Por: Francisco Muñoz
¿Será que nada en este país se encuentra fuera del alcance de la corrupción?
El pasado 22 de enero de 2021 denunciamos ante la Fiscalía General de la Nación LA VIOLACIÓN DEL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO DEL GALEÓN SAN JOSÉ. Delito el cual merece el más completo, total y absoluto rechazo de parte de todos.
El 27 de enero de 2021 elevamos solicitud de medidas cautelares de urgencia ante el consejo de estado para proteger, cuanto antes, lo que nos queda de ese singular patrimonio cultural sumergido.
Hasta la fecha ninguno de estos estamentos ha dicho o hecho nada, que tengamos noticia…
El pasado 3 de marzo de 2021 solicitamos audiencia ante la nueva procuradora general de la Nación doctora Margarita Cabello Blanco, para “solicitar el inicio de acciones preventivas, de intervención judicial y disciplinarias a partir de un conjunto de hechos […] relacionados con la situación y gestión del galeón San José, Bien de Interés Cultural de los colombianos”. La ilustre Funcionaria aún no se digna responder nuestra solicitud. Vana ilusión nos hicimos pensando que sería ella misma la que rauda buscaría reconstruir colectivamente la moralidad pública y administrativa que la Vicepresidente embolató, o simplemente estos temas sobre el patrimonio cultural de los colombianos no tienen espacio en su selectiva o congestionada agenda…
Los colombianos estamos acostumbrados a la inoperancia de nuestros órganos de control; la cual se hace mucho más evidente cuando los imputados hacen parte del establecimiento o son cercanos al poder.
De nada han servido tantas denuncias ante los entes de control, todas soportadas con pruebas indiscutibles, para detener esta hecatombe patrimonial. Hemos acudido a todas las instancias posibles, aún escrito y solicitado audiencia ante presidencia y vicepresidencia. Y no pasa nada, solo se mantiene este inconcebible y ensordecedor silencio…
El gobierno actual, sospechosa y descaradamente, mantiene vigente la perversa Asociación Público Privada (APP) concebida y diseñada desde la anterior administración, la cual contempla financiar el proyecto con parte de la carga del propio Galeón San José, sin importar que esta misma administración, lo declaró desde el 23 de enero de 2020 como un Bien de Interés Cultural, lo que significa que debe ser preservado en su totalidad como una unidad indivisible. Esto no solo es una enorme contradicción, es prueba irrefutable del poder que tienen los involucrados en esta infame trama criminal.
¿Y qué decir de los medios de comunicación que con su tibia o nula actuación le hacen el juego a la trama?
¿Y los políticos? ¿Acaso hemos visto en este gobierno a algún senador o representante manifestarse sobre el tema? Unos pocos alzaron la voz en tiempos del gobierno Santos, pero apenas asumió la presidencia Iván Duque, se quedaron completamente mudos. Hemos intentado reunirnos con algunos parlamentarios de distintas corrientes y ninguno ha aceptado recibirnos.
Colombia se supone profundamente dividida, pero en temas de corrupción, políticos, funcionarios, medios de comunicación y órganos de control, nos dan el mayor de los ejemplos sobre lo que es actuar o, más bien, cohonestar en unidad.
Hay quienes dicen que la importancia del galeón San José radica en lo cuantioso de sus “tesoros” y que si careciera de los mismos, su protagonismo no sería igual y por supuesto que tienen razón; pero no por el valor económico que pueda alcanzar su carga, pues la misma no puede ser objeto de ningún tipo de comercio, es su significado el que tiene un valor inconmensurable, por lo siguiente:
El día que el galeón San José sea expuesto en su museo y tengamos oportunidad de apreciar el conjunto de sus reliquias, quedaremos sorprendidos con la colección de sus piezas, preservadas unas o recreadas otras, las cuales nos contarán interesantes historias de aquellos pretéritos días que dieron origen a lo que somos hoy.
Pero cuando tengamos oportunidad de contemplar en ese museo la preciosa carga, seguramente exhibida en una gran bóveda, controlada rigurosamente por el Banco de la República, quedaremos absolutamente extasiados ante las toneladas de oro y plata y cientos o quizá miles de perlas y esmeraldas, así como la fina orfebrería de la época contenida en cofres y baúles de los pasajeros; entonces, podremos reflexionar sobre el hecho de que cada gramo de esos preciosos metales, joyas y piedras, tiene implícito el sacrificio y sufrimiento de nuestros ancestros nativos y africanos.
Lo anterior, quizá nos permitirá explicarnos, no comprender o mucho menos aceptar o justificar, qué fue precisamente por esas enormes riquezas que fueron ellos violentados por nuestros ancestros españoles, pero si podremos comprender: el por qué del color de nuestra piel, lengua y costumbres, lo que nos debe permitir el dejar de vernos o referirnos hoy, a unos y otros, como “estos” o “aquellos”, sino que entenderemos que todos formamos un “nosotros”; así quizá podremos finalmente aceptarnos, perdonarnos y ojalá reconciliarnos como Nación.
Y tú que lees esto: ¿vas a seguir haciendo parte del ensordecedor silencio o vas a alzar tu voz en defensa del galeón San José?
#SalvemosAlGaleón #NoSeRobenElGaleón