Por: Fernando Torres Mejía
Hace escasas semanas se hablaba de una alianza entre Alejandro Eder con Wilson Ruiz (coalición I)ahora el capricho es con Diana Rojas, con la diferencia que en esta “coalición II”, así le podríamos llamar, la principal protagonista fue “traicionada” por su propio mentor, por quien hasta hace poco fungía como uno de sus principales estrategas y quien la ha visto crecer tan rápido, que todo parece indicar que le sucedió lo mismo que a Rodolfo Hernández, que se asustó con el poder, pues no hay ninguna otra explicación que nos permita entender el proceder del señor Armitage, quien en un acto de “bajeza” salió con un trino recomendándole a su pupila, que “era mejor dar un paso al costado” y sin mencionarlo, que se uniera con el que según las encuestas amañadas, ostenta el segundo puesto de intención de votos.
Lo comenté en una de mis columnas, que si al final se enfrenta Eder y Chontico este último sería el alcalde, que entre otras cosas, independientemente de las alianzas y coaliciones que puedan surgir, no estoy viendo a Roberto Ortiz como el próximo mandatario de la ciudad, y esto se percibe en las calles, en el ambiente aún no “huele” ni se siente quién será el alcalde, incluso a pesar del “maltrato”de Armitage contra Diana, ella puede ser la ungida por los caleños, tiene carácter y un equipo que ha sabido trabajar duro y sin descanso como hormigas para su «reina».
Los empresarios en su gran mayoría insisten en darle un espaldarazo a Eder dándole un “golpe”, no de autoridad, sino de “machismo” a Diana Rojas, y eso es algo desastroso contra una persona que sin descanso, sacrificio, disciplina, dedicación, arrojo, ha venido trabajando y construyendo una imagen con la que ha logrado un reconocimiento de ser valiente, sincera y honesta, cualidades que le permitirían sin duda lograr la meta que se ha trazado.
Para los que hoy están con Diana después de esta unión que se pretende concertar, votan por Eder sería un golpe muy bajo y una demostración que para nada sirvió todo el trabajo que ella desarrolló durante su campaña, pero claro eso no sucederá porque se van a sentir traicionados y burlados, por lo cual no lo acompañarán porque no se sienten identificados con quien no los representa, pues son totalmente distintos, empezando porque Diana no ha recibido respaldos de ningún partido político y continua como independiente, además no la visualizo al lado de quién sí ha aceptado estar con políticos tradicionales a los que ella tanto ha criticado.
Queda la otra opción que sin duda será la mejor entre los que van a quedar en contienda, el señor Wilson Ruiz, que sin duda no representa la politiquería que nos ha conducido por todos los males que hoy sufre nuestra amada Cali.
Wilson representa lo bueno que le podría suceder a los que habitamos esta hermosa ciudad, claro lo de “hermosa” hoy no le “cuadra”, pues además de su abandono, inseguridad, movilidad, desempleo, aumento en la piratería, deterioro de la malla vial, polución, el retiro de 70 buses del sistema integrado de transporte MIO y la llegada de buses viejos con el pretexto de ayudar con el transporte, nos condenan a que Cali ya no se pueda catalogar como una ciudad, sino como un “pueblo”.
Diana y Wilson son los únicos candidatos que siguen siendo totalmente independientes, que no han aceptado los apoyos de los partidos tradicionales, que no se han comprometido y que, de ganar, no tendrían compromisos para entregar secretarías ni la joya de la corona más apetecida, “EMCALI”, en otras palabras no se han dejado extorsionar ni chantajear.
Ellos representan esos valores que ya se perdieron y que aún podemos recuperar, por eso si aún queremos hacer algo por nuestra ciudad y darle una nueva oportunidad, hagámoslo sin la política tradicional, para que no solo gane Cali, sino todos los que aquí habitamos.
Los empresarios se dejaron deslumbrar por unas encuestas “amañadas” y cayeron en la trampa, pero los que hoy están acompañando a Diana, tienen la opción de escoger y si al final ella declina su aspiración, recuerden que los espera una persona trabajadora, honesta, ajena a la politiquería, que solo tiene compromiso con Cali y que está en la otra esquina, Wilson Ruiz.