Por: Roberto Trobajo
La oscura trama de los espías rusos en Colombia se muestra incompleta. Ese par de espías descubiertos y expulsados parecen ser sólo dos piezas de las tantas que se esconden dentro de la Matrioska del espionaje ruso en el país.
Las Matrioskas son esas conocidas muñecas rusas que se caracterizan por estar huecas y en su interior contienen una nueva muñeca, y esta a su vez a otra, en un número variable que puede ser cualquier cantidad, siempre y cuando sea un número impar…
Y 23 (impar) son los posibles espías rusos operando en Colombia, dizque “diplomáticos” atípicos y con nexos con las agencias de inteligencia rusas; información dada por agentes británicos y norteamericanos cuando alertaron a oficiales de la inteligencia colombiana.
A partir de esas informaciones, los colombianos ejecutaron la operación “Enigma” con la que pudieron hacer seguimiento a esos espías rusos que andaban por Bogotá supuestamente haciendo espionaje a infraestructuras eléctricas y petroleras.
En la capital del país no están las instalaciones energéticas de Colombia. Además, los rusos no necesitan utilizar agentes encubiertos para hacer espionaje a infraestructuras; para eso tienen los sofisticados satélites Kosmos 2542 y 2543; los conocidos hasta ahora.
Se dijo que la razón del espionaje ruso se debe a que Rusia está muy preocupada por Ecopetrol y el mucho gas que podría llegar a producir si se utiliza el fracking.
Si bien es cierto que Rusia domina el mercado del gas en Europa y que los rusos buscan expandirse a nivel global. Una cosa es la injerencia rusa en Estados Unidos, financiando a los “ambientalistas” gringos que fueron patrocinados por agentes rusos para que esos “ecologistas” norteamericanos protestaran contra las empresas energéticas de USA. EE.UU si podría ser competencia a Rusia en materia de exportaciones de gas hacia Europa y Asia.
El Suramérica más gas tiene y tendrá Bolivia, con una producción inmensa, gigantesca, comparada con la que podría llegar a tener Colombia. Así que el supuesto espionaje a Ecopetrol me resulta un mero pretexto traído por los pelos para justificar injustificables.
Destapando más esta Matrioska se vería -¡clarito!- que los espías rusos andan comprobando informaciones dadas por sus “aliados” de las Inteligencias cubanas y venezolanas.
En Inteligencia hay una premisa, principio básico, ineludible: “confía en las fuentes, pero comprueba”.
El G2 cubano, aunque fracasó en sus intentos de subir a Petro en el 2018, son los que mandan a los espías venezolanos. Han venido acercándose, influyendo, en las huestes mamertas (Fecode, UP, esa “Colombia Humana”, el Polo, Partido Comunista, algunos Liberales y Verdes, la FARC, ELN, guerrillas urbanas) pero se necesitaran millones de pesos para el financiamiento de acciones contra la Derecha, el Uribismo y Conservadores. Cuba no tiene dinero para eso y Venezuela menos, pero la que sí puede poner la plata es Rusia. Los rusos andan viendo dónde van a invertir en la injerencia que harían en las elecciones del 2022.
Rusia, Cuba, China, necesitan hacer subir a un presidente colombiano y congresistas “progres”, “decentes”, de “centro”, que les bajen presión a Venezuela, porque para los rusos, cubanos, chinos, se vienen afectando sus intereses geopolíticos-económicos en Venezuela. Un eventual distinto gobierno colombiano, de “centro”, tibio, “demócrata” al estilo de Joe Biden y Kamala Harris, les sería idóneo para seguir explotando a Venezuela.
Duque actuó consecuente al interés de no afectar las relaciones comerciales entre Colombia y Rusia. Máxime tras la visita que hizo Denis Manturov, el Ministro de Industria y Comercio de la Federación Rusa, con quien se potenciaron las compras rusas de carne bovina colombiana y café.
Lo que Duque no ve es que esto es “pan para hoy y hambre para mañana” y que “hay abrazos que matan”; ser suaves con los rusos es facilitarles injerencias en pos de un futuro nuevo gobierno colombiano que restablezca relaciones con el régimen venezolano: así Maduro la tendría más fácil, Cuba viviría de Colombia por carambola, mientras Rusia y China explotan más a Venezuela, sin ruidos y presiones.
Los espías rusos, cubanos, chinos saben que en Colombia no tienen líos cuando les descubren, porque lamentablemente lo único que hace el gobierno colombiano es expulsarlos del país. En Rusia, Cuba, China, USA, a los espías los meten presos, se les condena por espionaje, y pasado el tiempo tienden a negociar extraditarlos a cambio de canjes o de intereses de los países captores de espías.
Mientras Colombia siga deportando espías aumentarán muchísimo el espionaje de extranjeros entrometiéndose en la vida de los colombianos.
De seguirse así, de aquí a las elecciones del 2022, nos caerá una plaga de espías cubanos, chinos, venezolanos, rusos. Hay que acabar con el Caballo de Troya que se nos coló en el rancho; pandemia de espías encabezados por los entrometidos injerencistas escondidos dentro de la Matrioska del Espionaje.