T.Coronel Gustavo Roa C.
Tuve la oportunidad de ver y escuchar atentamente un video, donde el presidente Petro pronuncio un discurso, con motivo de la celebración del día del veterano. Recojo las siguientes conclusiones, como parte de mi opinión, con el respectivo beneficio de inventario.
1. Ante todo, mi sincero deseo, como colombiano y como militar de la reserva, para que las palabras, pronunciadas por el presidente Petro durante la celebración del día del veterano, en las cuales mencionó una serie de necesidades, contenidas en extensos estudios y propuestas de mejoramiento continuo, realizados juiciosamente por la reserva de las fuerzas militares y sustentados ante administraciones anteriores, a lo largo de más de 30 años, sean en esta oportunidad una realidad.
Estas peticiones han sido ampliamente expresadas, inclusive ante los diferentes Congresos de la República, de los cuales Petro ha hecho parte durante muchos años, pero ningún congresista, ha tomado estas demandas como causa propia.
Las pretensiones están fundamentadas en obligaciones de carácter social, dónde no solamente se hace mención a la brecha salarial especialmente de los grados de teniente coronel hacia abajo, sino también a la ampliación y mejora de la infraestructura habitacional, capacitación y preparación, servicios médicos, recreación y bienestar para el personal de la fuerza pública, teniendo en cuenta el crecimiento de los efectivos, originado por las nuevas necesidades de seguridad, prevención y control del orden público interno, así como el auge del delito trasnacional.
Quisiera que las palabras de Petro, que no son el fruto de una iniciativa de este gobierno, sino de estudios nacidos en el seno de la Reserva, tuviesen el eco e intenciones de solución, que los veteranos hemos aspirado a convertirlos en realidad, a través completos estudios, sustentados con datos estadísticos, proyecciones sociales y económicas futuras. Petro mencionó gran parte de nuestras expectativas, pero no sé aún, si esa habilidad dialéctica populista, sea en esta ocasión franca y sincera con las Fuerzas Militares y de Policía, para lograr una vieja pretensión institucional.
2. Produce un alto nivel de desconfianza que estas palabras, sean pronunciadas por una persona que aún no nos ha demostrado su sinceridad, interés y verdadera disposición de un justo tratamiento hacia la fuerza pública, teniendo en cuenta que hace apenas un mes, autorizó como presidente, el inexplicable traslado de más de 8.000 millones de pesos del presupuesto asignado al ministerio de defensa, para ser utilizado en otros rubros pertenecientes a diversos ministerios.
Recursos debitados que, sin duda, afectará no solo la ejecución de operaciones de seguridad, prevención y control por parte de las fuerzas militares y policía, sino también la administración y logística de las mismas.
3. Este debilitamiento presupuestal no es coherente con la invitación que le hace Petro a su ministro de defensa, para iniciar desde ya el diseño de un plan de mejoramiento y desarrollo de carácter social y educativo dirigido los miembros de las fuerzas militares y de policía, especialmente en las bases sociales de estas.
4. La dialéctica populista hábilmente utilizada por la mayoría de los miembros del actual gobierno no solo en la campaña política, sino durante el ejercicio de su presidencia, genera un alto nivel de desconfianza entre los miembros de las fuerzas militares, de policía y sus veteranos.
Pues está estrategia podría ser utilizada por la administración de Petro, para minimizar el descontento y las protestas que vienen realizando los veteranos de la fuerza pública, como parte de la oposición constructiva, originada por las medidas extremas e improvisadas, que se han tomado en lo económico, político y social.
5. Las palabras que hemos escuchado parecen ser parte de un guion, dirigido con un aparente sentimiento de reconocimiento, profunda sutileza y riqueza semántica a las Fuerzas Militares que también han sido pronunciado con antelación, por las administraciones populista de Maduro, Ortega, Castro y Correa y otros líderes de izquierda latinoamericana, aunque es bueno reconocer también, que la fortaleza, entereza, formación, experiencia y profesionalismo de las reservas de las fuerzas militares y de policía en Colombia, no son comparables con ninguna de las que existen en América latina, lo que nos hace más previsibles al engaño.
Guardaré este video con especial cuidado, como material probatorio y si Dios me lo permite, lo revisaré y analizaré a medida que el gobierno de Petro, avance, lo cual permitirá que mi deseo y mejores intenciones de cristalización de las propuestas, sean una realidad por fin.
Aún mi desconfianza es evidente y esta no me permite tener certeza en este tipo de promesas públicas y de sus verdaderas intenciones políticas. Es pertinente hacer el seguimiento a las palabras del presidente y comprobar si evidentemente han sido sinceras, como la actitud que vimos y escuchamos de Petro, durante su intervención. Los colombianos hemos visto con estupor como muchas de las promesas hechas durante la campaña política y relacionadas al mantenimiento y preservación de normas constitucionales, que permitan generar un ritmo de crecimiento económico, con beneficios sociales para la población, así como, realizar progresivamente las transiciones hacia las energías limpias, dentro de los tiempos y condiciones que se hacen pertinentes para Colombia, no se hayan tenido en cuenta, los diagnóstico sobre la actual condición de infraestructura productiva y energética y las necesidades económicas que esta modernización le conlleva al país. Pero estos proyectos inmediatistas, han sido manipulados con un discurso populista y gracias al “fast trak”, y la acción servil de un congreso pendiente de prebendas burocráticas, antes que beneficios sociales y principios ideológicos, hace que las idílicas palabras que se escuchan públicamente, puedan convertirse en el presagio de medidas diametralmente diferentes y la acción sicológica y de engaño sobre la oposición, permita finalmente su debilitamiento y postración.