Por: Mayor General (RP) William René salamanca Ramírez
En los últimos 200 años Colombia ha contado con un gran aliado estratégico a la hora de fortalecer sus instituciones democráticas y enfrentar con éxito las distintas manifestaciones del crimen organizado local y transnacional.
Estados Unidos, además de ser el máximo aliado comercial de nuestro país, siempre ha contribuido de manera decidida y determinante para que las autoridades nacionales sean altamente profesionales y efectivas en la lucha contra el delito, especialmente el flagelo global del narcotráfico, el terrorismo, la falsificación de moneda, la migración ilegal, el tráfico de flora y fauna y el cibercrimen.
El propio embajador Philip S. Goldberg señaló en las últimas horas que su país está “tratando de ayudar a proteger el proceso electoral en Colombia” de cualquier injerencia extranjera que ponga en riesgo nuestra democracia, en especial en lo relacionado con posibles ataques cibernéticos.
La prolífica historia de cooperación entre las dos naciones se remonta a 1822, cuando establecieron relaciones diplomáticas. Un año más tarde ya se había abierto en Bogotá la primera misión estadounidense, la cual se transformó en embajada en 1939, hasta convertirse en una de las más importantes del mundo.
Incluso, siete presidentes de la gran potencia han visitado nuestra patria: Franklin Delano Roosevelt (1934), John F. Kennedy (1961), Ronald Reagan (1982), George Bush padre (1990), Bill Clinton (2000), George Bush hijo (2004) y Barack Obama (2012). De este último guardo especial admiración por su carisma, conocimiento del mundo y aprecio hacia Colombia, tal como lo constaté en Cartagena, durante un diálogo personal en desarrollo de la Cumbre de las Américas.
Además, recuerdo que durante mi desempeño como Agregado de Policía en Washington trabajamos armónicamente, no solo en estos aspectos de trascendental importancia para las dos naciones y el resto de humanidad, sino que además ampliamos nuestra agenda en materia de protección a la niñez, derechos humanos, capacitación de personal y Tratado de Libre Comercio (TLC).
Con el embajador Gabriel Silva trabajamos intensamente en impulsar el TLC, en especial para despejar dudas que tenían congresistas estadounidenses sobre el compromiso de Colombia en materia ambiental y de protección de líderes sociales. Incluso, en una oportunidad recibí la misión de acompañar delegaciones de empresarios a Bogotá y Medellín.
Precisamente, en desarrollo de esta dinámica y fluida cooperación, recientemente se han registrado al menos seis hechos de trascendental importancia para nuestro país, que contribuyen a fortalecer nuestra soberanía, combatir la migración ilegal y la trata de personas y capacitar a estudiantes en un idioma tan importante como el inglés.
El primero se gestó el pasado 10 de marzo, cuando el presidente Joe Biden anunció que Estados Unidos designaba a Colombia como aliado estratégico no miembro de la Organización del Atlántico Norte (Otan) que, además de los beneficios militares, traerá más apoyo en aspectos comerciales, de inversión y financiamiento.
El segundo ocurrió tan solo diez días más tarde. En Panamá, el secretario de Estado, Antony Blinken, se reunió con representantes de 20 países de la región, incluido por su puesto Colombia, para impulsar una nueva política migratoria, máxime si se tiene en cuenta la creciente utilización ilegal de las selvas del Darién como vía hacia Estados Unidos. Allí se sentaron las bases de una propuesta integral que se debatirá en la Cumbre de las Américas, que se celebrará en junio en Los Ángeles.
El tercer hecho se registró el 22 de marzo. Tras un diálogo de alto nivel en San José de Costa Rica, el gobierno de Estados Unidos se comprometió con la protección del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical. Con tal fin, la Armada de ese país instaló antenas del sistema de identificación automática a lo largo de la costa colombiana para apoyar los esfuerzos de conocimiento del dominio marítimo.
A su vez, el Departamento de Estado está instalando un radar y construyendo una estación de guardacostas y un muelle en la isla de Gorgona. Adicionalmente, anunció la donación de motores de embarcaciones, por 2,6 millones de dólares, para optimizar la labor operativa de nuestros guardacostas y actualizar los aviones de patrulla marítima de la Armada Nacional.
Igualmente, a través de las Iniciativas para las Américas y la Ley de Conservación de Bosques Tropicales, Estados Unidos viene proporcionando financiación anual a la Fundación Malpelo, con el propósito de proteger ese santuario de fauna y flora. Incluso, la Guardia Costera viene impartiendo formación a los oficiales de embarque marítimo residentes en Colombia y a integrantes de la Armada, para implementar el plan de despliegue de la Perspectiva Estratégica de la Pesca, que combate esta práctica ilegal en nuestros mares.
El cuarto acontecimiento se registró hace una semana, cuando retornaron a Colombia 16 voluntarios estadounidenses del Cuerpo de Paz (Peace Corps), luego de su retiro en marzo del 2020 a causa de la pandemia.
Tan sólidas son las relaciones bilaterales que, desde que el presidente John F. Kennedy fundó Peace Corps en 1961, nuestro país se convirtió en el primero de 139 en recibir el respaldo de este voluntariado en materia de educación, salud, medio ambiente, agricultura y desarrollo económico de la comunidad y la juventud.
En esta oportunidad, sus delegados vienen con la misión de ejecutar dos grandes proyectos: enseñar inglés en escuelas secundarias y capacitar a profesores en ese idioma, e implementar un plan de Desarrollo Económico Comunitario, con activa participación de líderes sociales, mujeres, jóvenes, profesores, estudiantes, empresas locales y organizaciones territoriales, más funcionarios gubernamentales.
El quinto hecho ocurrió el martes, cuando los dos gobiernos suscribieron la Alianza de Cooperación para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, una iniciativa histórica para combatir de manera sostenible y coordinada la trata de menores de edad, en cuya implementación Estados Unidos ya comprometió 10 millones de dólares, tendientes a efectuar estudios que permitan identificar la mayor cantidad de víctimas, fortalecer las investigaciones y llevar ante la justicia a los responsables.
En los próximos cinco años, la Alianza centrará sus esfuerzos en prevenir y combatir este flagelo con fines de explotación sexual en contextos de viajes y turismo, a través de internet en vivo, mendicidad y reclutamiento forzado. Como bien lo dijo el embajador Goldberg: “Este es un ejemplo más de las formas en que nuestra estrecha amistad y alianza bilateral hace que los colombianos y los estadounidenses estén más seguros”.
Ya en 2014, el respaldo de Estados Unidos fue determinante para que en 2014 lográramos que la Policía Nacional de Colombia se convirtiera en la primera de América Latina en pertenecer a Virtual Global Taskforce (VGT), comunidad internacional de agencias estatales y organizaciones que luchan contra la pornografía infantil en línea, convirtiendo así a nuestro país en el primero de América Latina en ingresar a este selecto grupo que protege a nuestros niños, niñas y adolescentes.
Y el miércoles tuvo lugar el sexto anuncio. Ese día, la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos de Estados Unidos le entregó a nuestra Policía Nacional otros 12 helicópteros UH-60 Black Hawk para fortalecer la lucha contra el narcotráfico, en especial en 120 de los municipios priorizados por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, donde se concentra la producción de cocaína.
Esta millonaria donación hace parte de una larga asistencia que tuvo un momento histórico el 5 de noviembre de 1999, cuando Washington convirtió a la Policía Nacional de Colombia en la primera del mundo en contar con ese tipo de aeronaves, hasta entonces de uso exclusivo de los ejércitos.
También recuerdo que en 2018 habíamos recibido en Guaymaral 40 Certificados de Apreciación de una flotilla de aeronaves UH-60, de nuestra Área de Aviación Policial, e inauguramos una serie de obras para fortalecer las capacidades de esta especialidad.
Así mismo, se puso en marcha el Centro Estratégico de Monitoreo de Aviación Policial, orientado a mitigar el riesgo de incurrir en errores producto de la intervención humana en la programación de vuelos policiales, ya que la mayor parte del análisis de datos se venía efectuando de manera manual, mediante la revisión física de documentación.
Como nos podemos dar cuenta, la relación entre Estados Unidos y Colombia es una de las más sólidas de la región, la cual debe ser fortalecida y consolidada por el nuevo Presidente de la República.