Por: Fernando Torres Mejía
Pareciera que el radicalismo en nuestro país no es el mejor camino para los que quieran aspirar a la presidencia, claro que para la gente mayor esa es la mejor estrategia, la más conveniente y la que quieren escuchar de los candidatos, y esto obedece a que cuando se ha tenido que vivir en medio de la violencia y la falta de justicia, solo les interesa precisamente eso, que se haga justicia al precio que sea, pero se les olvida o les cuesta entender que los jóvenes están en un momento distinto, que han sido adoctrinados por FECODE, así como por instituciones educativas oficiales y privadas en donde se han encargado de “vender” la imagen que los buenos son los guerrilleros, que la izquierda y el progresismo son la octava maravilla y que los “malos” son los de la derecha.
Incluso a las nuevas generaciones les han inculcado la idea de qué capitalismo y la economía de libre mercado se basa en el egoísmo y produce egoísmo, pero, en cambio, el socialismo (progresismo y la izquierda que en últimas todo son lo mismo) se basa en el altruismo y genera altruismo, cuando es todo lo contrario, y así lo vemos cuando descubrimos que es el socialismo el que realmente produce personas mucho más egoístas que la que produce una economía de libre mercado y el capitalismo.
Actualmente, los jóvenes ya no sienten la necesidad de irse a temprana edad de sus casas (los bombril), y eso se da porque se sienten felices de seguir dependiendo de sus padres. Recuerdo que uno de los principales objetivos era tener mayoría de edad para independizarse, pero hoy gracias a las políticas de subsidios de los gobiernos socialistas que los han transformado en estados benefactores, están destruyendo esa aspiración porque se encargan de darles todo, por lo tanto, el socialismo genera personas con preocupaciones cada vez más egocéntricas como ¿cuántos beneficios recibiré del estado?, ¿me pagará mi educación?, ¿la salud? ¿Qué tan joven me puedo jubilar?, ¿a cuántas semanas de licencia por paternidad o maternidad tengo derecho?, estos “beneficios”, cada que se elige un gobierno progresista se van incrementando y transformando en derechos con efectos destructivos que crean personas sin valores, que no les permite ser unos buenos ciudadanos ni mucho menos unas buenas personas.
En resumen, el socialismo olvida que el capitalismo enseña a las personas a trabajar duro, cuidar de sí mismas y de los demás, que se esfuerzan para recibir lo que realmente se han ganado, que tienen claro que hay que trabajar, trabajar y trabajar, lo que en últimas se traduce en menos gente egoísta, mientras que el socialismo enseña a exigir, exigir y exigir a cambio de no nada.
Sin duda, se requiere imparcialidad para lograr mejores condiciones de vida, pero si se continúa alimentando el egoísmo, será imposible trabajar, en aspectos básicos como que:
1. Sin educación, JAMÁS habrá un desarrollo sostenible. Se debe establecer un sistema educativo donde la CALIDAD (infraestructura, conectividad, innovación) y la PERTINENCIA a la oferta ambiental del entorno, sean los pilares sobre los cuales se avance en educación.
2. Sin políticas diferenciales, será muy difícil avanzar en un desarrollo territorial que sea menos asimétrico entre las diferentes regiones. Las políticas para acceder a la oferta del estado para las regiones históricamente rezagadas y excluidas deben ser más ágiles y blandas, de manera que no sea una verdadera “odisea” acceder a esta oferta.
A los municipios distantes y excluidos de la nación no se les puede exigir lo mismo en términos de procedimientos y reglas que a las grandes ciudades que cuentan con conectividad y mejor equipamiento técnico y financiero.
3. Se tiene que trabajar en el fortalecimiento institucional en los territorios históricamente excluidos. Este fortalecimiento debe incluir a la sociedad civil organizada para crearle capacidades de todo tipo. Sin una buena gerencia publica en los territorios y sin una sociedad que practique la ciudadanía activa, o sea, en capacidad de liderar y VIGILAR procesos de cambio, se corre el riesgo de que todo fracase y las frustraciones sean los nuevos paradigmas.
4. Se debe impulsar el emprendimiento en territorios a partir de lo endógeno, facilitando el acceso a créditos, con asistencia técnica e incorporándolos en los circuitos comerciales nacionales e internacionales. Esto no solo estimula la productividad a pequeña escala, sino que genera una cultura que se aleja de la dependencia y el asistencialismo, el cual en el mediano y largo plazo es un harakiri. Un emprendimiento sostenido es precursor del crecimiento y el desarrollo económico, que ya es la traducción en el bienestar social de la gente a partir de sus propias dinámicas productivas.
5. Debemos brindar entornos seguros para la movilidad física y comercial en los territorios, derriba la trampa de la violencia que impide la inversión y el desarrollo. Trabajar con la población local y conocedora del territorio es importante porque conocen la cultura y la idiosincrasia territorial local, que son instrumentos poderosos para enfrentar la delincuencia y las prácticas ilegales.
Sin solidaridad y generosidad será difícil lograr los objetivos para dinamizar la economía y el desarrollo que tanto se requiere, por lo pronto queda claro que la forma de administrar del actual gobierno corrobora que es el socialismo, la máquina que produce egoísmo.