Por: Andrés Villota
El crecimiento de la economía colombiana, ocurrido durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez fue la consecuencia directa de las políticas de la Seguridad Democrática y de la Seguridad Inversionista que lograron cambiar la percepción negativa que se tenía, sobre el país y sus instituciones.
Desde que asumió el mandato, gobernó para las mayorías que lo habían elegido, lo que le dio un alto margen de maniobra y le permitió tomar decisiones que contaron con el apoyo de los colombianos. La coherencia entre lo que dijo en la campaña y lo que hizo durante su gobierno, creo las condiciones de confianza necesarias para atraer la inversión extranjera y fomentar la inversión local. Las reglas de juego estaban claras y no iban a ser cambiadas porque existía una clara división de los poderes públicos y el sistema de pesos y contrapesos, propios de una democracia, mitigaba el riesgo de cambios dramáticos en las condiciones existentes.
Encuestas hechas a los administradores de fondos de inversión de los grandes centros financieros del mundo, muestran que la peor amenaza para las inversiones es el cambio brusco en las condiciones de los entornos políticos y económicos de los países en los que se realiza la inversión porque eso significa que se alteran las expectativas que se habían trazado en un horizonte de largo plazo que pueden afectar el normal desarrollo de los negocios y de la actividad de las empresas (tratándose de acciones), o del régimen y del modelo económico de una nación (tratándose de bonos de deuda soberana)
Los cambios fuertes en los entornos crean incertidumbre. La incertidumbre es la peor consejera al momento de tomar decisiones de inversión. La certeza da seguridad a los inversionistas cuando van a realizar una inversión a largo plazo. Los entornos volátiles en los que existe espacio para la especulación, son funestos para la toma de decisiones. En esos casos, lo prudente, es cerrar posiciones o evitar entrar a mercados con altos niveles de incertidumbre sobre lo que pueda pasar en el futuro. Cuando los inversionistas salen de un mercado crean una sobre oferta que hace que los precios de los activos pierdan valor.
Grafiqué la correlación entre la credibilidad en las instituciones (percepción favorable medida por Gallup) y la capitalización bursátil de la Bolsa de Valores de Colombia (según datos del Banco Mundial), para poder probar el impacto que tenía la gobernanza sobre las decisiones de inversión en Colombia. Durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) la confianza en las instituciones (que nos puede mostrar la fortaleza institucional y otros elementos propios de la gobernanza) creció al mismo tiempo que la capitalización bursátil de las empresas inscritas en la BVC que se incrementó en un 412,87%. Y desde cuando empezó el gobierno del presidente Juan Manuel Santos (2010-2018), la capitalización bursátil cayó de manera dramática, un -41,73%. Paralelo a la caída pronunciada de la credibilidad en la Altas Cortes, en el Congreso, en los partidos políticos y en el Ejecutivo.
La percepción que se tuvo durante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos era que se había afectado de manera grave la estabilidad del entorno político y económico del país, porque Santos empezó a gobernar con un programa de gobierno que no era el que había presentado durante su campaña, desconociendo el mandato que le había dado las mayorías que lo eligieron. Lo que explicaría la caída en el valor del precio de las acciones por el cierre de posiciones, motivado por la generación de expectativas negativas como consecuencia de la incertidumbre creada por la sorpresiva negociación de un acuerdo de paz con las FARC y el rompimiento de la división entre las ramas del poder que eliminó la autonomía del poder legislativo (con la Unidad Nacional) y judicial, y que neutralizó la función fiscalizadora de los medios de comunicación que fueron victimas de la “pauta escondida”.
Las expectativas negativas explican la fuga de capitales ocurrida en México desde la elección y llegada al poder del progresista Andrés Manuel López Obrador. Explican, también, la fuga de capitales que empezó en Argentina desde que se conoció el regreso al poder del Kirchnerismo. De Argentina ha salido tanto dinero que se vieron obligados a realizar emisión primaria de dinero y emitieron tanto que, se les acabaron los billetes y los tuvieron que importar. O explican la fuga de capitales que está ocurriendo en España por el control que tomó del gobierno, el partido comunista Podemos que ya dio asomos de estar encaminando a España hacia el súper estalinismo por el anuncio de expropiaciones, la persecución a la oposición y múltiples atentados contra la libertad de prensa, sumado al nombramiento del marxista Enrique Santiago como vicepresidente de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica por la pandemia del coronavirus.
Por la catástrofe económica ocurrida en Venezuela al implantarse una dictadura comunista que quebró al país más rico de la región, es lógico que por los sesgos cognitivos las expectativas de los inversionistas estén afectadas de manera negativa por el alto riesgo de expropiación, por la eliminación de las libertades económicas, civiles y políticas, por la eliminación de los pesos y contrapesos que debe existir en una democracia. Y por todas las consecuencias negativas que trae para una economía, la restricción a las libertades, pues un mercado debe ser libre para que sea eficiente en términos de formación de precios, distribución de los recursos y de beneficios para los consumidores.
En Hong Kong hay protestas porque sus habitantes temen que, con la eliminación de las libertades propias de la democracia (sin espacio en la dictadura comunista china), se afecte de manera dramática las expectativas de los inversionistas globales, y se genere una fuga de capitales masiva que lleve a la quiebra al otrora prospero y rico Hong Kong. Los capitales migran hacía entornos estables de economías fuertes, bajo una lógica que se conoce como flight to quality.
Con lo ocurrido al presidente Álvaro Uribe, se afecta la percepción y la credibilidad que se pueda tener sobre el funcionamiento de la justicia y sobre la imparcialidad de las Altas Cortes colombianas. Lo que afecta de manera grave la percepción que se tenga sobre la seguridad jurídica y el funcionamiento óptimo de la justicia en Colombia en caso de un litigio que pueda surgir en el futuro para un inversionista local, o inversionista extranjero que tenga planeado venir a invertir a nuestro país. A la vez que se puede cuestionar la estabilidad de la democracia en Colombia, amenazada cada vez más por un cambio de régimen.
La economía colombiana depende de la inversión extranjera, porque el mercado de capitales local tiene un gran porcentaje de sus portafolios invertidos en títulos de deuda publica local (TES). Por eso es tan importante la percepción positiva que tengan los grandes tomadores de decisiones de inversión, sobre Colombia, y la estabilidad en el entorno económico y político.
Entonces cabe la pregunta: Qué percepción se puede formar un inversionista extranjero sobre Colombia, viendo que la misma corte que exoneró y dejó libre al capo del narcotráfico Seuxis Pausias Hernández Solarte alías «Jesús Santrich» por el que el gobierno de los Estados Unidos ofrece USD$10’000.000 de recompensa por su captura, es la misma que hoy priva de la libertad al presidente Álvaro Uribe?
Si el señor presidente Iván Duque no toma la decisión de empezar a hacer lo que dijo durante su campaña, y por el contrario, repite lo que hizo su antecesor gobernando para las minorías que no lo eligieron, se puede afectar la estabilidad política y económica que cambiaría las expectativas creadas. Lo que podría llevar a que se presente una fuga de capitales, la liquidación de las posiciones en TES de los fondos de inversión extranjeros, la salida de los TES de los índices de deuda global, el aumento de los costos financieros para Colombia en los mercados mundiales que, se puede traducir en una baja en las calificaciones de la deuda soberana colombiana.