Por: Fredy Garzón – El Denunciante
La frase final del comunicado de Rodrigo Londoño Echeverri, presidente de COMUNES, “No nos acabó la ultraderecha, menos el ELN”, deja un aire de incertidumbre y desconcierto que invita a la reflexión, pero también genera más preguntas que respuestas sobre el verdadero estado del Partido Comunes, compuesto por los excombatientes de las FARC.
En primer lugar, la afirmación parece sugerir una fortaleza inquebrantable: que ni los ataques de la ultraderecha ni la amenaza del ELN han logrado destruir el propósito de quienes firmaron el Acuerdo de Paz.
Sin embargo, la manera en que se formula esta declaración también deja abierta la posibilidad de una interpretación más compleja. Si bien se podría leer como un mensaje de resistencia política, también surge la duda sobre si, detrás de esas palabras, hay una defensa implícita de una falsa “desmovilización”.
Es decir, si realmente el Partido Comunes, en su afán de seguir en la arena política, ha permanecido ligado a algunos de los conflictos armados que marcaron su historia, o si la frase simplemente refleja la defensa de un proceso que, en algunos sectores del país, sigue siendo percibido como incumplido, incompleto o ambiguo.
El problema es que esta frase no aclara si efectivamente el partido está comprometido con una transformación total de su lucha armada a una política pacífica, o si aún persiste en algunos de sus miembros la idea de que, en un país tan fracturado, la violencia es una respuesta legítima frente a las dificultades del proceso de paz.
La referencia al ELN podría interpretarse como una declaración de que, a pesar de las diferencias internas, las amenazas externas no van a desestabilizarlos, pero también puede sugerir que la influencia de este grupo armado sigue siendo un factor que debe tomarse en cuenta al analizar el papel de los firmantes del Acuerdo de Paz en la actualidad.
En resumen, lo que plantea la frase de Londoño es un reto a la interpretación y la respuesta podría estar en el futuro, dependiendo de cómo el partido Comunes navegue las aguas turbias del conflicto armado, la política y el proceso de paz. Por ahora, esa frase nos deja con una gran pregunta abierta, que depende de cómo cada lector quiera verla. ¿Una declaración de fuerza de lucha por la paz o una advertencia de que, tal vez, los firmantes de la paz nunca se desmovilizaron completamente?