De que sirve darle tanto sacrificio a la patria si cualquier aparecido político, politiquero puede ultrajar y pisotear el honor y la humanidad de los miembros de la fuerza pública. De que sirve dejar huellas y gotas de sangre en los campos colombianos para defender la democracia, la vida, la honra de todos los colombianos si lo que se recibe es desprecio, humillación e insultos por parte de fundamentalistas, solo por portar el uniforme que lo identifica como soldado, aviador, marino o policía de la patria. Me pregunto ¿porque tanto odio contra el ejército y la policía de los colombianos? si por tantos años ellos le han servido a la patria y gracias a estos héroes las libertades básicas y la democracia es posible vivirla en nuestra tierra.
Creo entonces con absoluto convencimiento que hay sectores oscuros del país interesados en sepultar la institucionalidad, para moverse a sus anchas sin control y por eso atacan su imagen y su organización utilizando todas las formas de lucha. El radicalismo social se ha venido acrecentando de manera peligrosa avivado por irresponsables, radicales, socialistas, comunistas, anarquistas, terroristas, vagos y narcotraficantes que por años, lustros y décadas se han visto presionados por la aplicación de la ley colombina por parte de la institucionalidad.
Hoy en Colombia factores políticos fundamentalistas también han llevado a engordar ese odio hacia los uniformados de la patria, que los ponen en riesgo en todo momento, al punto que se convierte en un reto de vida salir a la calle, el soldado y el policía deben vivir escondidos y asustados, porque el delincuente o el criminal que está patrocinado por el sistema politiquero de turno se siente con la potestad de asesinarlo en cualquier lugar y circunstancia sin que alguien pueda decir nada.
Para defender la vida de los policías y militares de Colombia no hay ONG u organismos defensores de sus vidas, ellos mueren y es uno más en las estadísticas del papel. Estos gravosos hechos no producen rechazo, ni dolor en nadie, a excepción de su familia que con resignación debe soportar tan cruel realidad, pareciera que hemos llegado en un estado de inconciencia que ya no nos importa nada la vida de los héroes de la patria, toda vez que por cualquier otra persona igualmente importante, como un líder social o no; sí se reclama y por lo contrario él escandalo es evidente reclamando justicia.
La incertidumbre de la actuación de cada soldado de cada policía es mas creciente, por cuanto el sistema socialista y politiquero que ahora esta en el poder viene construyendo un discurso de burla que no ofrece las garantías, ni la voluntad para que los militares y policías defiendan el país. Recientemente en plena campaña política, el adalid de la transparencia y gran orador del engaño les prometió a unos sinvergüenzas criminales, que serian tenidos en cuenta en un amplio proceso de paz sin condicionamientos, lo que permitió que estos bandidos supuestamente con aval asesinaran a muchos soldados y policías de la patria sin que ningún organismo hipócrita de esos que dicen defender los derechos humanos velaran por la integridad de ellos.
Las amenazas a la institucionalidad han sido constantes y no contentos con el triunfo electoral, el atrevido socialista radical nombra a un exmagistrado de dudosa actuación y enemigo de la fuerza pública como su ministro de defensa, hecho que ha atentando gravemente contra la fe y la moral de quienes integran estas instituciones.
Este señor que no sabe nada de seguridad y defensa nacional pretende manejar este delicado ministerio como una empresa de bolsillo, diciendo que prontamente la policía la pasará a un ministerio de la “paz en Suiza” y que a los militares también les hará cambios. No contentos con esto, se evidencia constantes desagravios en contra de los comandantes de la fuerza pública, destruyendo su honor; quiere llevarle a los generales de Colombia un historial, al estilo de las peores mafias del mundo, que constantemente están actualizando el libro de sus víctimas, poniendo de nuevo en riesgo su propio fuero constitucional.
Por otro las redes sociales han sido el principal camino del incendio provocador contra la fuerza pública colombiana, auspiciado por intocables e impulsado por todos sus borregos que aplauden a cuatro manos sus aparentes aciertos politiqueros.
Es hora de que a la fuerza pública se rodee por todos nosotros “los colombianos” para evitar que sea tragada por el dragón y la hoz comunista y siempre sean ellos la garantía democrática para que al pie de la letra puedan defender a los colombianos como reza tácitamente el articulo 216 y 217 de la constitución nacional.
Van 15 días de esta pesadilla y ya por capricho, por venganza o por odio, publicó los anuncios de que su nueva cúpula de la fuerza pública seria renovada completamente, entonces se va en lanza en ristre contra los militares y policías de Colombia llamando a calificar servicios a muchos generales sobresalientes sin desconocer que son pocos los corruptos y mediocres.
Generales excelentes, que son amplios conocedores del estado, de las problemáticas sociales, de la seguridad y la defensa nacional han sido echados de la institución como perros, desconociendo gravemente la trayectoria victoriosa de los mismos y por encima de su tan cacareado “gobierno de la vida”. Entonces pregunto para que ser general si por lo menos la patria no le reconoce sus más de 30 años de servicio a la misma. De que sirve darlo todo si los políticos pisotean el honor de los uniformados del país. Este ha sido un peligroso desacierto del egocéntrico socialista.
En este momento la incertidumbre reina en las instituciones; la seguridad y la defensa del país estan en riesgo toda vez que muchos generales de estos nunca se debieron llamar a calificar servicio o echados por la puerta de atrás, ellos son conocedores de asuntos de seguridad de estado que en este momento se ciernen contra nuestro país. Para decir que la integridad, la democracia y la soberanía del país está en altísimo riesgo de ser socavada.
Entrando en contexto de lo anterior, casualmente Maduro en varias oportunidades ha amenazado militarmente a nuestro país en los últimos días, también Rusia anuncia que armara a algunos países de América Latina y por otro lado los Grupos Armados Organizados y terroristas se reactivan de manera peligrosa, tal vez porque el rey del de las bolsas les prometió proceso de paz a cambio de muchos beneficios sin hacerles condicionamientos sin duda para participar en otro falso proceso de paz. Y para esto Cuba sigue siendo el nido y garante de terroristas y pronto veremos a los viejos y gordos terroristas del ELN sentados en el congreso de la república porque al fin y al cabo en Colombia lo que vale es ser delincuente y criminal, pésimo mensaje social que si se está dejando a nuestros hijos al final.
Humillados y pisoteados han sido nuestros generales al ser desconocidos por el poder politiquero y por eso no les queda otra opción sino sentar precedentes, no podemos seguir permitiendo que se pisotee la dignidad de los héroes de la patria, sin que esto no tenga un costo político. Ejemplo en los Estados Unidos y en la Europa moderna un militar y un policía tiene un gran valor social y humano para sus gentes acá no, representa el valor que le dé el poder político “incierto”. Acá en nuestro país hasta en lo más íntimo del ser uniformado se pisotea por eso hay que decir “basta ya”. Se suma otro hecho lamentable y condenable el desplante y burla que le hace el resentido socialista a la fuerza pública, al no asistir a un acto público importantísimo donde se haría el reconocimiento del mando a la nueva cúpula militar, ceremonia militar que se llevaría cabo en la Escuela Militar de Cadetes “José María Córdoba” confirmando aún más el desprecio y odio que le tiene a los soldados y policías de nuestra patria.
Es hora que las fuerzas armadas de Colombia en representación de los 50 millones de habitantes se hagan respetar, es hora de que no permitan que se pisotee su imagen. Es hora que la dignidad de los generales que mucho han hecho por más de 30 años de servicio se haga respetar. Por el contrario, nada podemos esperar de un político que solo le ha producido dolores de cabeza y daños del país. El honor y la gloria se debe a los policías y militares de Colombia son ellos los que merecen el respeto y reconocimiento por su ardua y desagradecida labor. Este tipo de actos de desagravio e irrespetuosos lo único que hacen es ahondar las heridas y no esta construyendo nada positivo para la nación.
Animo amigos de la fuerza pública, colombianos, militares, policías y veteranos de Colombia, la unión es la opción que se reclama en este momento para rodear a las instituciones, con el fin de hacerlas más fuertes frente a las pretensiones criminales de algunos sectores oscuros del país.
Es hora que el generalato del país asuma una posición digna, decorosa y contundente frente al escenario político de la patria. Activos y veteranos deben ser respetuosos de las decisiones políticas, pero con delicada observancia de lo que se planee; también deben hacerse respetar como personas y hacer respetar las instituciones a las que se representa. Hay que afirmar que la moral de las tropas esta en su imagen, que todos los días se proyecte y el coraje con el que sus lideres, directores y comandantes asumen las decisiones en momentos difíciles, ya esto, es hoy por hoy el combustible fundamental para aumentar la capacidad de acción de las fuerzas armadas sobre los factores de inestabilidad que afectan al país.
Arrodillarse solo frente a Dios les digo, para pedir por el futuro de Colombia a los políticos respeto, a los politiqueros respuestas contundentes y a la constitución nacional lealtad absoluta porque eso es lo que esperan los colombianos de sus fuerzas armadas. Que las fuerzas armadas sean para defender a los colombianos y no para esclavizarlos y someternos como en las peores dictaduras del mundo. He dicho.