Por: José Félix Lafaurie Rivera
La antesala de la reunión Uribe – De Roux, fue el discurso mentiroso de Santos en la Comisión de la Verdad, que Uribe desbarató en una entrevista en la que, además, argumentó la ilegitimidad de la Comisión, pero manifestó su voluntad de entrevistarse informalmente con su presidente.
El sacerdote aceptó la invitación en esas condiciones, pero advirtió que esperaba que “el expresidente Uribe pida perdón por lo que pasó en su gobierno con los falsos positivos…”, añadiendo que “no hay cosa más dura que la negación de los propios responsables…”.
Ese era el objetivo: A partir del “prejuicio” de su responsabilidad, obligarlo a validar las narrativas de la izquierda, es decir, que él ordenó o consintió los falsos positivos; y a que pidiera perdón, como hizo Santos, tras insinuar que el guerrerista era Uribe y que la presión por resultados estuvo detrás de los falsos positivos, mientras que él, Santos, era el pacifista, el que reconocía el conflicto que Uribe no reconocía; el que cambió la estrategia de Uribe, de priorizar bajas, por la de respeto a los derechos humanos ¡Mentiras!
El padre no logró su cometido y salió a los medios a reconocer lo que se dijo, pero a manifestar su contrariedad por lo que no se dijo y él quería que se dijera, mientras el “antiuribismo” descalificaba la reunión y acusaba a Uribe de incumplimientos. Incumplimiento llegar a una charla informal entre dos personas, con dos comisionados que no estaban invitados.
El expresidente respondió con claridad y dignidad; explicó el enfoque de Derechos Humanos de la Seguridad Democrática y los esfuerzos de su gobierno; reconoció la dolorosa realidad de los falsos positivos y señaló que, como presidente de la República, les había pedido perdón a las víctimas; reiteró su admiración por la Fuerza Pública y, en cuanto a la principal acusación, fue enfático en que, de la exigencia de resultados, no se puede inferir la orden de asesinar inocentes.
Fedegán ha sido contactado para que aporte su verdad. De hecho, tuvimos una reunión privada con el padre de Roux, en la que entregamos dos informes del programa “Acabar con el Olvido”, de la Fundación Colombia Ganadera, con nombres y apellidos de la monstruosa victimización ganadera. Me pregunto en qué anaquel perdido de la Comisión estarán.
Como el expresidente, no reconocemos a la Comisión, producto del Acuerdo ilegítimo, que Fedegán rechazó y fue perseguido por ello, ni creemos en su pregonado equilibrio, como se dejó ver en la sesgada entrevista.
Me quedó la sensación de que no importa lo que diga Uribe, la consigna es no creerle, y de que importaría menos lo que digamos los ganaderos. La historia del mal llamado “conflicto”, será la validación de las narrativas de la izquierda, en la que muchos muertos, secuestrados, niños reclutados y abusados, simplemente…, quedarán por fuera.