Por: Fernando Torres Mejía
Durante su posesión en Nuquí (Choco) como Defensora del Pueblo la señora Iris Marín Ortiz, su rostro no podía evitar ni mucho menos cambiar la expresión de terror y susto que no era para menos y todo por cuenta del discurso de odio, rabia, desespero, ofensivo y mentiras de Gustavo Petro, quien sin sonrojarse decía “las periodistas del poder, las muñecas de la mafia, construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar y a decir basta”.
De otra parte no rebajo de dictador al expresidente Iván Duque, “los mismos que hoy hipócritamente hablan de Venezuela y de dictaduras allá, multiplicado por tres lo hicieron en Colombia hace tres años, hipócritas ven dictadores afueras, pero no ven su propia dictadura y su propia podredumbre adentro”
Sin temor a equivocarnos podríamos decir que la señora Iris Marín, se preguntaba al escuchar todas esas historias, “¿en qué mierdero me estoy metiendo al aceptar este cargo, cuando tenemos a este personaje que un día habla de reconciliación y acuerdo nacional y a los pocos minutos caza peleas con la oposición, los empresarios, las agremiaciones, los insulta y, por otro lado, defiende dictaduras?”
Los colombianos nos acostumbramos a que sus discursos son solo mentiras y amenazas, nunca se le ha escuchado alguna propuesta coherente, todo lo que dice y hace ha estado de alguna manera manchado de sangre y ahora de corrupción, es lo único que sabe hacer, decir y proponer. Recordemos que tiene un pasado guerrillero y en su presente se rumora que tiene problemas de adicción que como consecuencia arrojan un perfil de un comportamiento psicópata, pero que además para que una persona a diario haga ese tipo de afirmaciones, es porque sin duda tiene que estar drogado.
Petro pareciera asustado con las mujeres sobre todo con la periodista Vicky Dávila a quien en redes sociales y mentideros políticos a diario hablan de su posible candidatura presidencial, y claro, él la ve como un rival duro y difícil que le costaría derrotar ya sea ante su posible reelección o porque sabe que dentro de su Pacto Histórico, no cuenta con alguien quien pueda enfrentarla y sabe además que no tiene nada que hacer ante una figura fresca que se ha ganado el respeto y la admiración de millones de colombianos.
Decir que Iván Duque es un dictador, cuando este le dio todas las garantías para elegirse presidente y nunca ni siquiera intento cambiar la constitución para buscar su reelección. Qué ironía, Petro denuncia supuestas dictaduras en Colombia, mientras apoya el régimen que se ha venido sosteniendo mediante fraudes electorales y represión.
¿Si Petro hace alusión a “muñecas de la mafia”, podríamos entonces decir que estamos frente al “patrón del mal”?, sus hechos lo demuestran, ataques diarios a quienes considera su oposición o no están de acuerdo con sus posiciones, apoyo a grupos terroristas, derrochador de recursos, sus hijos viven fuera del país y estudian en países capitalistas, gustos excéntricos, no siente ningún respeto hacia las fuerzas armadas, egocéntrico, en fin son muchas las actuaciones que guardan relación con ese protagonista que tanto mal le causo a Colombia.
Pero mientras continúa pronunciando sus discursos incendiarios, continuamos sumidos en una crisis de ingobernabilidad solo comparable a lo que ocurría hacia finales de los años dos mil, hoy vivimos en un caos en todos los sectores de la economía, Colfecarreporta 415 bloqueos en las vías nacionales en lo que va del 2024.
En sus dos eternos años como mandatario se cuentan con 166 masacres que han dejado 555 víctimas, volvieron los atentados a los oleoductos, los paros armados, el plan pistola en contra de los uniformados, el crecimiento de las minas quiebra patas que esta semana dejo una niña de tan solo 9 años quien perdió una de sus piernas, de nuevo es pan de cada día los secuestros, la quema de buses y camiones en las vías, ni qué decir del aumento de las extorsiones y amenazas a los mandatarios locales y regionales.
Se están reagrupando y creciendo los grupos delincuenciales quienes hacen patrullajes en clara usurpación del estado por varios municipios, continúan los paros armados que dejó en 2023 cerca de 121.000 víctimas de desplazamiento forzado y confinamiento, producto de 154 eventos, lo que representó un incremento del 7% en comparación con el 2022, cuando se reportaron 144, y en los primeros cinco meses de 2024, ya se contaban 13.500 víctimas.
Petro insiste en su narrativa retórica incendiaria y cada vez más irracional dejando al descubierto su intento desesperado por sembrar confusión entre los colombianos, buscando ocultar sus inconsistencias y contradicciones dejando al descubierto su falta de razonamiento y su desconexión con la realidad, logrando que con ese estilo jamás habrá ni reconciliación nacional ni paz total.