Por: Fernando Torres Mejía
Pertenece a una familia numerosa sin mayores privilegios, como la mayoría en Colombia, criado por su mamá pues su padre estuvo ausente durante gran parte de su juventud (leer su último libro), estudió gracias a una beca del ICETEX y fue siempre un estudiante aplicado y juicioso, distinguiéndose siempre por ser de los más activos y con las mejores notas.
Además de economista con doctorado, estudio filosofía lo que complementa su formación técnica con un entendimiento profundo de lo humanista. Es una persona con un sentido del humor extraordinario y con una gran capacidad de comunicarse con diferentes interlocutores en el lenguaje que cada uno entiende.
Como miembro de familia es realmente maravilloso, Siempre atento a lo que requieren sus hermanos y hermanas y totalmente dedicado a su esposa, Verónica y a sus tres hijos, Gabriel, Gregorio y Julieta. Su respeto y admiración por las mujeres es ampliamente conocido y las hace parte de sus éxitos profesionales.
También ha sacrificado oportunidades laborales para que su esposa pueda aprovechar las que se ha ganado por sus calidades profesionales. Como amigo es incondicional, gran parte de ellos lo han sido desde sus épocas de estudiante y hoy lo acompañan en este importante proyecto para el país.
Su equipo de trabajo, que ya supera las 200 personas, tiene gran mística por el proyecto y relevan su capacidad de enfrentar crisis y convertirlas en grandes oportunidades de transformación.
Su experiencia, sus conocimientos y sus posiciones firmes que comunica claramente, lo convierten en un líder coherente y eficaz. Los pilares que guían su visión hacia la presidencia de la República pueden resumirse en 5 puntos, todos relacionados de alguna forma con el manejo de la economía, que es su mayor fortaleza.
1. Crecer no es suficiente; hay que crear economía, nuevos negocios, nuevos, productos, nuevos formatos logísticos; nuevos centros de producción (regiones y ciudades principales).
2. La educación debe transformarse desde la pedagogía; una pedagogía pertinente que genere las habilidades y formas de pensamiento que permitan a los jóvenes insertarse en un mundo totalmente cambiante.
3. Pasar de los “Qué, a los Cómo”, es decir ejecutar y dejar de diagnosticar.
4. Transformar y no reformar, entendiendo que las crisis permiten tomar decisiones imposibles de pensar en tiempos de tranquilidad.
5. Generar una cultura de Ética en la que la corrupción es responsabilidad de todos y es inadmisible en cualquier nivel.
Su posición es que, independientemente de lo que un gobernante piense, debe cumplir con lo pactado, pasar la página y abordar el futuro.
“No crea que nos vamos a olvidar de usted”, “La gente honrada sí sirve”, son algunas de las frases que recibe en la calle, estas demostraciones de afecto son lo que más lo han sorprendido y es lo más bonito que le ha pasado desde que estuvo como funcionario público, y el aprecio que se ganó, en parte fue gracias a que se dedicó a ser un ministro pedagógico que usa las frases de su abuela para explicar las situaciones más complejas del país. Cuando se despidió de los congresistas el comentario que más lo marcó fue “nos va a hacer falta, porque cuando usted habla uno aprende”.
Un candidato que no polariza, que goza de una muy buena reputación, que no hace parte de la política tradicional, con visión de futuro, que durante su vida ha demostrado ser un ejemplo por su dedicación y rectitud, una figura fresca, con grandes y de ideas.
“Colombia está en un momento fundamental en que puede salir y llenarse de oportunidades, este país, dejara de ser petrolero y se va a llenar de agro, de temas pecuarios, de servicios, de industria, se necesita de alguien que conozca la economía, que conozca el sector privado, que conozca el sector público, nos vamos a descentralizar, Colombia, es un país que deberíamos dejar de mirarlo desde Bogotá hacia abajo y mirarlo desde las regiones hacia adentro y hacia el mundo”: Juan Carlos Echeverry, UN BUEN CANDIDATO QUE NOS PONE A PENSAR, ¿Por qué NO?