Por: Frédéric Garzón – El Denunciante
La postura actual de Juan Carlos Cárdenas Rey, exalcalde de Bucaramanga, frente al gobierno de Jaime Andrés Beltrán Martínez, refleja una evidente doble moral que no puede ser ignorada. Cárdenas llegó a la alcaldía bajo el respaldo de un entorno político marcado por el populismo, falta de transparencia, ineficiencia y alta dosis de corrupción (caso Vitalogic), pero lo más preocupante es lo que dejó tras su gestión: una ciudad estancada, sin obras de gran impacto y con una parálisis que se tradujo en 8 años de retroceso en su desarrollo urbano y social.
Como ingeniero civil, Cárdenas tenía la oportunidad y la responsabilidad de liderar proyectos significativos que transformaran Bucaramanga, sin embargo, su administración se caracterizó por la falta de una visión clara y la ausencia de obras que mejoraran la infraestructura de la ciudad o promovieran un desarrollo urbano adecuado. En lugar de avanzar, Bucaramanga quedó sumida en un ciclo de ineficiencia administrativa que, lejos de propiciar el progreso, contribuyó a frenar su crecimiento y modernización.
En este contexto, la crítica de Cárdenas al gobierno de Beltrán, que lleva tan solo un año, parece más una estrategia de supervivencia política que un análisis constructivo de la realidad de la ciudad. Cárdenas no solo dejó una ciudad con importantes rezagos, sino que su mandato estuvo marcado por múltiples señalamientos de ineficiencia, un ejemplo de ello fue su incapacidad para gestionar proyectos trascendentales para la ciudad con la “Ley Bucaramanga 400 años” que quedó en los anaqueles de la vergüenza nacional.
Su gobierno también tuvo señalamientos de corrupción, lo que agravó aún más la percepción de desconfianza en la ciudadanía, solo recordar los líos en los contratos de Telegestión, medida de alumbrado público, la monumental destrucción de los colegios públicos entre ellos su institución Técnico Damaso Zapata donde fue declarado persona no grata, los dudosos contratos que hizo en la declaratoria de emergencia pública, las múltiples obras inconclusas, etc.
Aunque el alcalde Jaime Andrés en su primer año ha mostrado un enfoque diferente al de Cárdenas y al de su mentor; recomponer los 8 años de oscuridad y atraso no es fácil, enfrenta retos difíciles de ciudad, con un fallo de primera instancia de nulidad electoral y con una bancada de gobierno en el concejo municipal que no le da la cara a la ciudad; con todo esto, Beltrán Jaimes cuenta con un respaldo ciudadano que lo refrendó con más de 90 mil votos y que lo ratifica en las diversas encuestas que miden la favorabilidad de los mandatarios en Colombia.
La actitud del exalcalde Juan Carlos Cárdenas Rey es una clara muestra de incoherencia política y una postura sin autoridad moral para criticar; su gestión y el legado que recibió de su mentor estuvieron marcados por la ineficiencia, el estancamiento y la corrupción.