La llegada de Francisco Santos a la embajada de Colombia en Estados Unidos fue accidentada. En sus primeros días el recién nombrado embajador, propias tropas del Centro Democrático y vicepresidente del gobierno Uribe dio una entrevista a un medio local que marcaría su posterior desenlace en el primer cargo de la diplomacia internacional como es la representación ante los Estados Unidos.
En febrero de este año, cuando el gobierno de Colombia impulsó el cordón diplomático en contra de la dictadura de Nicolás Maduro y el paso de la ayuda humanitaria que llegó desde los Estados Unidos, Pacho Santos acompañó las actividades en Cúcuta y terminó en medio de una situación incómoda y además tergiversado en materia grave por medios venezolanos como TeleSur cuando sugirieron que el embajador colombiano estaba llamando a un golpe de estado en Venezuela.
#DESCARO| el golpe de Estado a #Venezuela es para la economía del #NorteDeSantander, escuchen con atención a Francisco Santos Embajador de Colombia en #EEUU «cuando esto pase la ciudad más importante se va a llamar Cúcuta, prepárense, por aquí pasará la reconstrucción de #Vnzla» pic.twitter.com/CYe3HARLn0
— Madelein Garcia (@madeleintlSUR) February 1, 2019
EMBAJADOR COLOMBIANO ADMITE LOS INTERESES ECONÓMICO DETRÁS DE GOLPE DE ESTADO EN VENEZUELA
Esa entrevista, divulgada por la prensa chavista con titulares rimbombantes en contra de Francisco Santos lo puso en la mira de Diosdado Cabello y los servicios de inteligencia Venezolana y Cubana y hasta de sus amigos en el otro continente. Desde entonces habría comenzado una operación de vigilancia permanente a las actividades del embajador auspiciadas por personas cercanas de la embajada con lazos con el anterior gobierno y hasta por personas de su propia familia con buenas relaciones con estos servicios de inteligencia.
La grabación no fue fortuita y aunque cualquier periodista la hubiera publicado tanto el gobierno colombiano como los servicios de inteligencia de los Estados Unidos saben que el episodio va mucho más allá de lo anecdótico y forma parte de una operación de espionaje del más alto nivel.
La conversación privada entre el embajador Francisco Santos y la designada Canciller Claudia Blum ocurrida el jueves 14 de noviembre en un salón reservado del hotel Mandarin de Washington no sería la única. El Expediente ha podido confirmar que se investiga si existen más grabaciones de conversaciones privadas entre el embajador y personas a las que frecuentaba en Washington. Todo indica que le habrían colocado micrófonos en los lugares que frecuentaba y hasta amplificadores estéreo de sonido utilizado por estos servicios.
Consultamos al embajador Santos y prefirió no referirse al tema ni dar mayores detalles.