Por: Roberto Trobajo
La polarización está haciendo metástasis y hará aún más daño que las secuelas que dejaría esta pandemia de la que se empieza a salir.
Lo único que puede parar está polarización, ya deshumanizante, es que las bases sociales les pongan tatequietos a esos populistas-extremistas que quieren el poder de a porque sí y sin realmente estar interesados en las necesidades y anhelos de las mayorías.
En Colombia nunca existió tanta hostilidad en los discursos políticos que emanan desde diferentes propuestas ideológicas, y esto le hace muchísimo daño a la democracia pues carcomen lo poco que hay de cultura política.
Y hacía el interior de los partidos y movimientos políticos, la nefasta polarización pone a chocar fuerzas que debilitan cualquier pretensión de liderazgos.
Así las cosas, ¡fatal! nadie ganará y los más afectados serán las personas de bien…que se verán tan decepcionadas que no creerían en nada ni en nadie; ¡Y ahí graves!
Ya hay síntomas: el crecimiento de la antipatía hacía los contendientes va en aumento mientras crecen las agresiones y opiniones ácidas que se lanzan entre candidatos.
Presidenciables se sofocan por las acusaciones y ataques con que se bombardean; así estarán ahogados -hundidos por ellos mismos- lo que es peor que achicharrarse electoralmente.
Las raíces de esta abismal polarización colombiana las ubico en ese show del tal “proceso de paz”, donde Santos y sus secuaces mezquinamente manipularon los anhelos de paz del pueblo, tildando de “amigos de la paz” vs “enemigos de la paz”. ¿Saldo? En lugar de aglutinarse a la sociedad colombiana alrededor de un loable objetivo común, Santos empujó a dividir profundamente y casi para siempre.
De cara a la actual contienda electoral se debe tener muy en cuenta que de la diversificación y pluralidad que prevalezcan al hacerse política dependerá la solidez democrática vital para fortalecer al país; lo contrario sería empujarnos a un suicidio…irreversible.
Cuando se sondea a la gente, a los colombianos de a pie, sobre qué quieren y anhelan, las respuestas son unánimes: empleos, sobrevivir dignamente, emprender para levantarnos económicamente.
Así las cosas, la realidad que se palpa, la gente no quiere saber de “políticos” y sí de lideres que potencien, aúnen voluntades y esfuerzos, y que sepan de economía: en mi opinión, y sin demeritar a candidatos con los que soy afín ideológicamente, creo que necesitamos de un Presidente y Vicepresidente a ECONOMISTAS, idóneos serían exministros de Hacienda que ya han demostrado saber de administración y finanzas públicas, quienes serán garantías para que los colombianos crean y estén seguros de que líderes muy capaces moverán hacía la segura salida de esta crisis que tan duro a golpeado Colombia.
Los colombianos necesitamos ¡vida! que sólo se tiene disponiéndose de empleos, con desarrollo económico, y sostenibilidad social basada en ¡trabajar!…sin tantos subsidios ni que se regalen rentas, como andan prometiendo populistas polarizando.
La polarización es una pandemia política, que la paramos o nos acaban; y el futuro tiene que ser ya.