Por: Germán Valencia Castro
Empezare citando las palabras de Edmund Burke, Político y escritor irlandés, quien citó “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”. Que ciertas son estas palabras hoy, al ver la situación actual de Colombia. Si bien es cierto que antes del gobierno de Gustavo Petro no era un paraíso, se habían logrado avances significativos en seguridad, economía, infraestructura y desarrollo humano sostenible.
Hoy eso es solo una triste historia que contarán los abuelos o nuestra generación. Esta, la de Petro, ha sido testigo ocular de como Colombia se entierra en su propia estructura democrática por un error electoral que puso a la izquierda en el poder. Mencionare tres pilares destruidos en este gobierno, los cuales tiene al país en el declive.
1- La seguridad: Desde que Petro implemento la fracasada “Paz Total”, las FARC-EMC y la Segunda Marquetalia han ampliado su control territorial, pasando de dominar 230 municipios en años anteriores a 299 en 2023. Esto ha afectado particularmente a los departamentos de Antioquia, Guaviare, Meta, Caquetá, Cauca y Nariño. Esto evidencia que el avance de los grupos armados en Colombia va ligado con los fallos en la implementación de la política de paz y en los procesos de diálogo establecidos con estos actores. Es evidente el aumento en el desplazamiento forzado masivo (7%), los confinamientos (71%), los homicidios de líderes y lideresas (2%) -convirtiéndose en el gobierno con más asesinatos desde la época del Cartel de Medellín. El reclutamiento forzado no es indiferente, por ejemplo el (42%), y los desplazamientos individuales aumentaron a un 51%, al igual que los homicidios de excombatientes (38%) y las masacres (14%). Aunque los secuestros se redujeron en un 11%, las cifras siguen siendo elevadas.
El ELN y las FARC son prácticamente amos y señores de varias regiones del país, sin que el gobierno haga el mas mínimo intento por evitarlo, por supuesto porque hace parte de la agenda de paz del gobierno de Gustavo Petro.
2- Corrupción: El gobierno Petro desde sus inicios se manchó con corrupción al permitir que narcotraficantes en el caribe y el Casanare, ingresaran su dinero de muerte a las arcas de la campaña. De hecho hoy el mismo presidente, esta siendo investigado por este hecho. Las confesiones de su propio hijo y de su aliado, el Ministro del interior, lo pusieron en jaque. Son varios los escándalos que golpearon durante 2024 la imagen de transparencia del Ejecutivo. Luego de un 2023 convulso marcado por lavado de activos por parte de Nicolás Petro, se destapó uno de los mayores golpes para el Gobierno: el desvío de recursos de la UNGRD. El descubrimiento de los sobrecostos en la compra de carrotanques para distribuir agua en La Guajira fue solo el comienzo. El entonces director de la entidad y antiguo aliado político de Petro, Olmedo López, habló de una corrupción generalizada que tocó a la Casa de Nariño y al gabinete ministerial. Por el caso están investigados Sandra Ortiz, exconsejera de Petro; y Ricardo Bonilla, su exministro de Hacienda.
3- La desviada personalidad del Presidente: El presidente de Colombia, para vergüenza de todos, ha sido acusado por algunos que fueron de su circulo cerrado, de tener adicciones a la droga y el alcohol, un asunto que no es descabellado creer. Su propia estructura de personalidad le impide ejercer, y así lo mostró en su administración en Bogotá, un liderazgo eficiente, un inmenso ego Narcisista que le impide empatizar con quien no esté dispuesto en su propio equipo a darle siempre la razón. En pocas palabras, su ególatra personalidad y sed de poder, son tan peligrosas como su permanencia en el poder. No le ipiran los civiles, no le importan los jóvenes ancianos, ni dada de lo que afirma. El solo quiere una cosa, a el mismo. Y en ese menester temible, está arruinando Colombia y planea incendiarlo en la más extrema violencia, si el país no respalda su peligrosa agenda política.
¿Podría haber más peligroso? Sí. Sus fanáticos acérrimos que a pesar de ver el fango, lo idolatran y son parlantes de su discurso de odio y muerte. Ellos, si, ellos con su tarima, lo nutren, lo alimentan, lo suavizan y justifican su degradante proyecto político.
Aún hay millones de colombianos con conciencia, ¿No haremos nada para detener el mal que impera en Colombia desde la Casa de Nariño?
Germán Valencia Castro – @ValenciaGermanC, Twitter