Por: Zaida Piñeros
En uno de los cinco zoológicos más importantes del país, el Bioparque Ukumarí ubicado Pereira, Risaralda, además de tener a su cargo un león, una jirafa, suricatas, rinocerontes, cebras, elefantes, nutrias, la única hiena del país y otras especies del reino animal, también se encuentran los hipopótamos que apenas se asoman por encima del lago que habitan, sin embargo, este mamífero herbívoro, que un principio se pensaría que no representa ningún peligro para la fauna, flora o vida humana, en Colombia se convirtió en un problema difícil de controlar.
¿Qué pasó?
En la década de 1980 Pablo Escobar importó para su zoológico privado construido en la hacienda Nápoles, de casi 3.000 hectáreas, ubicada en Puerto Triunfo, Antioquia, cuatros hipopótamos, un macho y tres hembras rosadas africanas, que llegaron en un avión privado hasta el aeropuerto de Rionegro y posteriormente fueron trasladados hasta la hacienda.
Luego de la muerte de Pablo Escobar en 1993 y desintegración del cartel de Medellín, muchos de los animales exóticos y salvajes que habitaban el improvisado zoológico de la hacienda Nápoles fueron reubicados a excepción de los hipopótamos, que para ese momento eran 16 debido a que su captura fue imposible, de acuerdo con lo señalado por un estudio que citó CNN.
Por esa razón, los hipopótamos que se quedaron en Nápoles escaparon y empezaron a ocupar la orilla del río cerca a la población de puerto Berrío Antioquia, Magdalena Medio, convirtiéndose en una especie animal en estado salvaje que representa un peligro para los campesinos de la región, uno de los cuales sufrió graves heridas al ser atacado en el año 2020 cuando fumigaba un potrero de acuerdo con EFE, y en 2021 cuando una hembra con su cría embistió a un habitante de Puerto Triunfo al haberse acercado demasiado al animal.
El problema
Más de 40 años después, la versión desdibujada del Arca de Noé se convirtió en un problema social, así como para la fauna y flora de nuestro país, pues inevitablemente la falta de atención a los hipopótamos propició un descontrol en su natalidad que además de las dificultades expuestas, se ha degenerado su genética por la endogamia ocasionada entre el apareamiento de estos animales emparentados con primos cercanos y lejanos que no permite un traslado inmediato a la sabana africana de donde son originarios, sumado a una posible transferencia de bacterias, virus y enfermedades, como una posible solución a esta amenaza, según lo relatado por expertos del bioparque Ukumarí.
Asimismo, las condiciones de la zona del Magdalena Medio donde actualmente habitan los hipopótamos es rica en fuentes de agua poco profundas que tienen bastante alimento para los paquidermos con pastos nativos y vegetación baja (35 kilos de hierba que requieren a diario), por lo que es un terreno que convierte en su paraíso de vida, a diferencia de la sabana africana donde las fuertes sequías provocan la muerte de estos animales cuyo fenómeno se reconoce como un control natural para la alta natalidad de esta especie, el cual es el remedio adecuado para la superpoblación, de acuerdo con especialistas.
¿Qué ha hecho el Gobierno Nacional para solucionar este problema?
En un principio, la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia autorizó a la Fundación Silvestre Neotropical a cazar al macho, a la hembra y a la cría que se escaparon de la hacienda Nápoles, pero, con ayuda del Ejército mataron al macho, Pepe, “infringiéndole dolor y convirtiéndose en un bloque de búsqueda contra animales indefensos que no debían ser sacrificados”, señala los hechos de un fallo judicial del año 2012.
Sin embargo, de acuerdo con la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia, para el año 2009, ya había 28 hipopótamos que, ante denuncias de los habitantes de Puerto Berrío, Antioquia sobre los avistamientos y ataque de estos animales, se inició un seguimiento de esta especie en el río Magdalena a la que se vinculó a 21 entidades expertas en el manejo de vida silvestre y zoológicos.
Es así que, para ese momento, se solicitó apoyo a los zoológicos del país con el objetivo de conseguir albergues provisionales para los hipopótamos, pero solo el parque Jaime Duque dijo contar con un cupo y no se recibieron más ofertas para recibir a los paquidermos.
Igualmente, las dificultades para sacarlos del país por su contacto con comunidades humanas, animales domésticos y malformaciones genéticas dio lugar a la recomendación de ejercer “la caza de control” la cual no tuvo éxito toda vez que el citado fallo judicial prohibió esta acción.
Mientras tanto, en febrero de 2021 la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible le solicitaron a la Embajada de Colombia en Estados Unidos apoyo para la compra de GonaCon, un medicamento para la inmunocastración de los hipopótamos “como la alternativa más viable” de control de esta especie.
Pero, al parecer no es la mejor solución ya que si bien con este medicamento se controla la multiplicación de la población de hipopótamos, estos continúan viviendo en ecosistemas donde generan impactos negativos a la fauna, flora y habitantes de esos lugares, señalan expertos en el tema.
Además de eso, representa un alto costo económico que, de acuerdo con un reporte del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, el procedimiento para cada hipopótamo cuesta al menos 3.000 dólares.
No obstante, a través de este método se ha tratado de controlar el crecimiento de la población de paquidermos que ha contado con esterilizaciones tradicionales y disparos de dardos con anticonceptivos.
Desafortunadamente esta alternativa no es una solución que ataque de raíz el problema que tiene el ecosistema acuático y terrestre colombiano con hipopótamos que con el tiempo han venido desmejorando su genética, deterioran la biodiversidad de nuestro país, representan una amenaza para especies nativas como el manatí y que por sus características de territorialidad “son agresivos” y atacan a quienes se acercan a su hábitat le dijo María Ángela Echeverry, profesora de biología de la Universidad Javeriana a CNN.
Pues tan grave es esta situación que no solamente se evidencia en ataques a la población sino a que “la actividad pesquera en el río Magdalena está en riesgo, hay preocupación ya que sus heces contaminan las aguas y su pisoteo es fuente de degradación y erosión», según el Instituto Alexander Von Humboldt.
Para el año 2022, el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible anunció la inclusión de estos caballos de río, que para 2022 sumaba 133 paquidermos y a marzo de 2023 ya son 160, en la lista de especies invasoras con base en el estudio realizado por el Instituto Alexander von Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, que evidenció los riesgos ambientales que provocaba la proliferación de esta especie en ecosistemas estratégicos y los riesgos que representaba para especies nativas.
Finalmente, a inicios del pasado mes marzo, las autoridades del departamento de Antioquia anunciaron que intentaran trasladar por lo menos a 70 hipopótamos hacia India y México, además que esperan lograr acuerdos con Ecuador, Filipinas y Botswana, países que desean recibir a algunos de estos paquidermos. 60 serían llevados al Greens Zoological Rescue and Rehabilitation Kingdom en Gujarat (India) y otros 10 al santuario Ostok de Culiacán (México), según El País.
Sin embargo, se está a la espera de la autorización del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en cabeza del Gobierno de Gustavo Petro.
Y una vez más, falta la licencia que de acuerdo con lo que le dijo Lina Marcela Ríos, gerente de Protección Animal de la Gobernación de Antioquia a El País, se tardaría dos meses en todo el proceso, aunque expertos aseguran que podría tardarse un poco más. También el costo del transporte aéreo y los guacales, la forma en que se hará la captura de los hipopótamos que, será en las noches, con zanahorias como cebo, y su esterilización.
Esperemos a ver qué sucede, pues solo se podrá decir que el Gobierno si ha hecho algo cuando se vean los “verdaderos” resultados en el control de esta especie o nos tocará esperar a que para el año 2034 la población de hipopótamos en Colombia supere los 1.400 ejemplares, según un estudio científico publicado en la revista Biological Conservation.
Pues de acuerdo con Rafael Moreno, doctor en Ciencias, Ecología y Biología evolutiva, los hipopótamos pueden conducir a la extinción de ecosistemas locales donde se mueven y hacen modificaciones a la vegetación que son irreversibles, le indicó a El País.