Por: Fernando Torres Mejía
Claro que no se vive de recuerdos, pero como no recordar que Cali, fue la cuna del civismo, del orden, la autoridad, el respeto en fin todo aquello que hoy quedo en el pasado.
Hoy 5 meses después del paro nacional, que para el caso de Cali, fue un SECUESTRO, en cabeza de unos “jóvenes pacíficos”, porque las cosas hay que llamarlas por su nombre y no seguir con el término «PRESUNTO” que ha hecho carrera tanto en la justicia, como en los medios de comunicación, porque nos entró el pánico de llamar las cosas como son, y se nos volvió común decir “presunto guerrillero, presunto asesino, presunto violador, presunto corrupto etc, etc ”,
La ciudad continua sin semáforos, con varias de las estaciones del MIO sin prestar el servicio porque sencillamente están destruidas y abandonadas, frecuentemente vemos vehículos de servicio público, particulares y motos circulando sobre sus carriles exclusivos, pero además los vemos a estos y sus acompañantes sin utilizar cascos, los conductores hacen cruces prohibidos y es frecuente ver como algunos van en contra vía, vehículos parqueados en andenes y separadores viales como ocurre en Ciudad Jardín, ya se nos volvió paisaje el servicio de transporte que prestan los “piratas” en vehículos que en su mayoría son modelos viejos y que no se entiende como les expiden la revisión técnica mecánica, que no respetan las filas, ni mucho menos las señales de tránsito y todo esto sucede frente a las “narices” de los agentes de tránsito, que dicho sea de paso, se escuchan rumores que aseguran que en este negocio de la piratería, son los mismos guardas, quienes son “accionistas” y no tiene nada de raro porque a diario los vemos “trabajando” justo en los sitios denominados terminalitos y no hacen nada, antes por el contrario, les permiten violar las normas mínimas de tránsito, sumado a esto, los trancones que tenemos que soportar no dan ganas de salir, la vía Cali – Jamundí ya se nos perdió la cuenta del día que por fin quedara totalmente habilitada, y
aunque a diario nos está tocando convivir con este desorden y falta de autoridad, la alcaldía en su “sabio” saber y entender, autoriza nuevamente la instalación de cámaras foto multas, cuando la principal necesidad es la habilitación de la red de semaforización, la verdad es incomprensible las prioridades que el alcalde tiene para solucionar el caos de la ciudad.
Sumado a lo anterior, la inseguridad es otro de los lunares graves de esta administración, ya no se puede salir tranquilo a un restaurante ni mucho menos caminar por un parque y si lo hacen con las mascotas, corren el riesgo que se las roben, como ocurre con los celulares, las bicicletas.
Cansados algunos caleños, se pusieron en la tarea de intentar la revocatoria del alcalde Jorge Iván Ospina y como siempre, hubo alboroto, buen ánimo, disposición y se veía a unos cuantos ingenuos convencidos de adelantar esta titánica tarea, desconociendo que esta ciudad por esencia se volvió de izquierda, mamerta y por otro lado se les olvida el poder corruptor que tiene el alcalde, y así quedo demostrado al infiltrar uno de los tres comités que habían conformado para este propósito, ofreciéndole una compensación económica y un ascenso laboral, aunque personalmente lo advertí en su oportunidad, ya que no era coherente que estuviera liderando un comité desde su puesto como funcionario de EMCALI, siendo esta empresa, un fortín político del señor Ospina.
Es que algo está pasando en la querida Cali, pues no hay sentido de pertenencia, los caleños cada uno piensa en lo suyo y no en como recuperar a esta linda ciudad, acá todos se volvieron apáticos, unos que otros se “esconden” en las redes sociales a despotricar y criticar, pero de ahí no pasan, los pocos líderes que aún quedan en la ciudad, no quieren “sacrificar” un poco de su tiempo y del tiempo de su familia para contribuir a su recuperación, es tan triste y desalentador lo que hoy se vive que converse con algunos socios del deportivo Cali, y comentaban que ya ni siquiera vale la pena ir a la sede de la Vásquez Cobo, donde se reunían a conversar grupos de amigos porque ya eso quedo en el pasado.
De otra parte, no podemos dejar de mencionar que Cali, también la convirtieron los fines de semana, en un hotel para los que continúan ejerciendo su profesión de alto riesgo, pues a escasa media hora ya se ven los cultivos de coca, que siguen proliferando y aumentando su presencia, gracias a los tales acuerdo de la Habana, el acuerdo que les sirvió a los Narcoterroristas de las Farc, para llevar a cabo el mayor lavado de activos y lograr su impunidad, por lo pronto, hay que seguir buscando como logramos convencer a uno de los pocos líderes con los que aun cuenta la ciudad y lograr su recuperación, de lo contrario seguiremos viendo a CALI, UNA CIUDAD SIN LEY, SIN ORDEN Y SIN AUTORIDAD