Por: David Meza Pretelt
Luis Ernesto Vargas Silva fue uno de los primeros nombramientos anunciados por Petro en la diplomacia colombiana que representará al régimen “progre” y una muestra clara de la línea que seguirá el gobierno entrante, poniendo en las instituciones que deben servir a todos los colombianos, a activistas de su causa caracterizados por perseguir opositores y para quienes correr un poco o mucho la línea ética, no es un problema a la hora de violar la ley.
El dossier de sucesos oscuros y corruptos que vinculan a Vargas Silva es amplio pero salta a la vista su presunta relación con el Caso Odebrecht, que en toda Latinoamérica ha llevado a la cárcel a políticos del más alto nivel, menos en Colombia. Donde la mano oscura de Juan Manuel Santos que está implicado hasta el tuétano, se ha encargado de presionar y mover influencias para mantener el escándalo en silencio.
Recordemos que tras la muerte de Jorge Enrique Pizano salieron a la luz audios de conversaciones suyas con un ejecutivo del grupo aval, donde se confesaba que al próximo embajador petrista ante la OEA (Organización de Estados Americanos), le habrían entregado una finca de 7 hectáreas en el municipio de Subachoque, una zona donde la tierra puede costar hasta 300 millones por hectárea. Ante estos graves hechos poco o nada actuó la rama judicial, que es inoperante cuando los implicados no son uribistas o de derecha.
Recordemos las palabras de Pizano: “todo se sabe en la viña del Señor. El tema de por qué ganaron (los de Odebrecht) el proyecto de La Miel fue porque le regalaron 7 hectáreas en Subachoque a Luis (sic) Vargas Silva, el magistrado” y anunciado embajador del régimen petrista.
El Fiscal General Barbosa tiene la oportunidad de investigar los hechos vinculados con esta grave denuncia, ya que testimonios y conversaciones de Pizano han sido pruebas esenciales para procesar y juzgar otros vinculados al caso Odebrecht.
Ante estos hechos Vargas Silva salió a decir con desfachatez que no tiene tierras a su nombre, pero es obvio que un corrupto redomado jamás pondría a nombre suyo un terreno que le sea entregado como parte de un soborno, así como Santos no ha reconocido jamás los ingresos multimillonarios que vinieron de la multinacional brasileña para impulsar su campaña, cuando a punta de compra de votos y manipulación del sistema electoral le robó la presidencia a Oscar Iván Zuluaga.
Pero sigamos con el embajador perseguidor, quien ejerció como magistrado de la Corte Constitucional y desde allí fraguó todo el montaje del caso Fidupetrol contra Jorge Pretelt a partir de una conversación “libreteada” entre él y el abogado Victor Pacheco, al mejor estilo de los que emborrachan testigos o los ponen a vivir como reyes con tal de que declaren en contra de todo el que se oponga a la agenda progresista.
Santos lo premió por ser su marioneta en la Corte Constitucional consiguiéndole un puesto en la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), cargo para el que sus méritos fueron torcer sentencias y fallos, para aprobar los acuerdos de la infamia que hoy tienen sumido al país en una crisis política y de valores sobre la que pavimentó su llegada al poder el petrismo.
Vargas es cercano al ex alcalde de Ibagué y corrupto imputado Guillermo Jaramillo, un alfil de Petro que se dice impulsó su nombramiento en la embajada como un movimiento netamente político para pagar favores, porque si hay algo cierto es que Vargas carece de experiencia diplomática.
Falta a la verdad su descripción en redes sociales como “defensor de derechos humanos”, cuando ha sido denunciado por personas que trabajan para él por vulneración a sus derechos laborales. Se negaba a pagar horas extra a su chofer en la Corte Suprema y era arbitrario en su trato. Su carácter ruin lo llevó a acusar a su humilde empleado de sustraer 50 millones de pesos de una de las múltiples caletas que tenía en su casa, para deshacerse de él tras maltratarlo y vulnerar sus derechos laborales continuamente.
Cuando fue magistrado era común que tuviera bajo la manga excusas médicas para ausentarse de audiencias o compromisos que le fueran incómodos, conducta que al parecer era emulada por su esposa, quien es procuradora de alto nivel y misteriosamente sufría de migrañas por las que se ausentaba de su trabajo, pero luego se le veía campante viajando por el mundo.
El progresismo se ha valido de figuras como Vargas que han acabado con la rama judicial para usarla en sus persecuciones políticas e ideológicas, su designación como embajador por parte de Gustavo Petro es otra recompensa más al activismo que ha ejercido indebidamente como magistrado y juez a lo largo de su vida, sin dejar de lado la mano oscura de Santos que mueve fichas y da ordenes desde la sombra; que Petro aplica al pie de la letra correspondiendo a la alianza que fraguaron desde hace años.
P. D. El nombramiento de Danilo Rueda como Comisionado de Paz se une a los de Velásquez y Vargas Silva para confirmar que reinará la impunidad para los bandidos, mientras se perseguirá a aquellos que abogan por mantener el orden y la justicia en la nación. Recordemos que Rueda además de ser el artífice del “pacto de la Picota”, proviene de una organización no gubernamental que ha sido premiada y financiada por la Open Society, del magnate George Soros, muy cercano a Santos y promotor del globalismo; que busca anular la soberanía de las naciones para imponer la agenda “woke”.
Tw: @DMezaPretelt
dmezapretelt@journalist.com