Por: Roberto Trobajo
Los “esos” y “esas” llenos de frustraciones que pululan, dizque “clamando” porque se acaben los gobiernos de derecha, son los especímenes más hipócritas que existen.
Esas “todas” y “todos” anhelan, en sus fueros internos, al menos parecerse al ideólogo Carlos Marx: aquel vividor que cuando aburrió a su familia raudo se fue a seducir a Engels para que lo mantuviera; jamás trabajó y hasta sus últimos días vivió vacilando, a costa de la buenísima pensión vitalicia que logró tumbarle a su mecenas Federico Engels, ese otro “padre” del marxismo que gestó al socialismo que llevaría al comunismo “anhelado” por los mamertos del siglo XXI.
No todos(as) logran ser un Marx, unos Castros, Chávez, Mujica, Lula, Evo, Correa, Maduro, Petro…que vivieron y viven del cuento.
Aunque sí tienen claras las enseñanzas heredadas, desde los viejos comunistas: explotar hábilmente la envidia para hacerla anidar en corazones.
Es que la envidia es el gran vicio de los mamertos. La envidia les carcome por esos complejos de inferioridad que sufren al ver triunfar a las mayorías ¡que sí trabajan duro o estudian de verdad!
Ser mamertos es ser malditos, la maldad habita dentro de sí mismos, y no afuera, en ese tal mundo al que incitan a combatir.
Y como a los mamertos, que tanto gustan de las cosas buenas, les toca imposible vivir tan rico como sus paradigmas, pues se dedican a tratar de destruir democracias, arruinar sociedades, para ver ¡si de pronto! logran mejorar estatus.
La manada mamerta, aun siendo homogénea en vicios y frustraciones, tiene sus matices mamerticos: están los que “viven” en países potencias y otros que “sobreviven” del lado de acá empeñados en tratar de que se les hagan los “milagritos” de vivir del Estado si “suben” a sus “líderes” y “lideresas” progres-alternativos-etcs.
Algunos son pragmáticos como la hija de Petro, esa que vive en Europa “becada” y que confesó clarito(a) que “ser socialista no significa querer que todos vivamos en la pobreza”, así prefiere estar en una universidad europea y no en una de las que su padre pregona querer para sus fans jóvenes en Colombia.
Otros, desde Miami, y a través de Youtube y/o Twitter, dan “pelas” para ganarse la candidatura a congresista por los colombianos en el exterior avalados por la Colombia Humana, Decentes, UP, o el que sea, con tal de ser alguien con $.
Y muchos, unos miles, es que no llegan al millón, sumándose a los mamertos en USA y Europa, les hacen barras a Petro, atacan a Uribe, se oponen a Trump, ignoran a Maduro, suspiran por los Castros, intentando que en USA se suba Biden para que afloje los apretones a Cuba y Venezuela, le quite apoyos a Duque…
Para que así, según creen esos mamertos, con los pocos dólares o euros que puedan ahorrar, ayudarían ¡a sus familiares! o montan negocitos en la “tierrita” de la que un día se fueron, migrando, para ver si se hacían alguien, que todavía no son, y que no serán nunca siendo tan… Memertazos (zas)!
¡Qué tal esos “intelectuales” que van a la USA y Europa para recibir prestigiosos premios y luego creyéndose celebridades destripan del statu quo del establishment que les dio algún reconocimiento!
O “esas” y “esos” con propiedades (hoteles, yates, mansiones) investidos de congresistas, que dicen “luchar” por un “capitalismo solidario” ¡Obvio, para que los suyos, familiares cercanos, vivan muchísimo mejor que hoy!
Una cosa son los migrantes que sudan para ¡levantarse! y poder enviar remesas a quienes tuvieron que dejar atrás; y muy diferente esos mamertos hipócritas mercenarios de las peores causas ¡deshumanizantes!
En EE.UU y las democracias europeas deberían quitarles las ciudadanías, residencias, visas, a quienes envenenan mentes contra los gobiernos de derecha que les abrieron puertas y han dado posibilidades de mejorar vidas. Otro tanto haría falta hicieran con los cómplices de terroristas, sicarios morales, narcos; “esos” y “esas” que desde USA y/o Europa apoyan a Petro, Cepeda, las FARC y el ELN, al régimen de “chavista”-madurista, y la dictadura castrista.
A los mamertos no hace falta matarlos (aunque se la pasen diciendo “nos están matando”) es que los mamertos se matan entre ellos, dejándose de utilizar cuando ya no se necesitan usar para alcanzar sus metas mamertas.
Empero, mientras tanto, ¡Qué!