Por: Carlos Eduardo Gómez
La percepción de inseguridad en Colombia ha aumentado de manera preocupante en lo que va del año 2024. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la percepción de inseguridad pasó de 44% a 52,9%. Las ciudades donde la gente se siente más amenazada son Cali y Bogotá, con una percepción de inseguridad del 84,1% y 83,8% respectivamente. Este aumento en la percepción de inseguridad tiene un impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos y genera un ambiente de temor y desconfianza.
Además de la inseguridad, Colombia también está enfrentando una emergencia carcelaria. El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) declaró estado de “emergencia carcelaria” luego de registrarse varios ataques contra guardias. Esta situación ha llevado a la implementación de medidas como reforzar la seguridad de los centros penitenciarios con policías y militares. Sin embargo, estas medidas son solo paliativos y no abordan las causas subyacentes de la crisis carcelaria.
Por último, pero no menos importante, la economía colombiana está experimentando un decrecimiento. Según el Banco Mundial, se espera que Colombia crezca solo un 1,8% en 2024. Este decrecimiento económico tiene un impacto directo en el bienestar de los ciudadanos, ya que puede llevar a un aumento del desempleo y una disminución de la calidad de vida.
En términos de seguridad, el gobierno ha hecho pronunciamientos, pero estos han sido criticados por su falta de acciones concretas. A pesar de la creciente percepción de inseguridad, no se ha presentado un plan integral para abordar este problema.
En cuanto a la emergencia carcelaria, el gobierno ha reconocido la crisis, pero las medidas tomadas hasta ahora han sido vistas como insuficientes. La situación en las cárceles sigue siendo crítica y se necesita un plan de acción más robusto.
El presidente Petro ha enfatizado que su compromiso es con el pueblo que eligió el cambio. Sin embargo, la falta de un plan de choque claro y detallado para abordar los desafíos actuales ha llevado a algunos a cuestionar si el gobierno está realmente preparado para enfrentar estos problemas o si está simplemente improvisando.
Colombia se enfrenta a una trifecta de crisis: inseguridad, emergencia carcelaria y decrecimiento económico. Estos problemas están interconectados y se refuerzan mutuamente, creando un círculo vicioso que es difícil de romper y, aunque el gobierno de Petro ha establecido varias metas para 2024, la falta de un plan de choque claro para abordar los desafíos actuales ha llevado a algunos a cuestionar su enfoque.
Será crucial que el gobierno presente planes de acción claros y detallados y abordar eficazmente estos desafíos para restaurar la confianza del público muy deteriorada actualmente pues apenas alcanza un índice de aprobación del 33%, según la más reciente encuesta de DATEXCO.
Solo a través de un enfoque holístico y de largo plazo podríamos recuperar algo de lo que hemos venido perdiendo y construir un mejor presente que se refleje en el bienestar de todos los colombianos.