Por: Andrés Villota
La entrega del premio Nobel de Paz a María Corina Machado, la falsa opositora a la Tiranía Venezolana, le asegura al régimen de Nicolás Maduro, otro cuarto de siglo más en el poder porque termina por justificar, para siempre, la complicidad del Socialismo del Siglo XX con la permanencia del Socialismo del Siglo XXI en Venezuela, que se manifiesta en la nula acción para sacar al tirano del poder y en su existencia para legitimarlo.
Confirma, también, el pacifismo cómplice que inició María Corina Machado, cuando dejó inerme a la población venezolana tras quitarle las armas y dejarla a merced de los Colectivos Chavistas y del Tren de Aragua que, según ella, con cinismo, dijo que iban a seguir el buen ejemplo de su iniciativa y se iban a desarmar. Desde ahí empezó la vorágine de promesas incumplidas.
Machado, eliminó, para siempre, cualquier tipo de resistencia armada en contra de la tiranía, que ha sido refrendada por ella y por sus secuaces de la MUD, oponiéndose de manera férrea a cualquier intento de sacar del poder a Maduro y a su camarilla, por las buenas o por las malas.
También, le asegura al ecosistema de falsos opositores y sus respectivos lavaperros, desplegados por todo el mundo, la refrendación y aumento de los ingresos millonarios que obtienen por mantener al pueblo venezolano, sumido en la miseria con la falsa esperanza de un cambio liberador, apalancados en una narrativa aspiracional, basada en la promesa de un cambio que nunca va a llegar porque al final, todos están del mismo lado y sus intereses son los mismos, por lo tanto, la permanencia del Socialismo tiende al infinito.
Un esquema parasitario, consolidado con la pantomima de un conflicto pacífico, en el que una falsa Oposición que representa al Socialismo del Siglo XX, porque la MUD está integrada por partidos Socialistas, miembros de la Internacional Socialista, aparenta exigir la devolución del poder al Socialismo del Siglo XXI, mientras recibe un pago por su labor.
Una relación incestuosa entre políticos hermanos, que delega en el hermano bastardo, el cafre, el feo, el matón, el bruto, consumar el saqueo y la entrega cumplida de su parte del botín. Así las cosas, mientras que Maduro siga entregando la parte del botín a la falsa oposición, cumplidamente, Maduro jamás se irá.
Esa curiosa y extraña tara que tienen los más ignorantes, de cambiar de manera selectiva la ideología a las personas, de acuerdo al perfil de sus adversarios. Al partido Nacional Socialista Obrero Alemán, lo convirtieron por conveniencia del Socialismo Global, en un partido de “Extrema Derecha”, sólo porque le hizo la guerra a la Unión Soviética, aunque su nombre, sus políticas, sus dogmas, eran idénticos a los Soviéticos.
Los MARICORINOS, cómo les dicen a los seguidores de María Corina Machado que conforman el staff de su perfomance maldito, son calificados como de “Extrema Derecha” por estar, supuestamente, en contra de la Extrema Izquierda de Maduro y su tiranía que, por efecto transitivo, dejan de ser, de repente, los mismos seres repugnantes y asquerosos, que son sus hermanos Socialistas de la Extrema Izquierda venezolana.
En el CPAC de Argentina, trataron de mimetizarse y hacerse pasar como de “Extrema Derecha” y cómo nadie les creyó, tuvieron que colarse, a la brava, tras sobornar a una presentadora y a un operario de la consola de imagen y sonido para que, de contrabando, publicaran un corto saludo de María Corina Machado.
Los asistentes al evento no aplaudieron a Machado porque todos saben que ella es una embajadora de la Agenda 2030 de la ONU, es una activista en favor del aborto y una reconocida líder del movimiento LGBTIQ+ que promueve la castración química de los niños venezolanos.
Esta horda de MARICORINOS, se presenta en el mundo como la Oposición Oficial, cómo si tuvieran la bendición de Maduro, Cabello y Padrino para serlo. Una masa variopinta de políticos socialistas, burócratas en el exilio, magnates de la contratación estatal, periodistas y activistas en las redes sociales.
El engaño, la falsedad, la mentira y la calumnia, está en el ADN de toda esa gentuza que, algún día, cada vez más próximo, tendrán que rendirle cuentas a todos los venezolanos a los que les hicieron su vida una perfecta maldición, para que ellos pudieran mantener su estilo de vida lleno de riqueza, lujos y excesos, en Venezuela o en el exilio. The Golden Exile (El Exilio Dorado), el sueño de cualquier miembro de la MUD.
Después del desempeño admirable de JJ Rendón, padre de la Propaganda Negra Venezolana, los servicios de propagar mentiras y falsedades, cotizaron a los venezolanos en el mundo, convirtiéndolos en los vendedores de humo a gran escala, más codiciados y costosos. Sus sucesores (de Rendón), Lester Toledo, Orlando Avendaño, Enmanuel Rincón, Carla Angola, Nitú Pérez Osuna o Eduardo Menoni, récord Guinness en decir mentiras en la red social X, dicen cualquier atrocidad, mentira o falsa acusación, sin pudor alguno, con la tranquilidad que les da, hacerlo en nombre de la “Oposición Oficial” de Venezuela.
Esta “franquicia”, repugnante, parece, viene con una Patente de Corso para delinquir porque a cualquiera que los cuestiona, les pide cuentas o exige resultados, lo descalifican tratándolo de “Chavista” y lo increpan para que los dejen seguir viviendo en paz cómo los millonarios sibaritas que son.
O pregúntenle a los venezolanos que le han pedido cuentas a Juan Guaidó, en el costoso palco que ocupó en el U.S. Open de Tenis, en la costosa ciudad de Nueva York, en dónde también disfruta de su inmensa fortuna, María Gabriela Chávez, la heredera más rica de Venezuela y de sus alrededores. O a los venezolanos que le han pedido cuentas de la empresa Monómeros a Julio Borges.
O a los venezolanos que le pidieron resultados concretos a María Corina Machado y que les ayudara con algo de la millonaria cifra que va a recibir por su Nobel que, a propósito, si fuera real su intención de liberar a Venezuela, debería donarlo a los venezolanos que desde el exilio, sí están luchando, de verdad, por tratar de liberarla de verdad.
Uno a uno, todos los pseudo próceres de la falsa Oposición venezolana que dicen ser los líderes de la liberación de Venezuela, han ido cayendo, porque se les olvidó que existe una cosa que se llama trazabilidad y eso existe sobre cada dólar que se han robado con la disculpa de “liberar” a Venezuela. También, prueba la existencia de un “carrusel” en el que los recursos salen del erario público venezolano, para pagar el performance global de la falsa Oposición.
David Rivera, excongresista estadounidense, recibió de la estatal petrolera venezolana PDVSA, $50 millones de dólares para hacer lobby en el Congreso de los Estados Unidos para evitar las sanciones que se estaban imponiendo a la tiranía venezolana. Cuando capturaron a Rivera y lo llevaron a juicio, para tratar de justificar el delito, dijo que el dinero que obtuvo del régimen Chavista, se usó para financiar a la Oposición “oficial” venezolana y, especialmente, para beneficiar a Leopoldo López que, en ese momento, estaba encarcelado en la prisión militar de Ramo Verde. Leopoldo López, viendo lo que se viene encima, se desmarca, confesando que “Henrique Capriles es una ficha de la dictadura desde hace años”.
Después de tantas revelaciones y comprobaciones, para los venezolanos desperdigados por el mundo, curiosamente, todos son traidores menos María Corina Machado y Edmundo González, un chavista pura sangre, de verdad, lo que les permite seguir granjeando el apoyo financiero de miles de millones de dólares que ingenuos millonarios y gobiernos tontos, les siguen entregando, para poder reemplazar la caída del flujo millonario que significó la desaparición de USAID.
A todas estas rémoras sociales, parásitos estatales, que hicieron de su estilo de vida, la protección integral del status quo en Venezuela, cómo lo han demostrado los más importantes cabecillas de la falsa Oposición, no les interesa liberar a Venezuela, jamás. Es más, se cree que el pronunciamiento hecho por la ONU, en contra de la actividad de Estados Unidos en el Caribe combatiendo a los Cárteles del tráfico de niños y de drogas ilícitas, parece ser fruto de la gestión de los MARICORINOS. El tiempo lo probará. Trazabilidad, no se les olvide.
El prestigioso diario británico, Financial Times, está bastante sorprendido porque María Corina Machado ganó el Nobel de Paz, de repente, porque no había aparecido en la lista de favoritos para ganárselo, en las siempre objetivas Casas de Apuestas de Londres. La favorita era Yulia Navalnaya por hacer todo lo que Machado jamás ha hecho, ni logrado, pero de repente apareció y se catapultó.
Lo anterior, sumado a la entrega del premio, diferente, que van a hacer, aduciendo que va en contra del comité que lo otorga, deja grandes interrogantes, porque hace pensar que el premio fue “comprado”, como en su momento lo hizo Juan Manuel Santos, pagando con recursos públicos de unos contratos petroleros en Colombia, hechos a una empresa de Noruega.
La entrega de este premio Nobel, quién lo creyera, ha puesto en duda la narrativa de los MARICORINOS, que ven cómo se empieza a derrumbar su castillo de naipes, tras agotar las falsas promesas y acciones mentirosas, ante el despertar masivo y los cuestionamientos generalizados de los venezolanos y del resto de ciudadanos sensatos del mundo, como consecuencia directa de la revelación de las evidencias y pruebas, que demuestran cómo convirtieron a la supuesta Oposición, en un eterno y lucrativo negocio.
