Por: Roberto Trobajo
El millonario negocio castrista con la sangre de los cubanos es cada vez más escandaloso: extraen sangre a presos políticos y desangran a reos antes de fusilarlos.
Tan sólo en el 2019 la dictadura cubana recaudó 16 millones de dólares con la venta en el exterior de sangre donada por cubanos.
El régimen castrista lleva años «desangrando» a los habitantes de la isla para conseguir ingresos.
Un registro de la organización Archivo Cuba sobre las ventas de sangre de la isla calcula que desde 1995 a 2019 el castrismo obtuvo 800 millones de dólares con esa actividad.
Sin embargo, ese negocio de la dictadura castrista disminuyó.
Las ventas de sangre del 2019 fueron las menores de las que se tenga registro.
El fenómeno revela la decadencia del sistema de salud cubano, por el deterioro de las instalaciones médicas y porque el títere comunista Miguel Díaz-Canel mandó a disminuir los “regalos” que entregaban en concursos de donantes.
Lo más cruel es que dejaron de dar alimentos a los donantes; aún siendo considerados aportes solidarios, voluntarios, humanitarios.
El régimen maneja la logística del negocio de la sangre mejor que con cualquier otra actividad que controla.
Fraccionan las unidades de sangre humana acopiadas en sus componentes.
Así creó un amplio catálogo de productos derivados de la sangre humana.
Además de plasma ofrecen interferón, albúmina humana, inmunoglobulinas, factores de coagulación, las toxinas, las vacunas y otros productos fármacos.
Los cubanos se ven obligados a donar por la presión de la dictadura.
Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) paramilitares y delatores, impulsan la donación de sangre en centros de trabajo, universidades y los presos de las cárceles.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó un informe donde se afirma que en la prisión Fortaleza de La Cabaña de La Habana extraen sangre a los presos camino a su ejecución.
Hasta mayo de 2021, Archivo Cuba registra 31 casos de extracción de sangre forzada de presos políticos antes de su ejecución por fusilamiento. 28 de las víctimas eran cubanos y 3 eran ciudadanos estadounidenses. Todos fueron acusados de ser parte de la resistencia anticomunista.
Ahora, la dictadura comunista recurre a la persuasión para aumentar las “donaciones” de sangre. Aprovechando fechas importantes, como el natalicio de José Martí, empujan a los cubanos a donar sangre.
Hoy, el 49 % de la población (unos 6 millones de cubanos) son proveedores constantes de sangre.
Estudiantes universitarios y jóvenes que comienzan en el servicio militar son las “poblaciones metas” de esta actividad lucrativa.
Tanta sangre le han sacado a los cubanos que la venta de sangre cubana fue el quinto producto de exportación después del azúcar, el níquel, los mariscos y el tabaco.