Por: Pierre Onzaga Ramírez
Evidentemente todos recordamos con lujo de detalles quien es “el sr. De las Bolsas” llenas de plata, Petro por supuesto el rey de la impunidad y la incitación al caos y la subversión de los valores, de la fe, y hasta de las normas democráticas.
Quiero darle contexto sobre mi intención con esta columna, dejar de presente que hoy Colombia no solo vive una grave amenaza a su democracia desde el punto de vista electoral dada la fragilidad en la que quedó nuestro sistema de elección, con el famoso contrato de INDRA empresa española que más parece la SMARTMATIC de Venezuela con la que ganan todas las elecciones con fraude; no solo corremos riesgo de quedar con un atolondrado como petro en el gobierno y su pacto en el congreso; no solamente corremos riesgo por la división o falta de unidad que caracteriza el debate electoral actual.
No solamente este es el motivo de alarma en nuestra vida actual en Colombia, en este momento existe una amenaza latente y poco percibida por la opinión, los partidos, los medios los empresarios y los ciudadanos en general; es esta una amenaza que esta oculta entre las capas de todos los candidatos diferentes a petro; inteligentemente sembrada…
Antes de describirle esta amenaza quiero que juntos usted y yo nos sentemos a pensar en lo diferentes que son las percepciones de las elecciones parlamentarias y presidenciales en Colombia para el ciudadano de a pie, una ciudadanía que en buena porción toma la decisión del candidato al congreso por el que vota el mismo día de la elección, que poco se informa, y que vota por cumplirle al deber y derecho sagrado de nuestra democracia, sin advertir mayor importancia en esa decisión, luego están aquellos que nos informamos de las propuestas, y buscamos incluso conocer a nuestros candidatos, sin embargo el grueso de la población colombiana, hay que decirlo con todas las letras vota sin mayor información, o incluso manipulada o cooptada.
Ahora bien, del otro lado pensemos en cómo son las elecciones presidenciales en Colombia, pasión apuesto que fue lo que pensó, hemos elegido personas sin partido, sin experiencia, con un discurso diferenciado, con un carácter fuerte, y con carisma en la calle y la cámara, se nos hace importante por supuesto, su programa, pero mas que el detalle sustancial, que sea conocedor de las cifras, que “le quepa el país en la cabeza” que logre interactuar y convencer con poder y sin titubeos, que tenga convicción y fuerza pero amor hacia el público, y estrategia sutil pero contundente y sagaz en las respuestas a las preguntas de periodistas y otros candidatos; Ahí me puedo quedar describiendo el perfil de los candidatos que solemos elegir los colombianos de un tiempo para acá, pero nos quedaríamos sin avanzar en la sustancia de por qué son diferentes estas dos elecciones.
Mientras el pueblo colombiano piensa que una de las instituciones más desprestigiada es el congreso de la república, extrañamente cimenta su esperanza de cambio en la presidencia de la república, parece que aún seguimos grandes generales que nos lleven a librar las grandes batallas que definirán nuestra libertad, ¿verdad?
Pues el momento político actual de Colombia talvez sea eso una gran batalla política entre el bien y el mal, (aunque particularmente no tenga yo esa visión de malo o bueno, blanco o negro), una interesante porción de la población si lo piensa; el caso es que en esta sagrada institución de la presidencia de la republica tradicionalmente entregamos ese poder al general que ha de comandar los ejércitos de la patria para liberarnos de nuestros propios problemas, acciones e inacciones, o en tiempos actuales, librarnos de la pobreza que quiere extender el social comunismo del sr de las Bolsas, en nuestro país amado.
Ahora bien considerando pues esta diferencia entre ambas elecciones, y el probable fraude que se evidencia en los escrutinios de Indra, nos queda la presidencia de la republica como esa sólida roca para conservar parte de nuestra esguinzada democracia, esquinzada por el acuerdo de santos, que nos dejo en abierta impunidad, con unas farc con partido político, cuerpo armado y jueces a la medida; usted y yo sabemos donde nos dejo santos el país; pues bien siendo la presidencia para los colombianos la piedra angular del equilibrio próximo, es clave pensar en quienes son las alternativas, y que mensajes estamos comprando usted y yo, y cuales no estamos comprando.
Si comprando, suena extraño por supuesto, pero es una realidad, lo que pasa hoy en Colombia no es nada diferente a lo que nos vendieron ( y compramos ) el plebiscito que nos robaron, los buenos y los malos, el si y el no, “los pacifistas y los enemigos de la paz”; solo que hoy el argumento vil que se esta difundiendo ampliamente es tan básico que pasa como simple vox populi y este es: “cualquiera menos petro”.
Colombianos, mucho cuidado con este axioma, ¿usted se ha puesto a pensar?, que pasaría si, de acuerdo, alias aureliano es explícito y es la primera amenaza, pero insisto, ¿Qué pasaría si otro u otros candidatos fueran “el caballo de troya” , para continuar la nefasta transformación del estado colombiano hacia la izquierda complaciente, de manera soterrada y lenta como hemos visto en Colombia?, es ya un hecho público, por ejemplo, que el presidente Duque no gobernó con su partido, el centro democrático, sino más bien con santistas, muy contrario al talante mostrado en campaña, fuerte, con ánimo de corrección de los acuerdos, de afirmar la seguridad, resulto siendo algo diferente a esos postulados, y ojo, que por supuesto resalto el buen manejo que el presidente le dio a la pandemia, uno de los mejores del mundo, pero lo último no le lava lo anterior.
Pero vale la pena justo ahora, y de acá a las elecciones del 29 de mayo, preguntarse que cuentos, y por que los compramos como sociedad, y otra pregunta más interesante, ¿quién acuño esos cuentos?, cómo el fatídico “cualquiera menos petro”; Pues bien, ahora vamos a develar por qué para Colombia puede ser contraproducente, acceder a este axioma tan popular hoy en día, y lo vamos a hacer juntos mientras discutimos hacia donde queremos ir objetivamente.
Nos hemos acostumbrado a frases como “que robe poquito, pero que haga”, ósea conformarnos con lo peor, como si no estuviéramos preparados para lo mejor, igual pasa en la planeación, con frases como “es educación o es gasto militar”, ¡no! son ambos, ¿porque esa conciencia de escasez nos precede y persigue?, la respuesta; porque usted y yo la seguimos comprando, si, comprando.
Pues este nefasto argumento de “cualquiera menos petro” equivale a elegir a cualquier ladrón, o cualquier hampón menos a él, pensar que cualquier persona puede ser mejor que él es falso, cualquiera (bien oculto puede ser el mismo petro o peor), flaco favor le haremos a la democracia si no sacamos la casta de colombianos por fin para crear conciencia en nuestras palabras y liberarnos del control de las etiquetas que nos dejan en el fango de escoger “entre lo peor el mejor de los males”; ¡carajo es hora de madurar!.
La sugerencia respetuosa de esta columna de poder, aterrizada en la realidad electoral colombiana de hoy, es la siguiente: vea con lupa los candidatos, por ejemplo, si le gusta Rodolfo, vaya y vea los dos videos de entrevistas donde dice claramente que votara por petro, Por dios!, imagínese usted votando por este señor y quedando cerca en votación, eso equivaldría a escoger entre petro y petro, ¿qué idiotez no?; si a usted le gusta fajardo, que Dios permita que no!, vaya y vea hace cuatro años con quien hizo acuerdos, y como supuestamente “dejo libres a sus electores”, pero para votar por el sr de las bolsas porque este personaje fajardo es otro petrista, santista disfrazado de verde centralista; o si le gusta Fico, que tiene buenas propuestas aunque con escaza estrategia, analice bien quien lo apoya, con quien se reúne, y para que fines, y como esto incidirá en el futuro eventual gobierno de él con todos esos apoyos acuestas, y teniendo que “pagarlos” por cuenta de su esfuerzo de unanimismo, que no sabemos hasta qué punto sea esto lo que el país hoy reclama; vaya y vea a Enrique Gómez que aunque está abajo en encuestas ha resultado ser una revelación, no solo por su capacidad de mediar, y enfocar a otros candidatos en un debate de RCN, sino por ser claro y conciso en propuestas que el país necesita como reformar el esperpento de la JEP, o su visión del agro.
Pero le pido encarecidamente que por el respeto a la democracia, por el bien suyo, de su familia, y del país, elimine de su léxico el famoso “cualquiera menos petro”, y busque el mejor candidato para lograr no solo defender la democracia del populismo, sino evitar ser nuevamente engañados, encontrar un líder genuino que lleve este ejercito de colombianos a ganar las guerras que aún nos faltan por ganar, pero que con fe y fuerza estamos todos dispuestos a superar para ser la nación grande que estamos llamados a ser.
Nos encontraremos nuevamente en la siguiente columna de poder.
Pierre Onzaga Ramírez
Tw. @pierreonzaga
pierreonzagaramirez@gmail.com