Las carreras políticas de Gina Parody y Cecilia Álvarez están en un eclipse del que quizá nunca puedan salir. Ausentes del país en Estados Unidos recibieron la noticia que serían investigadas por la Procuraduría de Fernando Carrillo: a Parody por posible corrupción en la asignación de $171 mil millones en contratos de prestación de servicios en la cartera de Educación y a Álvarez por su responsabilidad como Ministra de Transporte en la adición de la vía ocaña – Gamarra a Odebrecht, que favoreció los negocios privados de la familia Parody en el puerto de Gamarra.
Pero desde el exilio, ellas están dando la pelea para salir limpias y caer de pie en estas investigaciones. Tienen al frente a una de las personas de mayor confianza durante toda su carrera política: William Mendieta. El abogado fue asesor de Parody en sus periodos de representante y senadora, director político de su campaña en Bogotá y Secretario General en el Sena y el Ministerio de Educación. Es tal la confianza que Parody ha depositado en Mendieta que fue él quien prestó su nombre para consignar $50 millones a la campaña presidencial Santos 2014 provenientes de la chequera de Parody.
A Mendieta los cargos de poder junto a su jefe Parody le duraron varios años pero llegaron a su fin y tuvo que utilizar su respaldo para ubicarse en otro cargo público. La oportunidad se la dio Fernando Carrillo apenas fue electo Procurador General y lo nombró asesor de su viceprocurador Juan Carlos Cortés. Parody también fue una de las jefes de debate de Carrillo en su campaña ante el Congreso y es amiga personal del actual Procurador General.
En la noticia de la apertura de la investigación a Gina Parody ha pasado desapercibido que dentro de los investigados aparece el nombre de William Mendieta quien en este momento es auto investigado y protege los intereses de las ex ministras desde el alto cargo en Procuraduría que anunció dos proceso de los que algunos esperan resultados.