Por: Fernando Torres Mejía
A través de la resolución 1214 del 30 de septiembre de 2015 se ordenó la suspensión del Plan Ambiental que permitía la aspersión aérea del glifosato con el que se combatían los cultivos ilícitos. La razón principal, según quienes la impulsaron, es que se contempla dentro del “Grupo 2A de Clasificación de Carcinogenicidad», que significa que es «probablemente carcinogénico para humanos» según la Agencia Internacional para la Investigación de Cáncer y además porque la asocian con abortos espontáneos, enfermedades dermatológicas y afecciones respiratorias, así como argumentaron en evidencia cuantitativa y un cúmulo muy grande de anécdotas mostrando los impactos sobre el medioambiente.
Ahora bien, la verdadera y única razón de esta desafortunada decisión que hoy tiene a Colombia inundada de cultivos ilícitos y con un crecimiento exponencial de “empresarios de alto riesgo”, tiene su origen en los acuerdos de la Habana, Cuba, donde el gobierno de la época se le arrodillaba al mayor productor y exportador de cocaína del mundo, las FARC, mientras que el verdadero autor intelectual de dicha decisión el “brillante” Alejandro Gaviria ministro de salud, justificaba y defendía la decisión que se había tomado sobre el glifosato.
Como olvidar las palabras sentidas de Camila Abuabara “Si muero por esto, los responsables de manera conjunta son la EPS Sanitas y ministro Alejandro Gaviria. Así de simple”, ella, fue víctima del sistema de salud quien en 2014 el entonces ministro de salud, le negó la posibilidad de recibir un tratamiento que le salvaría la vida y falleció víctima de un cáncer.
Pero esta no fue la única y desafortunada decisión de Alejandro Gaviria, debemos también recordarle a los colombianos su flamante teoría “más de 200 niñas del Carmen de Bolívar se IMAGINAN que están enfermas”, es decir que, de acuerdo a sus afirmaciones, están enfermas de alma y presentan alteraciones en su “dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida”, pero que debemos esperar en temas relacionados con la medicina de un profesional de la Ingeniería Civil con maestría y doctorado en Economía, que por cierto vimos como fracaso el sistema de salud con su neoliberalismo aplicado sin anestesia al bolsillo de los colombianos.
Debemos también recordar que durante su desempeño como ministro, fue de los peores calificados por los colombianos según las encuestas, debido a su desconocimiento del sector y lo podemos corroborar cuando manifestó “Colombia no había crisis de la salud ni crisis en la prestación de los servicios” una lástima, seguimos peor y que tal, de igual manera, pretendió limitar el derecho constitucional a la tutela como medio de defensa de la población.
El viernes pasado Alejandro Gaviria, anuncio su candidatura a la presidencia, que por cierto por su forma de expresarse, su mirada “perdida” y su gesticulación, me parecía estar viendo al señor Antanas Mokus, y claro para los conocedores de la forma como se manejan los hilos en la política, sabemos que esto no es más que una jugada propia del “Señor” que junto con Sergio Fajardo, son sus dos fichas claves, para retomar el poder y lograr cumplirle a sus aliados de las FARC, o si no recordemos la infinidad de veces que Gaviria descarto ser candidato e incluso lanzo un video donde manifestaba que su compromiso estaba con la universidad de la que es rector.
Lo que no será una sorpresa, es que Fajardo resulte en las filas de Gaviria pues por sus problemas con la fiscalía, será lo más probable y así muchos otros precandidatos y partidos, se le alinearan para evitar la llegada de Gustavo Petro, por lo cual, que futuro más nefasto le espera a Colombia con una persona a quien han endiosado y que consideran la “solución”, pero los que aún conservamos la memoria intacta de la trayectoria de los que ahora fungen como salvadores sabemos lo que nos espera con “ALEJANDRO GAVIRIA, EL AUTOR INTELECTUAL”