa 759.584 a los que debemos dar asistencia en temas básicos como salud y educación; claro con los impuestos de los colombianos que trabajamos y pagamos peso a peso lo que nos ganamos con tanto esfuerzo.
Las cifras de Migración indican que los refugiados venezolanos están concentrados de la siguiente manera: el 19.6% en Bogotá, 10.7% en Norte de Santander, 9.3% en Atlántico, 9.1% Antioquia y 8.6% en La Guajira.
De acuerdo con información de la Registraduría Nacional del Estado Civil, desde el 2010 al 2021, se han inscrito en el registro civil de nacimiento 640.586, de los cuales hay cedulados que pudieran participar en unas elecciones 296.420.
Pero en el censo electoral aparecen registrados 294.223 ciudadanos que llegaron de Venezuela, lo que no es poco; con esa cifra perfectamente pueden elegir un par de senadores de la República e incluso definir la suerte de Colombia en unas elecciones presidenciales.
Venezuela ahora se ha convertido en refugio de dos grupos terroristas como son los de ELN y FARC, quienes son responsables de la producción de cocaína en su mayoría. De hecho informes de inteligencia, indican que entre 2020 y 2021, se han detectado 623 trazas de vuelos irregulares que transportaron toneladas de coca, para ser vendidos a mafias en México y Europa.
Los informes de inteligencia revelados por la prensa colombiana, indican que las mal llamadas “disidencias” de las FARC se dividen en dos redes. La primera, bajo el mando del criminal ‘Gentil Duarte’ que cuenta cuando menos con unos 320 hombres, que hace presencia a través del frente 33, al mando de ‘Jhon Mechas’; el frente 41, cuyo jefe está identificado como ‘Gonzalo’, y el frente décimo, al mando de ‘Arturo Ruiz’.
La otra red de las disidencias es la llamada ‘Segunda Marquetalia’, cuyo jefe es ‘Iván Márquez’ y que tendría unos 861 hombres en armas; esta red es la muestra de que las FARC se dividió de manera clara luego de la firma del acuerdo que le mereció el Nobel a Santos, sin haber logrado la paz de nada.
El ELN hoy tiene presencia en 12 de los 24 estados de Venezuela, en particular en Anzoátegui, Amazonas, Apure, Bolívar, Zulia y Táchira. Esos terroristas socios de las FARC, tendrían por lo menos 1.100 hombres solo en zona de frontera; que cuentan con el apoyo de la narcodictadura de Maduro.
Se necesita con urgencia un mandatario de los colombianos, que tenga la firmeza de expulsar a los criminales que llegaron de Venezuela y que inauguraron la macabra práctica de matar para robar, y que claramente participaron de manera activa en la “brisita bolivariana” o paro nacional, donde terroristas urbanos se enfrentaron a la Fuerza Pública y bloquearon el país.
Ojalá quien ocupe la Casa de Nariño desde el 2022, logre la formalización de los venezolanos de bien que buscan oportunidades, para que trabajen y tributen como corresponde, y no sigan siendo una carga insostenible para el erario.
Ojo con el 22, Venezuela puede hacer la diferencia en unas elecciones en Colombia; con la chequera del narcotráfico de las guerrillas y la ambición de expansión del dictador Maduro; cualquier democracia tiembla.