Por: Fredy Garzón – El Denunciante
Hoy en Colombia están matando policías y soldados como en los tiempos más oscuros de Pablo Escobar, les ponen precio y con sevicia los emboscan, los atacan cuando están desarmados, cuando en tiempo de descanso están con sus familias, los exhiben como trofeos.
La diferencia con el pasado es más cruel ahora; los asesinan vilmente sabiendo que su Presidente no los respalda. La tropa está desmoralizada, se sienten solos, expuestos y utilizados.
Para la bancada de Gobierno y para la gran mayoría de amigos, influenciadores y para el canal institucional informativo del establecimiento, portar el uniforme en este país parece ser motivo de sospecha.
Se sienten solos, maniatados, sin respaldo político ni moral, cumplen su deber en silencio mientras el Presidente le entrega los territorios a los bandidos que los asesinan.
El Presidente llama “Paz Total” a lo que es en realidad la entrega del Estado al crimen, el enemigo hoy no le teme al Estado, lo desafía abiertamente porque sabe que la respuesta será la impunidad y curules en el Congreso Nacional.
Cómo no van a sentirse traicionados nuestros Héroes, si mientras ellos sangran y son acribillados, los jefes de las bandas reciben aplausos, garantías y estatus político; como no les va a doler si desde la Casa de Nariño el «Progresismo» habla más fuerte contra los uniformados que contra los asesinos.
Nuestros héroes no piden aplausos, solo dignidad, respaldo y liderazgo; pero la indiferencia y el silencio presidencial es la respuesta a este reclamo. Un Héroe de la Patria sin respaldo no solo lo mata el enemigo, también lo mata la indiferencia de su propio Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas