Hay gente, como yo, con muchísima claridad de lo que es la dignidad.
Soy de los que cuando se comprometen con una causa, la entrega es total y con lealtad.
La campaña petrista intentó comprarme, ofreciéndome veinte millones y que pagarían adelantándolos, con tal de que yo escribiera y publicara una columna opinando bien de las “propuestas” de Petro, cuestionando lo que propone Federico Gutiérrez, para así enrarecer el ambiente y ponérsele palos a las ruedas del imparable Fico.
Parecería inaudito, ni yo mismo les creí, y aunque los petristas tenían sus lógicas, que creyeron daría resultados…¡les falló la jugada!
Conmigo se equivocaron ¡total! porque nunca he sido ni seré un mercenario, y mi apoyo a Fico es ¡incondicional!
Otro cae, y más si se es débil de mente, o ambicioso sin escrúpulos; ¡nada que ver con Roberto Trobajo!
Sé que podría resultar algo difícil de entender lo que pensaban esos mamertos; empero, lo tengo muy claro y les contaré cómo hicieron y tras de qué iban.
Para comprender a plenitud, tengo que contarles algo de mí vida, hasta aquí, hoy:
Mi consagración a la defensa de la democracia y las libertades, es vital: padecí durante más de cuatro décadas privaciones en Cuba, isla donde luché por hacer valer derechos humanos y que me costó estar preso por enfrentar a la dictadura socialista (indagando por mi en google podrán ver las denuncias de la OEA y el Departamento de Estado dando a conocer algunas de las veces en que estuve encarcelado por ese régimen nefasto) Cuando salí de la Habana y llegué a Bogotá me juré defender el vivir ¡libre! y con ¡dignidad!
Al llegar a Colombia y ver las amenazas, cada vez más latentes, de izquierdosos tratando de acabar con la democracia en este gran país, decidí darlo todo para asegurarme una vida tranquila y prospera, sabiendo que la única garantía es impedir que los izquierdistas se tomen el poder.
Durante un año me dediqué a conocerles, desde adentro, para saber muy bien cómo pensaban y qué hacían; dándomela de un cubano que salió de la isla por razones netamente económicas, estuve por ratos en el Polo, ASI, PCC, y hasta fui a eventos de las FARC.
Ese tour político dentro de la izquierda colombiana me conllevo a compartir con esa fauna, donde tuve que hacerme hasta fotos con la mamertada criolla.
Y obvio, que tras ese tour, me tocó duro sobrevivir ataques y campañas sucias, de personajes oportunistas que desde los extremos políticos (derecha e izquierda) coincidieron diciendo que yo era un infiltrado para acabar con la democracia colombiana (en google pueden encontrar la amplia entrevista que di a Reporteros sin Fronteras, donde cuento en detalles mis andanzas metido dentro de esta “izquierda” colombiana) aunque la mejor manera de saber de mí es ver lo coherente que soy en cuanto a lo que digo y hago.
Todavía hay muchas personas que no saben de mí pasado y de los recientes embates que enfrenté; entre los que desconocen están la pareja de petristas que me abordaron ayer.
La chica que primero me saludó nunca la había visto, pero el joven que andaba con ella, un tal Óscar, lo vi en aquella rueda de prensa que dio Petro y en donde choqué con el senador fariano Iván Cepeda; ese chico hacia fotos en el evento petrista.
Estos jóvenes, como que esperaban frente a al edificio donde trabajo, y al verme llegar, entablaron conversación conmigo.
Tras saludar respetuosos, de inmediato me dijeron que tenían que hacerme una propuesta, que aunque podría sonarme extraña, creían que sería interesante.
Empezaron diciéndome que sabían yo simpatizaba con Fico, y que era de derecha, pero que también conocían que soy un demócrata, profesionalmente muy respetuoso y con una ética demostrada en mis trabajos periodísticos.
Les agradecí, afable, pero pedí que fueran directos y claros.
Ahí fue cuando se me lanzaron proponiéndome que escribiera hablando bien de las “propuestas” de Petro y que las comparara con las de Fico, que tildaron de flojas, y que para nada me pedían que yo hablara mal de Fico porque bien sabían de mi buena opinión de Federico Gutiérrez.
Mi respuesta fue que me parecía un mal chiste, pésimo, y que me sonaba a una provocación, irrespetuosa.
Me reiteraron que tenían mucho respeto hacía mi persona, sobre todo en lo profesional.
Hasta que la embarraron al decirme, textual, que ellos sabían que como columnista yo no cobraba, y que como casi seguro necesitaba dinero –como cualquiera- se me ofrecía 20 millones de pesos por la columna que pedían; que incluso, como demostración de seriedad me la pagarían por adelantado y que les diera una cuenta bancaria…para que una vez que viera me habían consignado esos veinte millones, entonces yo escribiera y publicará en cualquiera de los medios donde salen mis publicaciones.
Me indigne y los mande para la mier… Tengo dignidad y por ende no me dejó comprar ¡jamás!
Ellos insistieron en disculparse, tratando de atemperar, pero fui más contundente y muy grosero.
Les dejé claro que nunca, de ninguna manera harían que cambie mis ideas y que sea desleal con nadie.
Suficiente que el sábado anterior había recibido una llamada telefónica donde un desconocido me amenazó de muerte si seguía atacando a Petro; y par de días después me llegaban ellos con semejante propuesta para que claudique, sea desleal con Fico, me traicione a mí mismo, y de razones a los detractores que entonces sí bien podían tildarme como un mercenario infiltrado para joder a Colombia.
Y dije más, reiterando aquí, ahora, que si atentaran contra mi vida, los responsables serán la campaña petrista, empezando por Gustavo Petro.
Tras ofenderles muchísimo, esos petristas se fueron raudos.
Mucho me costó restaurarme emocionalmente, desahogándome con algunos colegas, algunos que son confesos petristas pero que con sinceridad también se molestaron y solidarios ¡decentes! ven bien que yo no permita irrespetos y siga actuando consecuente a mis ideas y principios.
Quien llamó amenazándome y ese par que tuvieron la osadía de hacerme semejante propuesta, intentaron de aplicarme una “psicología inversa” para amedrentarme, ablandando, creyendo que por miedo terminaría aceptando escribirles una columna, donde esos veinte millones serían un “premio” y/o “calmante” para el susto que suponían tendría.
Los desesperados petristas, angustiados porque presienten que Fico ganará, caen en absurdos ridículos, perdiendo perspectivas, mostrándose gentes muy bajas.
Soy un luchador, demócrata, ¡por convicción! Muy identificado con Fico, al que he estado apoyando, apoyo, y apoyaré siempre ¡incondicional!