El mayor comprador de votos de Colombia está cargo de garantizar la victoria de Eduardo verano de la Rosa en la campaña por la gobernación del Atlántico patrocinada y apoyada por el ‘Clan Torres’ los empresarios que financiarlos a Petro y hoy son consentidos del gobierno nacional
Laureano Augusto Acuña Díaz, más conocido por su seudónimo “El Gato Volador”, es un personaje que ha sido identificado en numerosos informes periodísticos e investigaciones judiciales como un experto y hábil comprador de votos en la política colombiana. Aunque su nombre no es ampliamente reconocido en la opinión pública, su seudónimo ciertamente lo es.
Después de un período de ausencia del ojo público, “El Gato Volador” ha reaparecido. Su nombre se vio envuelto en la investigación contra la excongresista deportada de Venezuela, Aída Merlano. Sin embargo, este sábado hizo una aparición pública en un evento de la campaña de Eduardo Verano de la Rosa para la gobernación del Atlántico, celebrado en el municipio de Malambo.
Se cree que “El Gato Volador” está manejando fondos proporcionados por un grupo de empresarios de la costa para asegurar la victoria del candidato del Clan Torres, los financiadores ocultos de Petro. Su esposa, Merlys Miranda, actualmente es diputada por el Partido Conservador y busca la reelección mientras apoya la campaña.
El Clan Torres busca fortalecer su posición en el Atlántico y para ello necesita elegir a un gobernador. Su candidato más cercano es Eduardo Verano de la Rosa, quien tiene estrechas relaciones con el alcalde de Puerto Colombia, Camilo Torres, y el congresista liberal Dolcey Torres.
Para garantizar sus intereses, el Clan decidió hacer aportes a esta campaña. Según varias fuentes confirmadas por El Expediente, el intermediario o “puente” es Pedro Lemus, quien fue parte de la gobernación del Atlántico cuando Eduardo Verano de la Rosa ocupaba ese cargo.
Se cree que una gran parte de estos fondos se han invertido en una estrategia que ahora estaría a cargo de Laureano Acuña “El Gato Volador”. Su especialidad es aceitar la maquinaria para garantizar paquetes de votos electorales que pueden marcar la diferencia en una elección.