Por: Roberto Trobajo
Blanco es y gallina lo pone: en diciembre del 2019 China introdujo una cláusula en el tratado comercial que, en enero del 2020, firmó con Estados Unidos, en el que advertía que si acontecía una pandemia China no acordaría nada con USA.
A finales de febrero, Cuba y China potenciaron una empresa mixta chino-cubana, la Changchun Heber Biological Technology (ChangHeber) ubicada en la provincia nororiental de Jilin, para producir medicamentos contra el Covid-19.
En agosto de este año, Cuba trató de negociar con Rusia la coproducción de la vacuna rusa Sputnik V, pero los rusos no aceptaron –entre otras razones- porque Cuba tiene una muy limitada capacidad para producir vacunas.
Aunque la verdad es que Rusia no vio con buenos ojos que Cuba quisiera pegárseles en el negocio de la vacuna rusa, que ya Moscú empezó a venderles a Venezuela y Argentina.
Según mis fuentes, muy confiables, quienes trabajan en el Instituto Finlay de la Habana, a partir de la negativa rusa el régimen cubano se alió con los chinos para que esos asiáticos produzcan la vacuna cubana “Soberna” mientras que los cubanos se dedican a promoverla en países latinoamericanos y africanos.
De ahí que el gobierno cubano anunciara que la vacuna “Soberana” está dispuesta sólo para extranjeros; cualquiera menos cubanos.
Mientras China empieza a vacunar a su pueblo con la cubana “Soberana” y la china “CoronaVac” (fabricada por la biofarmacéutica Sinovac, de la misma corporación a la que pertenece la empresa mixta chino-cubana ChangHeber) el gobierno cubano no vacunara a su pueblo… y eso que se la pasan diciendo que la atención de la salud del pueblo cubano es prioritaria.
Para el régimen cubano importan más los millones de dólares que puedan ganarse, que los millones de cubanos expuestos al Covid-19.
El pretexto cubano es que necesitan recaudar dólares con los que puedan financiar las vacunas que “gratis” les pondrán a los cubanos. ¿Cuál recuperación de lo gastado? Si es que la inversión económica la está haciendo China. Así es de mentiroso el gobierno cubano.
En Colombia: a través de Gustavo Petro, Piedad Córdoba, Jaime Caycedo (secretario general del Partido Comunista Colombiano) y Carlos Donato (de ese tal Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba) a quienes pronto se les sumaran Iván Cepeda, Aida Avella, Antonio Sanguino, empezarán a hablar de que el gobierno colombiano debería comprarle a Cuba la vacuna “Soberana” argumentando que las vacunas contratadas con AstraZeneca y Pfizer no serían suficientes. Y de gratis no promoverán a la vacuna cubana: más allá de algo de plata en comisiones, negociarían becas de medicina para sus fans mamertos.
Cuba está enfocada en lograr venderle su vacuna “Soberana” a Bolivia y Colombia, porque ya China se aseguró de Brasil y Ecuador, mientras que Rusia se adueñó del mercado de Venezuela y Argentina. Así Cuba, China y Rusia vienen coronando mercados, haciéndoles competencias a farmacéuticas inglesas y estadounidenses.
Al menos Rusia va de frente con su negocio, porque Cuba anda de solapada aliada con los chinos que propagaron el virus del Covid-19 y ahora venden vacunas contra ese mal que tanto daño a hecho al mundo.
Si malos son los chinos y cubanos comunistas, peores son los mercenarios mamertos que promueven la vacuna cubana, para hacer plata, sin importarles el pueblo cubano al que vacunaran de últimos, incluso después de los venezolanos.
Estos demonios de las vacunas pagaran, con la justicia divina, porque la terrenal peca de muy corrupta.