El espectaculo de los toros que ha estado presente en alma capitalina como uno de los últimos resquicios de la herencia hispana pero que está amenazado por una ley prohibicionista que se adelanta en el Congreso y un referendo en trámite le ha dejado importantes utilidades a la ciudad. Estas son las cuentas: entre los años 2000 y 2012 durante las alcaldías de Antanas Mockus, Luis Eduardo Garzón y Samuel Moreno, la administración distrital recibió un total de $11.987 millones por concepto del impuesto al deporte y del pago del contrato numero 411 para el uso de la Plaza de Toros. Luego, durante los cuatro años de la alcaldía de Gustavo Petro, cuando la plaza fue utilizada para otros eventos sin ningun redito economico para la ciudad, el distrito dejó de recibir $6.353 millones. En lo corrido de 2017, primer periodo de la segunda alcaldía de Enrique Peñalosa, Bogotá ha recibido $2 mil millones de pesos por cuenta del impuesto al deporte, impuesto al azar y pago del contrato numero 0400. En resumen, la ciudad ha recibido un total de $14.071 millones de pesos durante 14 temporadas taurinas a cargo de la Corporación Taurina de Bogotá que dirige Felipe Negret Mosquera; una cifra ampliamente superior a lo que dejan espectáculos como el fútbol y otros que pagan el impuesto al deporte.