Por: Fernando Torres Mejía
¿Recuerdan cuando Gustavo Petro en las secciones del senado la emprendía contra Álvaro Uribe, y este se igualaba a contestarle, con lo cual se generaban unos espectáculos bochornosos y de muy bajo nivel?, luego durante las campañas a la presidencia, también eran frecuentes los insultos y las provocaciones y así se la pasaba agarrado con el expresidente porque esa es su naturaleza, una persona violenta, que le gusta vivir de enfrentamiento en enfrentamiento, que le gusta la confrontación, en conclusión el que fue, jamás dejara de serlo.
Como se quedó sin a quien confrontar una vez que Uribe le “tendió” la mano, ahora se fue lanza en ristre contra otro peso pesado, el fiscal general que, si bien es cierto, tiene carácter y no le “come” cuento a Petro por el hecho de ser el presidente, es claro que también está haciendo sus pinitos y no oculta estar en la contienda electoral de 2026 como candidato a la presidencia.
Petro quiere el poder absoluto, y eso incluye los poderes legislativos y el judicial y así lo viene demostrando en cada paso que da, si no recordemos la salida de Felipe Bayón el carismático expresidente de Ecopetrol del cual se supo que detrás de su salida habría estado la mano del presidente mandatario, y todo por cuenta de que Bayón, contrario a lo que ha venido pregonando el Gobierno, se caracterizó por ser un defensor del sector minero energético, lo cual lo llevo a tener grandes diferencias con el jefe de Estado y con la ministra de Minas y Energía.
Así mismo, ocurrió con el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) y en ese caso, fue Laura Sarabia, la jefe de gabinete, quien le confirmó a Roberto Vélez que debía dejar la agremiación por orden del presidente de la República y que además quería que se iniciará un proceso de elección de un nuevo gerente de la Federación, el cual debería ser de su corriente política y comprometido con sus ideales, pero aunque en esta oportunidad no lo logró, se movió hasta última hora para evitarlo, pero los cafeteros se rebelaron y eligieron al ingeniero huilense Germán Bahamón.
Pero los deseos de seguir descabezando lo llevó a ir por Cesar Gaviria y para eso nombro a Luis Fernando Velasco, quien ya se había rebelado contra el expresidente y viene intentando convencer a los miembros del partido para que le den el “golpe” de estado a Gaviria, de hecho, ya ha logrado llevar a su redil a 18 congresistas que claramente se le están “vendiendo” al gobierno por el famoso plato de lentejas.
Petro no es una pera en dulce y no le gusta que le lleven la contraria que lo confronten ni que le hagan caer en cuenta de sus errores, porque se cree “Dios” y si no, porque creen que salieron de sus carteras Alejandro Gaviria quien hizo reparos a la reforma a la salud, Cecilia López, quien no estuvo de acuerdo con la expropiación exprés, ni con la decisión de la transición energética de la forma como este gobierno la quiere adelantar, y que decir de la salida del ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, de quien Petro lo acuso de tramposo y una persona que había minado su confianza y quien para rematar estuvo detrás de la elección de Germán Bahamón como gerente de la Federación de cafeteros, un acérrimo contradictor de Petro y su gobierno.
Por ahora, su más férrea “pelea” la caso con Francisco Barbosa en la que, como siempre, hace una salida en falso sin fundamentos al manifestar que él es el jefe del fiscal general de la nación y no vale la pena entrar en una discusión en la que este personaje demuestra el desconocimiento de la constitución que nos rige a partir de 1991. Ahora bien no puede un país ser manejado a través de Twitter por lo que se tienen que revisar las políticas de comunicaciones de la presidencia, porque las conversaciones y temas de este nivel no se pueden seguir dando en redes sociales, ya que todo lo que diga el presidente o cualquier otro dignatario de alto nivel, tiene un impacto muy fuerte, no solo en las relaciones con las diferentes ramas sino con la confianza de la ciudadanía tanto a nivel nacional como internacional y sin duda también afecta la institucionalidad, esto no le conviene a nadie y sus actuaciones deben ceñirse a la ley para reforzar ese mandato constitucional de la colaboración armónica de las distintas ramas del poder.
Finalmente, y aunque el politiquero Luis Fernando Velasco quiera disculpar a su “patrón”, al decir que “el presidente tiene razón y que quiso decir que lo eligieron presidente, lo que lo convierte en el jefe de estado de todos los colombianos, pero que está claro que él sabe que hay tres poderes y que, por lo tanto, lo interpretaron mal”, pero los colombianos tenemos claro y entendimos lo que realmente quiso decir el exguerrillero incorregible.