Por: Ricardo Angoso
La derecha española puede ir hasta en cuatro listas electorales en las próximas elecciones, pero es más que seguro que el voto se concentrará en las dos grandes, PP y VOX, y que seguramente ciudadanos desaparecerá. A la derecha de VOX aparece TUpatria, con pocas posibilidades de obtener representación parlamentaria pero que erosionaría a la formación de Abascal y podría quitarle escaños.
La derecha española está más fragmentada que nunca y todo parece indicar que, aunque la tendencia de voto en casi todas las encuestas y sondeos agrupa a este segmento de voto entre el Partido Popular (PP) y VOX, habrá varias listas en las próximas elecciones generales, se celebren cuando se celebren, algo que dependerá, en gran medida de la estabilidad del actual gobierno y del futuro de la coalición entre los socialistas y Unidos Podemos.
Lo más que probable es que concurran cuatro listas en la derecha aparte de las del PP y VOX hay que dar por hecho que también concurrirá Ciudadanos, que se juega su futuro político e incluso su desaparición como partido, y una escisión a la derecha del partido de Santiago Abascal que se denomina TUpatria, que ya plantea presentarse a las próximas elecciones y que tiene una oferta programática, según aseguran, bien diferenciada de las otras formaciones situadas a la derecha.
TUpatria está presidida por una antigua militante de VOX, Carmen Gomis, que ha conseguido en un corto periodo de tiempo captar numerosos cuadros y militantes de la formación verde y ha extendido la estructura territorial por casi toda España, en un lento goteo de descontentos y gente que no encontró acogida entre los de Abascal. De confirmar su participación en las urnas, algo que dan por seguro en sus filas, y dado el sistema electoral, es más que seguro que podría sustraer a VOX de algún escaño en circunscripciones donde todo el partido de Abascal tiene escasa implantación.
Uno de los graves problemas de la derecha española es que tiene una escasa o nula implantación en el País Vasco y Cataluña, a pesar de que VOX irrumpió con fuerza en las últimas elecciones autonómicas catalanas con el 7% de los votos y 11 escaños, al tiempo que se sellaba la casi desaparición de Ciudadanos, con apenas un 5% de los votos, y la irrevelancia del PP en Cataluña, con el mismo porcentaje de sufragios que la formación naranja.
La gran duda que pende acerca de la futura convocatoria electoral es si el PP y VOX lograrán sumar los escaños suficientes para formar un gobierno de coalición o repetir en el Congreso de los Diputados la «fórmula Ayuso», es decir que gobernara el PP y VOX se abstuviera o, simplemente, dejara gobernar a los populares a cambio de algunas reformas, algo que no parece muy creíble a tenor de unas encuestas que le señalan a la formación verde con más de cincuenta parlamentarios y grandes posibilidades para entrar en el ejecutivo.
A LA BUSQUEDA DE UNA MAYORÍA ABSOLUTA CASI IMPOSIBLE
Sin embargo, si las dos formaciones no superasen los 175 diputados -la mayoría absoluta-, el escenario se complicaría y los socialistas siempre lo tendrían más sencillo, más factible, para llegar a acuerdos con los nacionalistas vascos y catalanes y, lógicamente, con Unidas Podemos, en claro retroceso según señalan las encuestas y tal se comprobó empíricamente en los últimos comicios celebrados en Galicia, País Vasco y Cataluña, donde perdió numerosos votos.
Es más que probable que entre nacionalistas de las comunidades históricas y Unidas Podemos sumen entre 65 y 70 escaños y, si el PSOE, consiguiera superar el centenar de diputados -algo que no lo tiene tan fácil a tenor de lo que señalan las encuestas- las posibilidades de formar gobierno para los socialistas serían muy altas. Por debajo de los 175 escaños, las posibilidades para la derecha decrecen y la búsqueda de aliados, dados los enfrentamientos entre los populares y nacionalistas, sería una tarea casi titánica encontrar a los mismos.
En cualquier caso, la evolución política y económica tras la crisis generada por la pandemia es la que marcará y condicionará las tendencias electorales en los próximos meses. Unidas Podemos, sumida en una grave crisis tras varios batacazos electorales y la salida de Pablo Iglesias, es la fuerza menos interesada en una convocatoria anticipada de las elecciones generales, en las que podría bajar en votos y escaños, tal como le auguran las encuestas y los pésimos resultados en las últimas elecciones celebradas. Es cierto que las encuestas y sondeos no son resultados, pero marcan y señalan las tendencias que después corroboran las urnas. A la nueva derecha española, ahora capitaneada por Pablo Casado y Santiago Abascal, condenados a entenderse en un futuro aunque ahora se ignoren, quizá le falten algunos escaños para concretar en mayoría de gobierno lo que puede ser una sólida y alta presencia en el Congreso de los Diputados, lo que sería una catástrofe en términos políticos para ambos.
Por otra parte, si la situación económica se reactiva tras la vacunación casi total de la población y la caída hasta datos irrelevantes del número de casos por el COVID-19, es más que seguro que el viento electoral soplará a favor de Pedro Sánchez, que está todavía muy lejos de ser finiquitado pese a los augurios de algunos indocumentados gurús de la derecha mediática, y tendrá muchas posibilidades de continuar al frente del país. La economía española reside en dos pilares fundamentales, el turismo y el mercado inmobilario, y se percibe que en ambos casos han cogido fuerza, empuje, dinamismo e iniciativa tras casi el final de la pandemia; de ser así, los primeros efectos de la recuperación se comenzarán a percibir a comienzos del año 2022, aunque ya se está comenzando a notar este año con dos indicadores claros: bajada en el desempleo y aumento de afiliados a la Seguridad Social, que cuenta con la cifra más alta de inscritos en toda su historia.
Para concluir, la nueva derecha española se reconfigura tras la desaparición del bipartidismo en nuestro país y la aparición de nuevas fuerzas que compiten con el PP, como Ciudadanos, VOX y ahora TUpatria. A diferencia de la izquierda, donde los socialistas siguen liderando claramente y se percibe que la estrella de Unidas Podemos se apaga, la competencia en la derecha será mucho mayor y que, a merced del sistema electoral dominado por la injusta regla D´Hondt, podría incluso conseguir más votos que la izquierda sumando el total percibido por todas las listas pero, paradójicamente, menos escaños y quedar, nuevamente, ad portas de formar gobierno.